dilluns, 29 d’abril del 2019

INFO SOBRE LA SALIDA NIT DEL MUSEUS 2019. VAMOS AL MUSEU EGIPCI






Hola xarxeros/xarxeras:

Hace unos años propuse esta salida en la Nit del Museus pero no tuvo acogida. 
Este año la vuelvo a promocionar porque ya conoceis mi trayectoria y pienso que vale la pena aprovecharla para visitar este interesantísimo Museo dedicado a la sociedad, cultura y arte egipcio.

Este año vamos al Museu Egipci el día 18 de Mayo (Dia Internacional de los Museos) a las 19 h., con visita libre y gratuita.



CONTACTO:

Como es habitual a través del e-mail: xarxafemcultura@gmail.com o por WhatsApp al número 625188150 antes del día 15 a las 00 h. para organizar la salida con el grupo.



HORARIOS:

Para los residentes en Castelldefels: Cogereis el tren de las 18'02 hasta Paseo de Gracia. El Museo está allí mismo. En la calle Valencia 284, entre Paseo de Gracia y Pau Clarís.
Teneis que estar a las 18'45 h. como muy tarde. Yo ya estaré haciendo cola para todos vosotros desde las 17 h. de la tarde. 

Para los residentes en Barcelona y sus alrededores: Nos vemos en la cola a las 18'45 h.








Espero que este año os animeis¡¡¡¡. Yo ya lo conozco y no os vais a arrepentir de visitarlo¡¡¡¡  

NIT DELS MUSEUS 2019. REVISITAMOS EL MUSEU EGIPCI DE BARCELONA


El Museo Egipcio de Barcelona es una institución de interés cultural y educativo que pertenece a la Fundación Arqueológica Clos, una entidad privada y sin ánimo de lucro que consigue autofinanciarse mediante múltiples actividades culturales generadas alrededor de la Colección de Arqueología Egipcia y de la Biblioteca Jordi Clos.
La Fundación actúa como elemento dinamizador del museo; de hecho, ambos son indisociables para obtener unos buenos resultados en términos económicos y en número de visitantes.
El museo, además, fue el primero de temática faraónica inaugurado en España y sus más de 1.100 piezas, sus constantes exposiciones temporales y su fondo bibliográfico especializado, lo convierten en un referente dentro del ámbito de la arqueología egipcia.
Del mismo modo, es interesante resaltar sus atractivas iniciativas de divulgación general. Un ejemplo de ello son las visitas nocturnas dramatizadas, los cursos de formación para todas las edades, los talleres infantiles y juveniles, las expediciones culturales, las misiones arqueológicas y los viajes a lugares de interés histórico universal.
El museo se encuentra situado en la calle Valencia y desde que abrió sus puertas por primera vez en 1994 está a disposición del público 362 días al año.








Historia del Museo

 

El nacimiento y recorrido del Museo Egipcio de Barcelona está íntegramente ligado a la figura del señor Jordi Clos Llombart (Barcelona, 1950), presidente de la cadena hotelera Derby Hotels Collection. Jordi Clos ha sabido compaginar su pasión por el antiguo Egipto, con su actividad empresarial en el mundo de la hostelería; muestra de ello es que en 1992, decidiera exponer al público su colección de 70 piezas de Arqueología Egipcia en el Hotel Claris de Barcelona, convirtiéndose en la primera exposición permanente de arte egipcio de la ciudad.
A partir de ese momento, y viendo la gran acogida e interés que despertaba la cultura faraónica, creó –ese mismo año- la Fundación Arqueológica Clos con recursos totalmente privados. Dos años después, el 23 de marzo de 1994, el Museo Egipcio de Barcelona abría sus puertas con sede en la Rambla de Cataluña, convirtiéndose en el primer museo monográfico de temática faraónica en España. En sus instalaciones se exponían al público 300 obras pertenecientes fundamentalmente a temáticas del mundo funerario y de las creencias religiosas.
En 1994 y en colaboración con el Griffith Institute de la Universidad de Oxford, se creó la exposición “Tutankhamon, imatges d’ un tresor sota el desert egipci” (Tutankhamon, imágenes de un tesoro bajo el desierto egipcio), que tuvo una excelente acogida por parte del público. De esos años también datan la organización de expediciones culturales y la aparición de visitas guiadas y talleres para las escuelas, con la intención de transmitir a los más pequeños la pasión por el antiguo Egipto.
Sin embargo, poco a poco las instalaciones del Museo fueron quedándose pequeñas. La colección crecía rápidamente y el número de visitantes desbordaba las salas. Por este motivo fue necesario su traslado a una nueva sede en el año 2000. Esta medida permitió multiplicar los espacios expositivos y conseguir que los visitantes pudieran disfrutar de un mayor número de piezas, las cuales, hasta entonces, no habían estado expuestas en el museo. 





