Erik Satie, cuyo nombre completo es Alfred Eric Leslie Satie (Honfleur, 17 de mayo de 1866 - París, 1 de julio de 1925), fue un compositor y pianista francés. Precursor del minimalismo y el impresionismo, está considerado una figura influyente en la historia de la música.
También es considerado precursor importante del teatro del absurdo y
la Música repetitiva. Denostado por la academia y admirado por otros
compositores de su época, de formación irregular, ingresó
inesperadamente en el conservatorio a los 40 años, para sorpresa de
quienes le conocían, tras haberse dedicado, entre otras muchas cosas, a
la música de cabaret.
Modificó su nombre como Erik Satie desde su primera composición, en 1884.
Aunque en su vida posterior se enorgullecía de publicar su trabajo bajo
su propio nombre, parece que hubo un corto período al final de la
década de 1880 en que publicó su trabajo con el seudónimo Virginie Lebeau y François de Paule.
La juventud de Erik Satie transcurrió entre Honfleur, en la baja Normandía, y París.
Cuando tenía cuatro años, su familia se mudó a París, donde a su padre
Alfred se le ofreció un trabajo de traductor. Tras la muerte de su
madre, Jane Leslie Anton, en 1872,
fue enviado, junto con su hermano menor Conrad, de regreso a Honfleur,
para vivir con sus abuelos paternos. Ahí recibió sus primeras lecciones
de música de un organista local. Cuando su abuela murió en 1878, los dos hermanos se reunieron en París con su padre.
En 1879, Satie entró al conservatorio de París,
donde pronto sus maestros le etiquetaron como falto de talento. Tras
ser enviado a su casa, dos años y medio más tarde volvió a ser aceptado
en el conservatorio, al final de 1885, pero no logró causar mejor
impresión a sus maestros, así que finalmente resolvió partir al servicio
militar un año después. Esto no duró mucho; en unas pocas semanas salió
del ejército mediante un ardid.
En 1887, dejó su casa para alojarse en Montmartre. En ese tiempo comenzó lo que sería una amistad de toda la vida con el poeta romántico Patrice Contamine y a través de su padre publicó sus primeras composiciones. Pronto se integró con la clientela artística del café-cabaret Le Chat Noir, y comenzó a publicar sus Gimnopedias. Siguieron las Ogives, las Gnossiennes, etc. En el mismo período conoció a Claude Debussy. En 1891 se convirtió en el compositor oficial y maestro de capilla de la orden rosacruz liderada por Joséphin Péladan, la Ordre de la Rose-Croix Catholique, du Temple et du Graal. Compuso para ella piezas de inspiración mística, como Salut Drapeau!, Le Fils des étoiles, y Sonneries de la Rose Croix.
Satie y Suzanne Valadon, pintora impresionista y madre de Maurice Utrillo, comenzaron un idilio en 1893.
Pronto Valadon se mudó a una habitación cercana a la de Satie en la Rue
Cortot. Satie se obsesionó con ella, llamándola «mi Biquí», y
escribiendo notas apasionadas acerca de «su ser completo, ojos
encantadores, gentiles manos y pequeños pies». Valadon pintó el retrato
de Satie y se lo dio, pero seis meses después ella se mudó. Durante su
relación Satie compuso sus Danses Gothiques, a modo de oración
para hacer regresar la paz a su mente. Aparentemente, ésta fue la única
relación con una mujer que Satie tuvo en toda su vida.
El mismo año conoció al joven Maurice Ravel, en cuyas primeras composiciones ejerció una notable influencia. Una de las composiciones de Satie de ese período, las Vexations,
permaneció desconocida hasta su muerte. Al fin del año fundó la «Eglise
Métropolitaine d'Art de Jésus Conducteur» (Iglesia Metropolitana de
Arte de Cristo el Guía), siendo él su único miembro, con el cargo de «Parcier et Maître de Chapelle» comenzó la composición de una Grande Messe, después conocida como la Messe des Pauvres), y escribió un caudal de cartas, artículos y panfletos mostrando su convicción en temas religiosos y artísticos.
A mediados de 1897
había agotado todos sus recursos financieros, y tuvo que buscarse un
alojamiento más barato, en una habitación no mucho más grande que un
armario, y dos años más tarde, después de componer las dos primeras
series de Pièces froids en 1897, en Arcueil,
en las afueras de París, cuyos diez kilómetros de distancia hasta el
centro de la ciudad solía recorrer a pie, dada su aversión a los tranvías.
