Este mes de abril con la Semana Santa ha sido difícil decidir dónde ir.
La idea inicial era llevaros a Sitges y allá nos vamos.
Esta visita será de pago y no será guiada porque nos cobran una barbaridad -como vereis en el blog de los horarios- y estará compuesta por dos museos que se ven así. En conjunto. Aunque cada uno tiene su propia personalidad.
Pido disculpas porque la información en catalán era mucho mejor. Así que he utilizado el traductor para haceros el blog. Pero en el apartado "Vidrios" no hay manera de que el texto sea "normal". Me queda en columna sin que mis intentos por solucionarlo concluyan en éxito.
MUSEU CAU FERRAT
El Museo Cau Ferrat, ubicado en Sitges, es un museo biográfico localizado en la casa y estudio del pintor y escritor Santiago Rusiñol, una de las figuras destacadas del modernismo en Cataluña. Fue inaugurado en 1933 y está integrado en la Red de Museos Locales de la Diputación de Barcelona.
Desde el año 2009, forma parte de una sección junto con la Biblioteca Museo Víctor Balaguer, del Museo Nacional de Arte de Cataluña. Tras obras de reforma, reabrió sus puertas en diciembre de 2014.
História
El
origen del "Cau Ferrat" de Sitges se encuentra en la colección de
hierros forjados que Santiago Rusiñol había recogido en sus viajes por
Cataluña. Inicialmente se instaló en el taller del escultor Enric Clarasó, situado en el número 38 de la calle Muntaner de Barcelona. En este espacio donde se reunían con otros artistas, Clarasó trabajaba y Rusiñol pintaba al natural.En
1893 adquirió una casa de pescadores en Sitges, en el antiguo barrio de
San Juan, situada en lo que hoy se conoce como Rincón de la Calma. Al año siguiente, en 1894, compró la casa de al lado, Can Sin, también construida en el siglo XIV. Las
derribó para construir su casa-taller que nombró Cae porque quería que
fuera un refugio para los amantes de la poesía y Ferrat por la colección
de hierros forjados. Encargó la construcción a Francisco Rogent. La casa se inauguró en petit comité el día 11 de septiembre de 1893,
aunque su inauguración oficial fue el 25 de julio de 1894, con actuación
de la banda municipal incluida
Por
Cau Ferrat pasaron los pintores, músicos, poetas y escritores más
importantes de finales del siglo XIX y desde aquí abrieron Cataluña a
las corrientes europeas más innovadoras del momento. Durante la estancia de Rusiñol en Cau Ferrat se organizaron diversas fiestas, conocidas como las Fiestas Modernistas. La
más relevante es la Tercera, de 1894, cuando Rusiñol trasladar los dos
cuadros de El Greco que había adquirido esa primavera en París y el 4 de
noviembre de 1894, al llegar al pueblo, fueron recibidos como si se
tratara de una fiesta mayor, con una comitiva popular y personalidades relevantes del mundo intelectual catalán. Los cuadros eran "Las lágrimas de San Pedro" y "Magdalena Penitente".Rusiñol dispuso en su testamento que a su muerte, el "Cau Ferrat" pasara a la villa de Sitges. El artista murió en 1931 y el 13-12-1932 el Ayuntamiento recibió el legado de manos de su familia. El
"Cau Ferrat" fue inaugurado como museo público el 16 de abril de 1933.
Estuvo bajo la tutela de la Junta de Museos de Cataluña, dirigido por
Joaquim Folch i Torres, que tuvo cuidado de la museización del Templo
del Modernismo.
Colecciones
Pintura i dibuix
La colección de pintura y dibujo del Cau Ferrat es, junto con la de hierros, la más numerosa en cuanto a piezas. De otro modo, es también una de las colecciones que más interés despierta entre los visitantes. Por
un lado, porque reúne aquellas obras russinyolianes que el artista
quiso conservar toda la vida y por las que sentía una estimación
especial (algunas ni siquiera fueron expuestas en vida del autor). Y
por otro, porque están representados muchos de los principales nombres
de la pintura catalana de finales del siglo XIX y principios del XX:
Ramón Casas, Pablo Picasso, Arcadi Mas i Fondevila, Isidre Nonell,
Hermenegildo Anglada Camarasa, Ramon Pichot y Gironès, etc. Algunos de ellos fueron grandes amigos de Rusiñol y con otros hay tuvo sólo una relación tangencial. En
todos los casos, sin embargo, las pinturas y los dibujos del Cae
reflejan los gustos de su propietario y también las corrientes
artísticas que en aquella época estaban en boga: Impresionismo,
Modernismo, Simbolismo ...