Colección permanente

 

El Museo Egipcio de Barcelona posee una colección permanente formada por más de 1.100 obras del Antiguo Egipto, a través de las cuales el público puede aproximarse a la vida y a las costumbres de una de las civilizaciones más fascinantes de la Historia de la Humanidad.
Obras de gran belleza artística y calidad técnica que se encuentran agrupadas en varios ámbitos temáticos para facilitar la comprensión desde el punto de vista formativo y didáctico.

 

 

 

El Faraón

 

El Faraón era un personaje de gran poder en el estado egipcio; gobernaba y dirigía el país, por lo que se encontraba en el grado más alto de la pirámide social: era el garante del orden cósmico.
Algunas piezas destacadas en este ámbito son:
  • La estatua del faraón Ramsés III (1194-1163 a.C.): En esta bella estatua, Ramsés III sostiene un estandarte divino, que pudo estar rematado con la representación del carnero de Amón. Los textos jeroglíficos muestran los diferentes nombres del rey.
  • La cabeza de estatua del faraón Nectanebo I (380-362 a. C.): Nectanebo I fue el fundador de la Dinastía XXX, última dinastía nativa. Egipto no volverá a gozar de una situación de independencia, con líderes autóctonos, hasta el siglo XX. La identificación con Nectánebo se basa en la comparación con estatuas que conservan el nombre de este faraón.
  • El ushebti de Senkamanisken (643-623 a. C.): Tras el abandono de Egipto por los faraones de la Dinastía XXV, sus descendientes siguieron gobernando en Nubia. En la pirámide de Senkamanisken (Nuri), se hallaron más de mil ushebtis del monarca.
  • La Estela de Donación en la que aparece Cleopatra VII (51-30 a. C.): La reina y el rey realizan ofrendas a las divinidades Heka y Sejmet. A partir del estudio realizado por el doctor Jean Yoyotte, la reina ha sido identificada con Cleopatra VII y el rey como Ptolomeo XIII o Ptolomeo XIV.

 

 

 

Cargos y personajes privados

 

Egipto representa uno de los modelos de estado más antiguos de la humanidad: centralizado en la figura del faraón y rodeado de un gran número de funcionarios; muchos de ellos los podemos conocer gracias, en parte, a piezas como las que se encuentra en esta colección.
Algunos ejemplos destacados:
  • La estatua cubo de Huy​ (1307- 1196 a. C.): Bella y completa representación de Huy, del cual desconocemos sus títulos, si es que los tuvo. Se trata de una pieza muy emotiva, ya que los textos jeroglíficos con la expresiva frase «…de su hijo, que hace vivir su nombre…», que fue dedicada por un hijo (el escriba Huy) a su difunto padre. Del mismo modo, sobre la pieza aparece el nombre de otro hijo, el escriba Iny.
  • La estatua del vigilante de la sala e inspector de los jardines de Amón (1550-1307 a. C.): El personaje, arrodillado, sostiene una estela con un himno dirigido a Re-Haractes. Tras él, otra estela contiene un himno dirigido a Osiris y a Amón. Este tipo de estatuas se encontraban en el interior de un nicho horadado sobre la puerta de las tumbas privadas tebanas.
  • El cartonaje perteneciente a la Dama de la Casa Dyed-Montu-iues-anj​ (945-715 a. C.): Desde el Imperio Medio, el título de Dama de la Casa fue uno de los más comunes para referirse a las mujeres de la élite. En las casas nobles, la Dama de la Casa era la responsable de la mayor parte de las actividades domésticas, como la fabricación del pan y cerveza, la cocina, el tejido, el almacenamiento de grano, el cuidado de los animales y la producción artesanal. En el cartonaje aparecen representadas numerosas divinidades protectoras, así como los textos jeroglíficos que enuncia una característica fórmula de petición de ofrendas y proporcionan el nombre de la señora y el de su esposo.
  • El grupo escultórico integrado por tres personajes masculinos​ (715-332 a. C.): Se trata de un buen ejemplo de estatua tardía en la que se han aplicado elementos estilísticos de épocas anteriores. A pesar de los textos jeroglíficos redactados en la parte posterior y en uno de los laterales, su estado de conservación no permite identificar a los personajes.