En esta época retomó el contacto con su hermano Conrad (de manera muy parecida a como lo hizo Vincent van Gogh
con su hermano Theo) por numerosas razones, tanto prácticas como
económicas, revelando con ello sus auténticos sentimientos. Por ejemplo,
en las cartas que dirige a su hermano se hace patente que había dejado
de lado sus sentimientos religiosos, que no retomaría hasta los últimos
meses de su vida.
Las primeras obras de Erik Satie, en la década de 1890, tendrán
influencia en las composiciones de Debussy. Debussy y Satie eran
contemporáneos pero la tremenda revolución musical desarrollada por el
genio de Debussy no podría haber sido posible sin las obras de Satie. A
su vez, los hallazgos musicales de Debussy fueron esenciales para la
música de Satie.
Desde 1899 en adelante se ganó la vida como pianista de cabaret, adaptando más de un centenar de piezas populares para piano (o piano y voz), añadiendo algunas propias. Las más conocidas son Je te veux (con texto de Henry Pacory), Tendrement (con texto de Vincent Hyspa), Poudre d'or (un vals), La Diva de l'Empire (texto de Dominique Bonnaud/Numa Blès), Le Picadilly (marcha, también conocida como La Transatlantique), Légende Californienne (texto perdido de Contamine de Latour, pero la música reaparece en La Belle Excentrique),
y muchas más (y otras muchas que deben de haberse perdido). En sus
últimos años Satie rechazaría toda su música de cabaret como perversa y
contraria a su naturaleza, aunque revivió parte de su tono jocoso en La Belle Excentrique, de 1920. Pero en su momento le sirvió para ganar dinero.
Sólo unas pocas composiciones de las que Satie se tomó en serio durante este periodo sobreviven: Jack-in-the-box, música para una pantomima de Jules Dépaquit, Geneviève de Brabant, una breve ópera cómica sobre un tema serio, con texto de Lord Cheminot, The Dreamy Fish,
música para acompañar un cuento perdido de Lord Cheminot, y otras
cuantas (la mayoría incompletas, casi ninguna estrenada, y ninguna
publicada en su época).
En octubre de 1905, Satie se matriculó, en contra de la opinión de Debussy, en la Schola Cantorum de Vincent d'Indy para estudiar contrapunto clásico (mientras continuaba con su trabajo en el cabaret).1
La mayoría de sus amigos se quedaron tan perplejos como los profesores
de la Schola cuando se enteraron de su intención de volver a las aulas
(sobre todo porque D’Indy era un fiel discípulo de Camille Saint-Saëns,
no especialmente apreciado por Satie). En cuanto a los motivos que
llevaron a Satie a dar este paso, posiblemente había dos razones:
primero, estaba cansado de que le dijeran que la armonía de sus composiciones era errática (crítica de la que no se podía defender muy bien al no haber acabado sus estudios en el conservatorio).
En segundo lugar, estaba desarrollando la idea de que una de las
características de la música francesa era la claridad (que se podría
conseguir mejor con un buen conocimiento de cómo se percibía la armonía
tradicional). Satie completó cinco años en la Schola, como un buen
alumno, y recibió un primer diploma (de nivel intermedio) en 1908.
Algunos de sus ejercicios de contrapunto se publicaron después de su muerte (por ejemplo Désespoir Agréable), pero posiblemente consideraba su obra En Habit de Cheval como la culminación de su paso por la Schola. Otras piezas, del periodo anterior a la Schola, aparecieron también en 1911: los Trois Morceaux en form de poire (Tres fragmentos con forma de pera), aunque en realidad se trata de siete piezas, que fue una especie de resumen de lo mejor que había compuesto hasta 1903.
A partir de este momento, la vida de Satie se empezó a acelerar. Para empezar, el año 1912
vio el éxito de sus breves piezas humorísticas para piano; durante los
años siguientes escribiría y publicaría muchas de ellas (la mayoría
estrenadas por el pianista Ricardo Viñes):
- Véritables Préludes flasques (pour un chien) (verdaderos preludios blandos (para un perro))
- Vieux sequins et vieilles cuirasses (oro viejo y viejas corazas)
- Embryons desséchés (Embriones disecados)
- Descriptions Automatiques (descripciones automáticas)
- Sonatine bureaucratique (Sonatina burocrática, una sátira a Muzio Clementi)
Su costumbre de acompañar las partituras
de sus composiciones con comentarios de todo tipo queda ahora bien
establecida (hasta el punto de tener que insistir años más tarde en que
estos comentarios no hay que leerlos durante la interpretación). En esta
época deja de usar líneas divisorias para separar los compases.
En algunos aspectos estas obras recuerdan mucho a las composiciones de los últimos años de Rossini, agrupadas bajo el nombre de Péchés de Vieillesse (pecados de la vejez). Rossini también escribió pequeñas piezas humorísticas para piano, como Mon prélude hygiénique du matin o Dried figs,
y se las dedicaba a su perro el día de su cumpleaños. Estas obras se
habían interpretado en el exclusivo salón de Rossini en París unas
décadas antes. Sin embargo, con toda probabilidad, Satie no llegó a ver o
escuchar estas piezas cuando componía sus propias obras en las primeras
décadas del siglo XX; estas obras de Rossini no se habían publicado en aquella época. Se dice que Diaghilev descubrió el manuscrito de estas piezas de Rossini alrededor de 1918 en Nápoles, antes de poner en escena La Boutique Fantasque, aproximadamente en la misma época en que Satie dejó de escribir comentarios humorísticos en sus partituras.
Pero la verdadera aceleración en la vida de Satie no vino del éxito creciente de sus obras para piano; de hecho fue Ravel
quien, probablemente sin saberlo, activó lo que habría de convertirse
en una característica del Satie posterior: ser parte de todas las
corrientes vanguardistas que se desarrollaron en París en los años
siguientes. Estas corrientes se sucedieron rápidamente unas a otras,
convirtiendo sin duda a París en la capital artística de la época,
cuando el comienzo del nuevo siglo pareció entusiasmar a tantos.
En 1910,
los «Jeunes Ravêlites», un grupo de jóvenes músicos admiradores de
Ravel, expresaron su preferencia por la obra temprana de Satie (la
anterior al periodo de la Schola), reforzando la idea de que Satie había
sido un precursor de Debussy.
Al principio Satie se sintió halagado de que al menos algunas de sus
obras recibieran atención pública, pero cuando se dio cuenta de que su
trabajo más reciente estaba siendo minusvalorado o despreciado, buscó
otros jóvenes artistas que comprendiesen mejor sus ideas actuales, con
el fin de encontrar un mayor apoyo mutuo en la actividad creadora. Así,
artistas como Roland Manuel, y más tarde Georges Auric y Jean Cocteau empezaron a recibir más atención por su parte que los «Jeunes».
Hasta el año de su muerte en 1925, absolutamente nadie excepto él entró a su habitación en Arcueil
desde que se mudara hacía veintisiete años. Lo que sus amigos
descubrieron ahí, después de su entierro en el cementerio de Arcueil,
tenía el encanto de la tumba de Tutankamon;
además del polvo y las telarañas (lo cual, entre otras cosas, aclaró
que Satie jamás compuso usando su piano), descubrieron numerosos
objetos:
- una colección de unos cien paraguas, algunos aparentemente jamás usados;
- el retrato que le hizo su amiga Suzanne Valadon en 1893;
- cartas de amor y dibujos de la época de Valadon;
- otras cartas de todos los períodos de su vida;
- su colección de dibujos de edificios medievales (desde entonces sus amigos empezaron a ver la relación entre Satie y ciertos anuncios de periódico anónimos acerca de «castillos de plomo» y cosas parecidas);
- otros dibujos y textos de valor autobiográfico;
- otras cosas memorables de todos los periodos de su vida, entre ellos siete trajes de terciopelo del periodo del «caballero de terciopelo».
Pero lo más importante, había composiciones de las cuales nadie había
oído hablar (o que se creían perdidas) por todos lados: atrás del
piano, en las bolsas de los trajes de terciopelo, etc. Estas incluían
las Vexations, Geneviève de Brabant, y otros no publicados o no terminados, como el pez soñador, muchos ejercicios de la Schola Cantorum,
un conjunto no conocido de las piezas «caninas», algunos otros trabajos
para piano, muchas veces sin título (las cuales fueron publicadas como Nuevas Gnossiennes, Pièces Froides, Enfantines, Música de amoblamiento, etc.).
De acuerdo a Milhaud,
Satie «profetizó el mayor movimiento en la música clásica que aparecerá
en los próximos cincuenta años dentro de su propia obra musical».
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