Hierros
Aunque
poco a poco se paliando el error, demasiado a menudo las facetas de
pintor y de literato han dejado en la sombra la vertiente coleccionista
de Santiago Rusiñol. Sus
cuadros y sus libros han merecido la atención y el análisis de muchos
estudiosos que han dedicado fuerza páginas a glosar el artista o el
intelectual y que, en cambio, han mencionado de pasada -casi como si se tratara de un divertiment- su gran pasión por coleccionar antigüedades y, principalmente, objetos de forja. Y, sin embargo, desde un punto de vista cronológico, la reputación de
Rusiñol como coleccionista de hierros fue anterior a su notoriedad
pictórica ya su popularidad como dramaturgo.
Gracias a Rusiñol ya un reducido grupo de coleccionistas de piezas antiguas de hierro (entre ellos, varios amigos suyos que compartían la misma manía), el arte de la forja dejó de ser visto como una expresión creativa menor y empezó a convertirse en materia de estudio, al tiempo que experimentaba una importante revalorización que, como en muchos otros oficios artesanos, se haría evidente sobre todo en la arquitectura modernista (sólo hay que recordar el virtuosismo que alcanzan los trabajos de hierro en algunos de los edificios proyectados por Gaudí, Puig i Cadafalch o Montaner).
Gracias a Rusiñol ya un reducido grupo de coleccionistas de piezas antiguas de hierro (entre ellos, varios amigos suyos que compartían la misma manía), el arte de la forja dejó de ser visto como una expresión creativa menor y empezó a convertirse en materia de estudio, al tiempo que experimentaba una importante revalorización que, como en muchos otros oficios artesanos, se haría evidente sobre todo en la arquitectura modernista (sólo hay que recordar el virtuosismo que alcanzan los trabajos de hierro en algunos de los edificios proyectados por Gaudí, Puig i Cadafalch o Montaner).
Vidrio
A diferencia de la colección de hierros, una parte de la cual ya decoró las paredes del estudio-taller de Barcelona que Santiago Rusiñol compartía con Enric Clarasó, la colección de vidrios llegó directamente en Sitges con posterioridad a la edificación del Cau Ferrat.
De hecho, no se trata de un conjunto homogéneo, sino de dos grandes colecciones que reúnen un total de casi cuatrocientos objetos conseguidos por Rusiñol en dos momentos distintos de su vida. En el Gran Salón se encuentra la colección de cristales de época moderna, mientras que en la sala del Manantial está ubicada la de vidrios arqueológicos o antiguos. Las diversas procedencias de las piezas y el amplio abanico cronológico que cubren hacen que estén presentes gran parte de las diferentes técnicas con las que se ha trabajado este material a lo largo de la historia. decoró las paredes del estudio-taller de Barcelona que Santiago Rusiñol compartía con Enric Clarasó, la colección de vidrios llegó directamente en Sitges con posterioridad a la edificación del Cau Ferrat
De hecho, no se trata de un conjunto homogéneo, sino de dos grandes colecciones que reúnen un total de casi cuatrocientos objetos conseguidos por Rusiñol en dos momentos distintos de su vida. En el Gran Salón se encuentra la colección de cristales de época moderna, mientras que en la sala del Manantial está ubicada la de vidrios arqueológicos o antiguos. Las diversas procedencias de las piezas y el amplio abanico cronológico que cubren hacen que estén presentes gran parte de las diferentes técnicas con las que se ha trabajado este material a lo largo de la historia. decoró las paredes del estudio-taller de Barcelona que Santiago Rusiñol compartía con Enric Clarasó, la colección de vidrios llegó directamente en Sitges con posterioridad a la edificación del Cau Ferrat
El visitante que entra por primera vez en el Cau Ferrat queda sorprendido ante la extraordinaria cantidad de piezas que alberga el museo y el horror vacui que preside todo el edificio, por lo que muchas de ellas son vistas de reojo o incluso ignoradas. Entre los objetos que pasan más desapercibidos -salvo aquellos que destacan por su volumen-, están los muebles y las esculturas, que frecuentemente son considerados simples complementos decorativos sin ningún valor intrínseco.
Es cierto que tanto el mobiliario como el conjunto de tallas y esculturas no tienen la importancia de las colecciones de hierro y de cristal, pero tampoco se puede negar que reúnen algunas piezas excepcionales que merecen ser observadas más detenidamente.
Ceràmica
A lo largo de su vida, Santiago Rusiñol reunió una importante colección de cerámica que hoy en día se concentra fundamentalmente en dos de las estancias de la planta baja del Cau Ferrat: la cocina-comedor y la sala del Manantial. En ellas el visitante encontrará una heterogénea muestra de más de doscientas piezas que abarcan desde el siglo XIV hasta el XIX: sobre todo platos y bandejas, pero también escudillas, botes de farmacia, lavamanos, cuencos, barreños, frutales, cántaros, soperas y varios paneles de azulejos.
La procedencia de estos objetos es muy diversa. La alfarería catalana supone casi la cuarta parte de la colección, aunque están representados también los principales centros de producción cerámica de la Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla, Andalucía y Murcia. El conjunto se completa con varias piezas procedentes de Mallorca, Italia y Francia.
MUSEU MARICEL
El Museo Maricel es un museo ubicado en el centro de Sitges (España), al lado del Palacio Maricel, concretamente en la Calle Fonollar,
en primera línea de mar. Permaneció cerrado al público por obras y
reabrió sus puertas en diciembre de 2014. El Museo está integrado en la Red de Museos Locales de la Diputación de Barcelona.
Colecciones
En 1969 la Diputación de Barcelona compró el edificio de Maricel de
Mar con el objetivo de instalar en él la heterogénea colección del
doctor Jesús Pérez-Rosales
(Manila,1896-Barcelona, 1989), reputado ginecólogo y apasionado
coleccionista, al cabo de un año se inauguró oficialmente el nuevo Museo Maricel. Formada por más de tres mil piezas de la más diversa procedencia, la colección incluye murales románicos (como el Pantocrátor de Santa María de Cap d'Aran,
datado en el siglo XII), ejemplares de pintura gótica sobre tabla
(entre ellos, dos piezas del retablo de Sant Pere de Cubells, obrador
por Pere Serra), tallas y retablos renacentistas, esculturas modernistas y noucentistes de Josep Llimona (Desconsuelo), Enric Clarasó (Cabeza de niño llorando), Joan Rebull (Descasno, Aurora o Gitanilla, Josep Clarà, Josep Cañas o Pablo Gargallo (La segadora), seis plafones en tela de Josep Maria Sert alegóricos de la Primera Guerra Mundial, así como numerosos cuadros, muebles, piezas de orfebrería litúrgica, cerámicas y porcelanas.
Desde 1995 el Museo Maricel alberga también la Colección de Arte de la villa de Sitges,
que ocupa varias salas del segundo piso. En ellas se pueden ver unas
cincuenta obras de artistas de sitgetanos de los siglos XIX y XX y de
otros que estuvieron muy vinculados a la villa en este mismo período.
Este fondo de arte permite al visitante efectuar un sugerente recorrido
por las dos últimas centurias de la pintura catalana, desde Joaquim Espalter (nacido en Sitges en 1809) hasta Pere Pruna (que pasó aquí largas temporadas durante los años 1940 y 1950).
La Escuela Luminista de Sitges, que sirivió de puente entre Mariano Fortuny y los modernistas, está representada profusamente, con piezas de Felip Masó ( entre las cuales, la emblemática Procesión de san Bartolomé), Joaquim de Miró (La recolección de la malvasía), Josep Batlle i Amell, Arcadio Mas (La procesión de Corpus en Sitges), Juan Roig y Soler y Antoni Almirall. También se hallan varias obras de Santiago Rusiñol entre las que destacan Atardecer, pintado en Biniaraix (Mallorca), y los retratos de los sitgetanos Salvador Robert, Pere Forment y Lluís Magrans. Es de Ramón Casas el excepcional Retrato de Charles Deering, el personaje que a comienzos del siglo XX promovió la construcción del conjunto de Maricel.
La La Maternitat del sitgetano Joaquim Sunyer abre la sala dedicada al Noucentisme, en la que también se pueden ver lienzos y dibujos de Agustí Ferrer Pino, Josep Vidal y Josep M. Llopis de Casades, entre otros. La muestra se completa con piezas de Artur Carbonell (Niña enlutada), Guillem Bergnes (Rocas de Sant Sebastià), Alfred Sisquella y el ya mencionado Pere Pruna.
Anexa a la Colección de Arte de la villa de Sitges se encuentra la Colección de Marinería de Emerencià Roig i Raventós
(Sitges, 1881- Barcelona, 1935), donada por su hermano al Ayuntamiento
de Sitges. Roig fue un importante especialista en temas marítimos y
autor de libros como La pesca a Catalunya (1926), La marina catalan del vuit-cents (1929) y Sitges dels nostres avis
(1934). La colección está formada por un variado conjunto de maquetas y
miniaturas de barcos, dibujos y grabados, mapas, instrumentos núaticos
(sectantes, brújulas, etc.) y arreos
de pesca (nasas, palangres, anzuelos, agujas para reparar redes, etc.),
que antiguamente utilizaban los pescadores a lo largo del litoral
catalán.
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