 

 

 

La Joyería

 

En actividades creativas como la joyería, los egipcios lograron alcanzar niveles inimaginables, siendo sus productos las muestras más evidentes de una sofisticada cultura y de un dominio ejemplar de las diversas técnicas utilizadas.
En el museo se pueden contemplar algunos ejemplos como:
  • La cabeza en oro del dios Osiris​ (715-332 a. C.): oro, plata y electrum fueron los metales predilectos para la fabricación de joyas. El oro, con su brillo e incorruptibilidad, se relacionaba con el sol y con el concepto de inmortalidad (así, la carne de los dioses era de oro). La plata se relacionó con la luna; de plata eran también los huesos de los dioses. El electrum, en estado natural o producido artificialmente, es un compuesto de oro y plata, por lo que asumió las funciones simbólicas de ambos.
  • El anillo de oro perteneciente a un personaje llamado Sa-Neith (664-525 a. C.): Se trata de una pieza sumamente singular, de la que no existen más de media docena en todo el mundo (en cuanto a tamaño y calidad de ejecución). Los títulos de Sa-Neith son los siguientes: 'Profeta y padre divino', 'Director de las capillas (de la diosa Neith)', 'Sacerdote de Horus', 'Aquel cuyas dos diademas son grandes', 'Sacerdote wen-ra de Ptah, que le ama', 'Señor de la ciudad de Letópolis (en el delta; posiblemente la ciudad de origen del propietario del anillo).
  • Pectoral de esteatita (1550-1070 a. C.): piezas como esta podían substituir al escarabajo del corazón, asumiendo la función de propiciar un juicio justo para el alma de su propietario. El escarabajo pelotero fue uno de los animales que aporto mayor simbología a la cultura egipcia. Se asoció al sol y fue considerado como un símbolo de regeneración o de autocreación.

 

 

 

El trabajo de la piedra y la cerámica

 

Ya desde el Periodo Predinástico, el tratamiento de la piedra y la cerámica alcanzó un nivel técnico y estético muy alto, escasamente superado durante la época faraónica. Fue en las creaciones en piedras de todo tipo donde los egipcios aprendieron y practicaron las técnicas de trabajo que aplicaron a gran escala en sus obras escultóricas y arquitectónicas. Se puede afirmar que las producciones en piedra figuran como la vajilla de lujo por excelencia, relegando la cerámica a un papel secundario.
Cabe destacar:
  • El recipiente de alabastro (2465-2150 a. C.).
  • El cuenco de granodiorita (2920-2575 a. C.).

 

 

Cosmética y erotismo

 

La atención y el cuidado que los egipcios dedicaron a sus cuerpos se pone de manifiesto en el uso de gran cantidad de objetos y productos relacionados con la cosmética. Este sentido estético, destinado esencialmente a aumentar el atractivo de hombres y mujeres, no estaría exento de una cierta carga de erotismo.
A pesar de todo, las representaciones figuradas o los textos escritos de carácter erótico sexual no son comunes en el arte y la literatura egipcios, al menos de una forma demasiado directa. Por ejemplo:
  • Un espejo con la representación de los dioses Osiris, Isis y Neftis (715-332 a. C.): Los espejos egipcios tenían las superficies de metal, generalmente, cobre, bronce o plata. Por su forma y brillo, estaban asociados simbólicamente con el sol. Muchas de estas piezas eran entregadas a divinidades femeninas como objeto de culto.
  • Un apoyacabezas de alabastro​ (2040-1440 a. C.): Algunos objetos como el apoyacabezas resultan sorprendentes e, incluso, resulta complicado entender que se utilizaran como cojín para hacer más cómodo el descanso. Bajo la cabecera del apoyacabezas se puede apreciar la representación de dos manos abiertas para recibir entre ellas la cabeza.
  • Un recipiente de kohol de madera, marfil y ébano (1550-1307 a. C): Ungüentos, perfumes y pintura para ojos fueron productos ampliamente utilizados por los egipcios. Los papiros médicos enumeran largas listas de substancias destinadas a finalidades varias (eliminación del olor corporal, hidratación de la piel, tratamiento de arrugas y pecas, prevención de la caída del cabello…). El producto más extendido fue el kohol (en egipcio, mesdemet).
  • Una cama de madera (2920-2649 a. C.): Además de ser un indicativo del nivel de confort con el que contaban las casas egipcias de la élite, la cama también fue utilizada como contexto relacionado con actividades sexuales. Muestra de ello son las figurillas femeninas yacentes sobre un lecho que a partir del Imperio Nuevo se incorporaron a las tumbas para propiciar la regeneración del difunto.

 

 

 

Creencias y prácticas funerarias, el mito de Osiris y la momificación

 

Los egipcios consideraban que la muerte era solamente una interrupción temporal, ya que el ser humano tenía la posibilidad de vivir eternamente. Este privilegio, que en un principio afectaba únicamente a los miembros más importantes de la sociedad, poco a poco acabó por extenderse a todos los habitantes del país.
Desde el punto de vista ritual, la momificación del cuerpo era el proceso que condicionaba en mayor medida la posibilidad de la vida eterna. Del mismo modo, el individuo debía disponer de una tumba o casa de eternidad que acogiera su momia, el equipamiento necesario para su subsistencia y una zona de culto.
Vestigios de esta fascinante cultura pueden ser hallados en piezas tales como:
  • Una momia romana de las denominadas retratos de El Fayum​ (150-200 a. C.); Esta momia a la que se ha rebautizado como la 'Dama de Kemet', es una muestra tardía de una de las actividades más singulares practicadas por los egipcios. Sobre sus vendas se alude mediante representaciones divinas al ciclo de muerte-resurreción-continuidad de la vida, objetivo último que se pretende para ella.
  • Una estatuilla de bronce de Isis y Osiris (715-332 a. C.): Osiris, que fue asesinado por su hermano Set, recobró la vida gracias a su esposa Isis, resucitando en el mundo de los muertos. Horus, hijo de ambos, se convirtió en su heredero. La posibilidad de vida tras la muerte concretada en Osiris fue la base principal de las creencias religiosas y las prácticas funerarias.
  • Una caja de madera utilizada como contenedor de vísceras​ (302 – 30 a. C.): Ricamente decorada con escenas y motivos de tipo religioso entre los que destacan diversos amuletos (ojos udyat, pilar dyed, el nudo de Isis, el signo de la vida anj o el cetro uas). También pueden apreciarse una 'falsa puerta', una escena con la propietaria de la caja ante los cuatro hijos de Horus y otra con las diosas Isis y Neftis flanqueando el fetiche de Abido, símbolo del dios Osiris.
  • Un ataúd y momia de halcón en madera (715-332 a. C.): Al igual que los seres humanos, determinados animales también fueron momificados al ser considerados como manifestaciones terrenales de los dioses. Así, el gato era el animal sagrado de la diosa Bastis; el ibis, de Tot; el cocodrilo de Sucos, y el halcón, de Horus.

