dissabte, 14 de març del 2015

DOS BAILARINES. DOS ESTILOS DIFERENTES.

















ANTONIO RUIZ SOLER. "ANTONIO"

(Más conocido por Antonio; Sevilla, 1921 - Madrid, 1996) Bailarín y coreógrafo español, más conocido como "Antonio" o "Antonio el Bailarín". Desde pequeño mostró su vocación artística al bailar al son de un organillero por las calles de Sevilla, lo que hacía que regresara a su casa con los bolsillos llenos de monedas. Estudió baile flamenco con Realito y danza clásica con Ángel Pericet.
En 1928 hizo su primera actuación en público y formó pareja con Rosario durante más de quince años; fueron conocidos con el nombre de Chavalillos sevillanos. Sus primeras actuaciones tuvieron lugar en Sevilla, y fueron contratados en 1928 para bailar en la Exposición Internacional de Lieja (Bélgica), y en 1929 para la Exposición Mundial de Sevilla. Antonio continuó sus estudios con los maestros Otero, Pericet y Frasquillo, a la vez que su popularidad iba creciendo. Su primera gran consagración le llegó con su representación para Alfonso XIII y Victoria Eugenia.
En octubre de 1936, Antonio y Rosario actuaban en el sur de Francia cuando tuvieron noticias del comienzo de la Guerra Civil Española, por lo que decidieron no regresar a España y embarcar rumbo a Argentina en febrero de 1937. Desde allí emprendieron una gira por toda Sudamérica con un espectáculo de Carmen Amaya, y continuaron posteriormente sus actuaciones con Rosario y su pequeña compañía. Finalizada la contienda española, el grupo desembarcó en Nueva York, donde el bailarín se reencontró, después de cinco años, con su madre y hermana.
Comenzó en Estados Unidos su carrera cinematográfica con las películas Ziegfield Girls, Sing Another Song, Hollywood Canteen y Panamerican. Debutó como coreógrafo en un espectáculo del Carnegie Hall de Nueva York, con el ballet Corpus Christi en Sevilla (Albéniz, 1943). En 1946, por su parte, estrenó el Zapateado de Sarasate, en el teatro Bellas Artes de México, y en 1953 creó su propia compañía de ballet. Su gran habilidad en la interpretación de bailes flamencos le hizo famoso internacionalmente.
Después de largas giras por los Estados Unidos y Centroamérica, Antonio decidió volver a España en 1949 para el rodaje cinematográfico de las películas José María el Tempranillo y Niebla y Sol, de José María Forqué. Pronto comenzó a ser conocido en toda Europa y a relacionarse con los principales bailarines y coreógrafos de la época. Así, en 1952, Léonide Massine le ofreció en Milán el papel del Molinero en El Sombrero de Tres Picos, que Antonio aceptaba siempre y cuando el papel de la Molinera no se le diera a Rosario, con quien había roto sus relaciones ese mismo año; finalmente el papel lo hizo Mariemma. 



 La consagración cinematográfica de Antonio llegó con la película Duende y Misterio del Flamenco (1953), dirigida por Edgar Neville, donde por primera vez en la danza española se interpretaba un martinete, palo flamenco reservado hasta entonces al cante. Con posterioridad debutó con una nueva compañía, formada junto a la bailarina Rosita Segovia, en el II Festival de Música y Danza de Granada, con las coreografías Llanto a Manuel de Falla (Asencio, 1953) y El Segoviano Esquivo (Salvador, 1953). Para este grupo también creó: Paso a Cuatro (Sorozábal, 1956), Fantasía Galaica (Ernesto Halffter, 1956), Jugando al Toro (Cristobal Halffter, 1960) y Eterna Castilla (Moreno, 1965).
Intercaló giras por Estados Unidos (1963) y la URSS (1964) con el rodaje de las películas: Todo es posible en Granada, Carrusel Napolitano, Noches Andaluzas, Luna de Miel, con la colaboración de Massine, y La Nueva Cenicienta. En Mayo de 1973 acabó de rodar El Amor Brujo y El Sombrero de Tres Picos, de Valerio Lazarov, y en 1978 graba Ley de Raza, con La Chunga. En 1978 estrenó La Casada Infiel, con música de Emilio de Diego, y un año después, cuando se cumplían sus bodas de oro con la danza, Antonio decidió retirarse, diciendo adiós a los escenarios en la ciudad japonesa de Sapporo.
En marzo de 1980 fue nombrado director del Ballet Nacional de España, en sustitución de Antonio Gades, cargo que mantuvo hasta 1983. Para esta compañía realizó numerosas coreografías. Con sus representaciones dio un nuevo enfoque al baile masculino español, estilizó el bolero y fue el primero que puso pasos al martinete, un solemne palo flamenco que hasta ese momento estaba reservado para el toque del yunque y la voz. Su estilo bebía del arte flamenco más puro, estilizado, sin embargo, por la influencia de la tradición del ballet clásico. Su arte ha dejado una profunda huella en las generaciones posteriores.