 

 

 

Las dependencias funerarias

 

Las tumbas egipcias eran consideradas las casas de eternidad de los difuntos. Por tanto, las pirámides, las mastabas o las tumbas rupestres gozaron de gran importancia.
Piezas relacionadas con este ámbito son:
  • El ataúd de madera estucada y pintada (715-332 a. C.): Por el tamaño y la ausencia de la barba postiza, podría tratarse del ataúd de un niño. Es de destacar la conservación de los elementos utilizados para el ensamblaje de las dos partes que componen la pieza así como la presencia de restos del vendaje de la momia.
  • La parte superior de la cubierta del ataúd en caliza (664-525 a. C.): A partir del Imperio Nuevo se generalizó el uso del ataúd antropoide. Esta pieza fragmentaria muestra en un trabajo de gran calidad la parte correspondiente al rostro del difunto. El sexo masculino del personaje es deducible a partir de las sujeciones para la barba postiza.
  • Una máscara funeraria (Siglo I a. C.): La máscara funeraria cubría directamente la cabeza y el torso de la momia. Su función más destacada era la de facilitar la identificación del difunto a partir de la reproducción de sus rasgos faciales. Sobre ellas aparecen además diversos elementos ornamentales y divinidades protectoras.
  • El ataúd del sacerdote Cnumhotep en madera (1991-1783 a. C.): El ataúd de forma paralelepípeda es característico de los Imperios Antiguo y Medio y de las tumbas reales del Imperio Nuevo. Este ejemplar cuenta con textos jeroglíficos dirigidos a Osiris y Anubis que piden una completa dotación de ofrendas para el sacerdote Cnumhotep. Los ojos representados en uno de sus laterales permitían al difunto observar lo que ocurría en el mundo exterior.

 

 

 

La capilla de culto

 

Al contrario que las cámaras sepulcrales, la zona de culto funerario de las tumbas egipcias era accesible para los allegados o los responsables de realizar las ofrendas necesarias para garantizar la subsistencia del difunto.
Estatuas de sustitución, estelas de “falsa puerta”, mesas de ofrendas y representaciones parietales de todo tipo, son algunos de los elementos más comunes que integran los espacios culturales.
El complejo universo del culto egipcio queda representado con piezas tales como:
  • La estela-falsa puerta del escriba Sebekemheb(1391-1353 a. C): La estela de 'falsa puerta' fue concebida como una vía de comunicación entre el mundo de los vivos y los muertos. Los ojos representados permiten al difunto ver lo que ocurre en el interior de la capilla de ofrendas y, si era necesario, podía salir del recóndito ámbito sepulcral. Las escenas de esta pieza muestran a Sebekemheb y a su esposa ante los dioses Osiris y Anubis. Bajo ellos, diversos familiares aportan ofrendas para los difuntos.
  • La mesa de ofrendas perteneciente a Inpu​ (1550-1070 a. C.): La mesa de ofrendas era colocada ante la estela falsa puerta a fin de que el difunto pudiera encontrar allí los alimentos necesarios para subsistir en el Más Allá. Las ofrendas, normalmente, se representaban sobre la superficie.
  • El fragmento de relieve parietal con un personaje noble decorando su tumba (1307 – 1196 a. C.): Desde el Imperio Antiguo, las paredes de las capillas de culto fueron ocupadas por representaciones pintadas o en relieve. En este caso, un personaje vestido con la indumentaria típica del visir, está decorando la que parece ser su propia tumba. Con la mano izquierda sujeta un elemento de difícil identificación y bajo la silla, se encuentra otro, interpretable como un contenedor de papiros.
  • La mesa de ofrendas de terracota (1191-1640 a. C.): Las mesas de ofrendas, normalmente colocadas en el interior de las capillas de culto ante la estela falsa-puerta, servían de soporte a los alimentos sólidos y líquidos que el culto funerario aseguraba a los difuntos.
  • El cono funerario del Jefe de los Cerveceros y de los Corrales de Amón (1550-1070 a. C.): El cono funerario es un producto típicamente tebano. Se han encontrado numerosos ejemplares asociados a las tumbas privadas, desconociéndose con precisión su función exacta. Los textos más habituales que muestran suelen citar los nombres y los títulos de personajes importantes.


El culto en los templos

 

El templo egipcio fue concebido como la casa de los dioses, una morada adecuada para su adoración. El ser humano debía mantener el orden cósmico, demostrando su agradecimiento por habérsele permitido habitar en la tierra.
Piezas destacadas son:
  • El relieve parietal con la representación del dios Amón (1550-1070 a. C.): Amón era el dios de lo invisible, de ahí que se le denominara 'el oculto'. En este bajorrelieve aparece entronizado y luciendo su característico tocado formado por dos largas plumas. Durante el Imperio Medio y Nuevo, Amón llegó a ser el dios legitimador del estado faraónico, protegiendo la autoridad real y el imperio.
  • La representación de un faraón en forma de esfinge en piedra caliza (332-30 a. C.): La esfinge egipcia suele interpretarse como el resultado de la integración de dos poderes: por un lado la fuerza y el vigor que proporciona el cuerpo del león y, por el otro, el rango divino o regio aportado por la cabeza de faraón o de una divinidad. Este tipo de piezas solían utilizarse como objetivo votivo.
  • La estela funeraria en madera (1070 a. C.-715 a. C.): En esta estela se pueden identificar los dioses Re-Haractes y Atum, que reciben ofrendas por parte de la dama Taheru. En el texto de mayor longitud, se nombran algunos de sus familiares, su padre, el 'Padre divino de Amón, en Karnak', llamado Dyed-Hor, hijo de Tairy.





Dioses de Egipto

 

Los antiguos egipcios adoraron a miles de dioses; quizá una de las facetas más características fuera el culto que rindieron a ciertos animales, reflejado claramente en sus creaciones artísticas. Estas divinizaciones siempre estaban relacionadas con algún proceso de observación de la naturaleza, transformando a estos seres en la encarnación de los dioses. Ejemplos de algunas piezas del museo son:
  • La cabeza de babuino en caliza (1550-1307 a. C.): estas representaciones de babuinos de grandes dimensiones frecuentemente ornamentaban los templos, pues se consideró que estos animales estaban íntimamente relacionados con el Sol. Esta creencia procedía de la observación de que estos monos gritan al amanecer, justo cuando el astro solar se eleva en el horizonte.
  • La representación de la diosa Bastet​ (664-525 a. C.): Los gatos fueron divinizados y considerados protectores, dada su capacidad para cazar animales dañinos (roedores, serpientes…). No obstante, la diosa Bastet no sólo tenía connotaciones amables y maternales, además podía transformarse en un ser iracundo y cruel, por lo que su carácter se confundía con el de Sacmis, la diosa leona de la guerra.
  • El amuleto del toro Apis​ (664-525 a. C.): diversos dioses egipcios podían encarnarse en el toro, aunque Apis llegó a ser el más poderoso y célebre. Cada año los sacerdotes seleccionaban al animal que consideraban la encarnación del dios, para finalmente ser momificado y enterrado con gran lujo. El culto a esta divinidad relacionada con la fertilidad y la fuerza fue especialmente intenso en las épocas más tardías.
  • La estatua de la diosa Tueris (715-332 a. C.): Esta curiosa divinidad con cuerpo de hipopótamo, pies y brazos de león, pechos humanos y cola de cocodrilo, fue la patrona de las mujeres durante el embarazo y el parto. Con su aspecto feroz, protegía a mujeres y niños de los seres malignos.
  • Representación de la divinidad Horus de Buto (715-332 a. C.): Hay numerosos aspectos del dios Horus que presentan substanciales diferencias desde el punto de vista iconográfico. Esta pieza es un ejemplo claro. El denominado Horus de Buto se representa con cuerpo humano masculino y cabeza de león. En la plataforma figura un texto dirigido a la diosa deltaica Uadyet.