ANTONIO GADES 

(Antonio Esteve Ródenas; Elda, 1936 - Madrid, 2004) Bailarín y coreógrafo español. Director durante tres años del Ballet Nacional Español, en 1981 formó una nueva compañía con la bailarina española Cristina Hoyos. Junto a ella participó como coreógrafo y bailarín en varias películas del director Carlos Saura: Bodas de sangre (1981), Carmen (1983) y El amor brujo (1986). Gades fue uno de los grandes renovadores del baile flamenco, al que trató de despojar de lo superficial para devolverle su genuina esencia.















Siendo todavía un niño se trasladó con su familia a un barrio humilde de la periferia de Madrid, donde su padre combatió por la causa republicana. Sin una vocación clara, probó fortuna como torero y boxeador, y en 1952 empezó a estudiar danza con la maestra Palitos. Fue la coreógrafa y bailarina Pilar López quien descubrió y apreció su talento y lo contrató como primer bailarín para su compañía flamenca. También ella lo bautizó con el nombre artístico de Antonio Gades.
Con Pilar López estudió los bailes populares españoles, aprendió la técnica del flamenco, se inició en la disciplina de la danza contemporánea y conoció la obra del poeta español Federico García Lorca, que tanto influiría en su trayectoria posterior. En el seno de este grupo realizó su primer trabajo como coreógrafo, Ensueño. Después de un viaje a Italia, en donde trabajó como coreógrafo, en 1964 creó su propia compañía, destinada a convertirse en un futuro en el Ballet de Antonio Gades. En sus montajes, impregnados de un fuerte dramatismo que sorprendió al público, el baile se convierte en expresión profunda de las alegrías y tragedias de un pueblo.
Cuando en 1978 se fundó el Ballet Nacional de España, Antonio Gades fue llamado para dirigirlo. Se mantuvo en la dirección solamente tres años, hasta 1981, a causa de las polémicas que suscitó; le sucedió en el cargo Antonio Ruiz Soler. El mismo año de su salida creó una nueva cooperativa de bailarines que contaba entre sus figuras con Cristina Hoyos, con la que Gades mantuvo siempre una buena relación profesional.
Entre sus coreografías más elogiadas se encuentran Bodas de sangre (1974), basada en el texto de Lorca, Carmen (1983), sobre el texto de Prosper Mérimée, y Fuenteovejuna (1994), inspirada en la obra de Lope de Vega. Gades mantuvo un estrecho vínculo con el medio cinematográfico. Actuó en varias películas, entre ellas Los tarantos (1963, de Francisco Rovira Beleta, junto a la mítica Carmen Amaya), Con el viento solano (1965, de Mario Camus, con la legendaria Imperio Argentina), y Bodas de sangre (1981, de Carlos Saura, con los bailarines Cristina Hoyos y Juan Antonio).
Casado durante varios años con la actriz española Pepa Flores (Marisol), filmaron juntos Los días del pasado (1977, de Mario Camus). Durante toda su vida fue un hombre comprometido con la izquierda, siendo militante del Partido Comunista de los Pueblos de España. En 1988 recibió el Premio Nacional de Danza. Falleció el 20 de julio de 2004 en Madrid.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada