Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 17 de enero de 1600 - ibídem, 25 de mayo de 1681) fue un escritor barroco español del Siglo de Oro, fundamentalmente conocido por su teatro. Caballero de la Orden de Santiago.
Biografía
Pedro Calderón de la Barca y Barreda González de Henao Ruiz de Blasco y Riaño nació en Madrid, el 17 de enero de 1600. Su padre, Diego Calderón, era hidalgo y fue secretario del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda de Felipe II y Felipe III; se casó con Ana María de Henao,
perteneciente a una familia también de origen noble. Pedro fue el
tercero de los cinco hijos que el matrimonio alcanzó a tener y era,
pues, de origen montañés e hidalgo (Viveda, Cantabria).
Empezó a ir al colegio en 1605 en Valladolid,
porque allí estaba la Corte, pero como destacó en los estudios, el
padre, de carácter autoritario, decidió destinarlo a ocupar una capellanía que estaba reservada por la abuela a alguien de la familia que fuese sacerdote. Con ese propósito ingresó en el Colegio Imperial de los jesuitas de Madrid
en 1608, situado donde ahora se encuentra el Instituto San Isidro, y
allí permaneció hasta 1613 estudiando gramática, latín, griego, y
teología. Cuando llevaba dos años allí, falleció su madre (1610) y su
padre casó en segundas nupcias, hecho que lo unió especialmente a sus
hermanos José y Diego frente a la autoridad paterna. Continuó en la Universidad de Alcalá, donde aprendió lógica y retórica y, en 1615, al fallecer su padre, marchó a la Universidad de Salamanca, donde se graduó de bachiller in utroque, esto es, en derecho canónico y civil, sin llegar a ordenarse como había deseado su padre. En 1621 participó en el certamen poético habido con motivo de la beatificación de San Isidro y posteriormente en el de su canonización, en 1622, y ganó un premio tercero.
Decidió abandonar los estudios religiosos por la carrera militar y
llevó una vida algo revuelta de pendencias y juego; también tuvo
problemas en el ámbito familiar, pues el testamento paterno obligaba al
dramaturgo y a sus hermanos a pleitear con su madrastra y a vender el
cargo de su padre para pagar los gastos. Acaso por esto tuvo que entrar
al servicio del duque de Frías, con quien viajó por Flandes y el norte de Italia entre 1623 y 1625. Es posible que las difíciles relaciones con su padre influyeran en su teatro, donde es frecuente encontrar conflictos edípicos entre padres e hijos. El caso es que entre 1623 y 1625 participó en varias campañas bélicas, según su biógrafo Juan de Vera Tassis; anduvo enredado en un homicidio y en 1625 marchó como soldado al servicio del Condestable de Castilla. Su primera comedia conocida, Amor, honor y poder, fue estrenada en Madrid con motivo de la visita de Carlos, príncipe de Gales, en 1623.
Desde 1625, proveyó a la Corte de un extenso repertorio dramático
pero, en 1629, el irrumpir con sus hermanos en sagrado persiguiendo a un
actor, concretamente en el Convento de las Trinitarias de Madrid, donde se encontraba la hija de Lope, le causó la enemistad del monarca de la escena cómica, Lope de Vega, y del famoso orador sagrado gongorino fray Hortensio Félix Paravicino. Calderón correspondió a los ataques de este último burlándose en un pasaje de su comedia El príncipe constante, escrita en ese año, al igual que La dama duende, su primer gran éxito. Con estas y otras comedias fue ganándose el aprecio del rey Felipe IV, quien empezó a hacerle encargos para los teatros de la Corte, ya fuera el salón dorado del desaparecido Alcázar o el recién inaugurado Coliseo del Palacio del Buen Retiro, para cuya primera función escribió en 1634 El nuevo Palacio del Retiro.
Asimismo, eclipsada ya la estrella de Lope en los teatros, se ganó el
aprecio del público en general en la década de los treinta con sus
piezas para los corrales de comedias madrileños de la Cruz y del Príncipe. En 1635 fue nombrado director del Coliseo del Buen Retiro y escribió El mayor encanto, Amor,
entre otros muchos y muy refinados espectáculos dramáticos, para los
cuales contó con la colaboración de hábiles escenógrafos italianos como Cosme Lotti o Baccio del Bianco y expertos músicos para las primeras zarzuelas que se escribieron, como Juan Hidalgo.
En estos encargos palatinos cuidaba de todos los aspectos y detalles de
la representación y asistía además a los ensayos. En 1636 el Rey lo
nombra caballero de la Orden de Santiago y su amigo y discípulo Vera Tassis publica la Primera parte
de sus comedias; al año siguiente la segunda, hasta las nueve que llegó
a imprimir, si bien se conservan otras tres impresas por editores menos
cuidadosos; en 1677 aparecerá, además, la primera parte de sus autos
sacramentales.
Se distinguió como soldado al servicio del Duque del Infantado durante el sitio de Fuenterrabía (1638), y en la guerra de secesión de Cataluña (1640). De su vocación militar guardó siempre un buen recuerdo, como plasmó en unos famosos versos:
Este ejército que ves / vago al yelo y al calor, / la república mejor / y más política es / del mundo, en que nadie espere / que ser preferido pueda / por la nobleza que hereda, / sino por la que él adquiere; / porque aquí a la sangre excede / el lugar que uno se hace / y sin mirar cómo nace / se mira cómo procede. / Aquí la necesidad / no es infamia; y, si es honrado, / pobre y desnudo un soldado / tiene mejor cualidad / que el más galán y lucido; / porque aquí, a lo que sospecho, / no adorna el vestido el pecho, / que el pecho adorna al vestido. / Y así, de modestia llenos, / a los más viejos verás / tratando de ser lo más / y de aparentar lo menos. / Aquí la más principal / hazaña es obedecer, / y el modo cómo ha de ser / es ni pedir ni rehusar. / Aquí, en fin, la cortesía, / el buen trato, la verdad, / la firmeza, la lealtad, / el honor, la bizarría, / el crédito, la opinión, / la constancia, la paciencia, / la humildad y la obediencia, / fama, honor y vida son / caudal de pobres soldados; / que, en buena o mala fortuna, / la milicia no es más que una / religión de hombres honrados.
P. Calderón, Comedia famosa. Para vencer a amor, querer vencerle, Valencia, 1689, pero escrita en 1650
Por entonces se amplía el Palacio del Retiro y se construye un gran estanque de agua en cuya isla central estrenará en 1640 Certamen de amor y celos. Pero, herido durante el sitio de Lérida, obtuvo la licencia absoluta en 1642 y una pensión vitalicia. Estrena sus obras más ambiciosas, las que requieren música (zarzuelas) y más escenografía.
Calderón es por entonces un discreto pero activo cortesano y llega a
convertirse en un personaje muy respetado e influyente, modelo para una
generación entera de nuevos dramaturgos e incluso para talentos tan
grandes como los de Agustín Moreto y Francisco Rojas Zorrilla, sus más importantes discípulos.
A mediados de los cuarenta, decretados sucesivos cierres de los corrales de comedias a causa de los fallecimientos de la reina Isabel de Borbón (entre 1644 y 1645) y del príncipe Baltasar Carlos
(entre 1646 y 1649), así como por las presiones de los religiosos
moralistas contrarios al teatro, desde 1644 hubo un lustro sin teatro.
Muertos sus hermanos José (1645) y Diego (1647), el dramaturgo se sumió
en una crisis que coincide con la de España, entre la caída del Conde-Duque de Olivares (1643) y la firma en 1648 de la Paz de Westfalia. Es más, hacia 1646 nace su hijo natural, Pedro José, y Calderón ha de replantearse su vida.
Cesaron las crisis interior y exterior al reabrirse los teatros en 1649 y al convertirse durante unos años en secretario del Duque de Alba; además, ingresó en los terciarios (Tercera orden de San Francisco) en 1650 y se ordenó sacerdote en 1651. Poco después (1653), obtuvo la capellanía que su padre tanto ansiaba para la familia, la de los Reyes Nuevos de Toledo, y, aunque siguió escribiendo comedias y entremeses, desde entonces dio prioridad a la composición de autos sacramentales,
género teatral que perfeccionó y llevó a su plenitud, pues se avenía
muy bien con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas
y complejidades teológicas. Siguió componiendo espectáculos para los
reyes en el Palacio del Buen Retiro y para la fiesta teológica del Corpus,
pero ahora se inclina por los temas mitológicos, huyendo así su
fantasía de una realidad tan áspera como la que demuestra la firma de la
Paz de los Pirineos
en 1659. Entonces ya era el dramaturgo más celebrado de la corte y
todavía en 1663 el Rey siguió distinguiéndolo al designarlo como su
capellán de honor, hecho que lo obligó a trasladar definitivamente su
residencia a Madrid; la muerte del monarca en 1665 marcó un cierto
declive en el ritmo de su producción dramática. Es nombrado capellán
mayor de Carlos II
en 1666. A lo largo de su trayectoria teatral fue algunas veces
importunado por los moralistas que veían con malos ojos los espectáculos
teatrales, y en especial que los hiciera un sacerdote como él. A ellos
les contestó altivamente de esta manera: «O esto es bueno o es malo; si
es bueno, no se me obste; y si es malo, no se me mande».
Al final de su vida sufrió algunas estrecheces económicas, pero con motivo del Carnaval de 1680 compondrá su última comedia, Hado y divisa de Leonido y de Marfisa;
falleció el 25 de mayo de 1681, dejando a medio terminar los autos
sacramentales encargados para ese año; su entierro fue austero y poco
ostentoso, como deseaba en su testamento: «Descubierto, por si mereciese
satisfacer en parte las públicas vanidades de mi mal gastada vida». Así
dejaba huérfanos los teatros quien fue considerado uno de los mejores
escritores dramáticos de su época.
Obra
La obra teatral de Calderón de la Barca significa la culminación
barroca del modelo teatral creado a finales del siglo XVI y comienzos
del XVII por Lope de Vega.
Según el recuento que él mismo hizo el año de su muerte, su producción dramática consta de ciento diez comedias y ochenta autos sacramentales, loas, entremeses y otras obras menores, como el poema Psale et sile (Canta y calla) y piezas más ocasionales. Aunque es menos fecundo que su modelo, el genial Lope de Vega,
resulta técnicamente mejor que aquel en el teatro y de hecho lleva a su
perfección la fórmula dramática lopesca, reduciendo el número de
escenas de esta y depurándola de elementos líricos y poco funcionales,
convirtiéndola en un pleno espectáculo barroco
al que agrega además una especial sensibilidad para la escenografía y
la música, elementos que para Lope de Vega tenían una menor importancia.
Utiliza frecuentemente piezas anteriores que refunde eliminando
escenas inútiles; disminuye el número de personajes y reduce la riqueza
polimétrica del teatro lopesco. Igualmente, sistematiza la exuberancia
creativa de su modelo y construye la obra en torno a un protagonista
exclusivo. En cierto modo, purga el teatro de Lope de sus elementos más
líricos y busca siempre los más teatrales. Ángel Valbuena Briones ha señalado que en su estilo cabe distinguir dos registros:
- En un primer grupo de obras Calderón reordena, condensa y reelabora lo que en Lope aparece de manera difusa y caótica, estilizando su realismo costumbrista y volviéndolo más cortesano. En ellas aparece una rica galería de personajes representativos de su tiempo y de su condición social, todos los cuales tienen en común los tres temas del teatro barroco español: el amor, la religión y el honor.
En el cultivo de este último tema destaca Calderón en obras como El alcalde de Zalamea, en que se enfrentan el honor
individual (o lo que es lo mismo, la dignidad humana, no costumbre
social o externa) de un labrador rico, Pedro Crespo, cuya hija ha sido
violada por un aristócrata capitán de los tercios del famoso general don
Lope de Figueroa, con el honor corporativo o esprit de corps
de este último. En este drama, una de las obras maestras de Calderón
luce la verdad humana de los caracteres y la sabiduría y experiencia del
héroe, Pedro Crespo, que aconseja así a su hijo Juan antes de que
marche a la milicia con unos versos justamente célebres:
Por la gracia de Dios, Juan, / eres de linaje limpio, / más que el sol, pero villano. / Lo uno y otro te digo; / aquello, porque no humilles / tanto tu orgullo y tu brío, / que dejes, desconfïado, / de aspirar con cuerdo arbitrio / a ser más; lo otro, porque / no vengas desvanecido / a ser menos. Igualmente / usa de entrambos designios / con humildad; porque, siendo / humilde, con recto juicio / acordarás lo mejor / y como tal, en olvido / pondrás cosas, que suceden / al revés en los altivos. / ¡Cuántos, teniendo en el mundo / algún defecto consigo, / le han borrado por humildes; / y cuántos, que no han tenido / defecto, se le han hallado, / por estar ellos mal vistos! / Sé cortés sobre manera; / sé liberal y esparcido, / que el sombrero y el dinero / son los que hacen los amigos; / y no vale tanto el oro / que el sol engendra en el indio / suelo, y que conduce el mar, / como ser uno bienquisto. / No hables mal de las mujeres; / la más humilde, te digo, / que es digna de estimación; / porque al fin de ellas nacimos. / No riñas por cualquier cosa; / que cuando en los pueblos miro / muchos, que a reñir se enseñan, / mil veces entre mí digo: / «Aquesta escuela no es / la que ha de ser». Pues colijo / que no ha de enseñarse a un hombre / con destreza, gala y brío / a reñir, sino a por qué / ha de reñir; que yo afirmo / que, si hubiera un maestro solo / que enseñara prevenido, / no el cómo, el por qué se riña, / todos le dieran sus hijos.
En otras ocasiones aborda las pasiones amorosas que ciegan el alma, en especial los celos patológicos que aborda en El mayor monstruo, los celos o en El médico de su honra, entre otros dramas.
- En su segundo registro, el dramaturgo inventa, más allá del repertorio caballeresco, una forma poético-simbólica desconocida antes de él y que configura un teatro esencialmente lírico, cuyos personajes se elevan hacia lo simbólico y lo espiritual. Escribe entonces fundamentalmente dramas filosóficos o teológicos, autos sacramentales y comedias mitológicas o palatinas.
Calderón destaca sobre todo como creador de esos personajes barrocos,
íntimamente desequilibrados por una pasión trágica, que aparecen en El príncipe constante, El mágico prodigioso o La devoción de la cruz. Su personaje más conocido es el desgarrado Segismundo de Polonia de La vida es sueño,
considerada como la pieza cumbre del teatro calderoniano. Esta obra,
paradigma del género de comedias filosóficas, recoge y dramatiza las
cuestiones más trascendentales de su época: la libertad o el poder de la voluntad frente al destino, el escepticismo
ante las apariencias sensibles, la precariedad de la existencia,
considerada como un simple sueño y, en fin, la consoladora idea de que,
incluso en sueños, se puede todavía hacer el bien.3 Tiene esta obra varias versiones hechas por él mismo. También se apunta en ella, aunque muy en segundo plano, el tema de la educación, tan desarrollado posteriormente en el siglo XVIII.
En este segundo registro, lleva a su perfección el llamado auto sacramental, pieza alegórica en un acto de tema eucarístico destinada a representarse el día del Corpus. Por mencionar sólo algunos, citaremos El gran teatro del mundo o La cena del rey Baltasar.
En cuanto a dramas filosóficos, su obra maestra es, sin duda, La vida es sueño; El médico de su honra y El alcalde de Zalamea en cuanto al drama de honor, aunque hay también piezas comparables como El pintor de su deshonra (h. 1648) o A secreto agravio secreta venganza (1635).
El secreto a voces y La dama duende son cimas en cuanto a comedia de enredo, con otras muchas menos conocidas de capa y espada como El escondido y la tapada, No hay burlas con el amor, Casa con dos puertas mala es de guardar o Mañanas de abril y mayo, que anticipa el género de la comedia de figurón, aunque una pieza suya como Guárdate del agua mansa posee ya uno, el estrafalario don Toribio de Cuadradillos.
Tienen carácter melodramático comedias como No hay cosa como callar (h. 1639), No siempre lo peor es cierto (entre 1648 y 1650) o La niña de Gómez Arias (h. 1651), que poseen una mayor introspección y se acercan al universo trágico.
Comedias palatinas son El galán fantasma (1629), Nadie fíe su secreto, Manos blancas no ofenden (h. 1640), o El secreto a voces (de la que se conserva un manuscrito autógrafo de 1642).
Se acercó al drama histórico con piezas como La gran Zenobia (1625), La cisma de Ingalaterra, Amar después de la muerte, o El tuzaní de la Alpujarra (1659) o El mayor monstruo del mundo (1672).
Dramas filosóficos y simbólicos son La hija del aire en sus dos partes, donde se pinta la ambición sin límites de la reina Semíramis, asesina de su marido Nino, y Las cadenas del demonio (de atribución dudosa).
Dramas religiosos y hagiográficos son La devoción de la Cruz (h. 1625), El Purgatorio de San Patricio (1640), El príncipe constante (h. 1629), cuya representación tanto había de influir sobre la concepción teatral de Jerzy Grotowski, y El mágico prodigioso (1637), obra que influyó poderosamente en el Fausto de Goethe, al que prestó algunos pasajes enteros.
Calderón empezó a interesarse por las comedias mitológicas al sustituir a Lope de Vega en 1635 como dramaturgo de cámara. Rápidamente se adaptó a las condiciones del gran espectáculo cortesano con piezas como El mayor encanto, Amor, de ese año, y otras como El golfo de las sirenas, El monstruo de los jardines, Fieras afemina Amor, La fiera, el rayo y la piedra (1652) o La púrpura de la rosa (1660) entre otras muchas. De este género es la ópera, con música de Juan Hidalgo, Celos aun del aire matan, que el propio Calderón parodió en su comedia burlesca Céfalo y Pocris.
Pero el género que monopolizó el maestro fue el de los autos sacramentales, desde los de aire medievalizante como El gran teatro del mundo o El gran mercado del mundo a los de pretexto mitológico, como Andrómeda y Perseo o Psiquis y Cupido. Otros: La cena del rey Baltasar, La vida es sueño, El divino Orfeo (del que hizo dos versiones separadas por casi treinta años), La nave del mercader
(1674) etcétera. Calderón es el maestro indiscutido de este género, en
el que ya los personajes se han convertido en puras abstracciones
conceptuales o pasionales.
Compuso asimismo Calderón bastante teatro menor, por ejemplo entremeses como El triunfo de Juan Rana.
Otra clasificación es la siguiente:
- Tragedias: El médico de su honra, A secreto agravio, secreta venganza; El pintor de su deshonra; La hija del aire;
- Comedias serias: La vida es sueño; El alcalde de Zalamea; El mágico prodigioso.
- Comedias cortesanas: El hijo del sol, Faetón. La fiera, el rayo y la piedra; El monstruo de los jardines; Eco y Narciso.
- Comedias de capa y espada: La dama duende; Casa con dos puertas mala es de guardar; No hay burlas con el amor.
- Comedias mitológicas: El mayor encanto, amor.
- Autos sacramentales: El gran teatro del mundo; El gran mercado del mundo; La cena del rey Baltasar; La protestación de la fe; El verdadero dios Pan.
El teatro cómico de Calderón
Durante un tiempo se subestimó el teatro cómico de Calderón, pero
últimamente ha sido revalorizado, pues ciertamente compuso obras
maestras en el género que pueden ser calificadas como comedias de enredo, como La dama duende, Casa con dos puertas, mala es de guardar o El galán fantasma, y no descuidó el teatro menor.
Los personajes de Calderón
Aunque Calderón sabe a veces acertar a crear personajes humanos e
inolvidables, como Pedro Crespo, la mayor parte de las veces es cierto
lo que dijo Marcelino Menéndez Pelayo:
Los personajes de Calderón apenas aciertan con la expresión natural y sencilla, sino que la sustituyen con hipérboles, discreteos, sutilezas y lluvia de metáforas... Tienen verdad relativa é histórica, carecen de la verdad humana, absoluta y hermosa que estalla en los rugidos de león de los personajes de Shakespeare.
Por otra parte, los personajes femeninos de Calderón son
excesivamente hombrunos y no poseen la feminidad y viveza natural de las
mujeres de Lope, aunque cuando se trata de mujeres investidas de
autoridad este defecto se transforma en una virtud y encontramos a
auténticas encarnaciones de la ambición, como la reina Semíramis en las
dos partes de La hija del aire.
En el apartado masculino, Calderón posee un repertorio de personajes
inolvidables como Segismundo, Don Lope de Figueroa, Pedro Crespo, el
Príncipe Constante o ese prototipo de uno de los personajes más
frecuentados por Calderón, el marido enloquecido de celos que representa
el Don Gutierre de El médico de su honra; estos celosos
patológicos que abundan en los dramas de Calderón razonan férreamente,
pero las conclusiones de sus silogismos se asientan sobre sospechas y
pasiones desatadas, por lo que el resultado de sus largas cavilaciones
dan en el absurdo dramático; por eso les encuentra sustancia trágica
Calderón.
La dramaturgia calderoniana
Calderón reduce el número de escenas que habitualmente empleaban Lope de Vega y sus seguidores, porque cuida más la estructura dramática; restringe igualmente la abundante polimetría del teatro anterior a octosílabo, endecasílabo y alguna vez heptasílabo;
también empobrece el repertorio estrófico a fin de lograr más unidad de
estilo. En vez de buscar temas nuevos, que también, prefiere usar temas
ya desarrollados por los comediógrafos anteriores de Lope o de su
escuela, que reescribe suprimiendo las escenas inútiles, débiles,
sobrantes o poco funcionales, o añadiendo las que cree necesarias; es
decir, refundiéndolas. Por demás, sigue los mismos mecanismos y
convencionalidades de la comedia lopesca, con las aportaciones añadidas
de Antonio Mira de Amescua, Tirso de Molina y Juan Ruiz de Alarcón. Su estilo utiliza las galas formales del culteranismo, pero también lo vulgariza con una serie de metáforas en torno a los cuatro elementos que todo su público podía entender, lo que lo vuelve más accesible. Asimismo, emplea símbolos
en sus comedias: la caída del caballo, que representa la deshonra o la
alteración del orden natural; las casualidades no casuales, el
significado profundo de la luz y la oscuridad; el equilibrio natural
entre los cuatro elementos, y algunas técnicas dramáticas como la profecía u horóscopo inicial en la obra, que crea expectativas engañosas para el público, por ejemplo en La cisma de Inglaterra o en la misma La vida es sueño.
Calderón se da cuenta a veces de lo artificial y mecánica que resulta
la fórmula dramática barroca y por ello se permite a veces hacer juegos o
bromas metateatrales permitiendo a sus actores hacer comentarios
jocosos sobre los tópicos que les salen al paso y se ven obligados a
seguir.
Con Calderón de la Barca adquirió plena relevancia en la comedia barroca la escenografía —lo que él llamaba «memoria de las apariencias»— y la música (se considera a Calderón el primer autor de libretos de zarzuelas), en búsqueda de un espectáculo barroco integral que uniera las diversas artes plásticas. Con este fin colaboró estrechamente con escenógrafos italianos como Cosme Lotti.
La carpintería efímera teatral se convirtió en un elemento clave en la
composición de sus obras, en especial de los autos sacramentales, que de
esa manera se transformaban en complejos emblemas alegóricos preñados de simbolismo moral.
Obras más importantes
- Amor, honor y poder, comedia histórica (1623).
- La cisma de Inglaterra, drama histórico (1627).
- Casa con dos puertas, mala es de guardar, comedia de enredo (1629).
- La dama duende, comedia de enredo (1629).
- El príncipe constante, drama histórico (1629).
- La banda y la flor comedia (1632).
- La cena del rey Baltasar, auto sacramental (1632).
- La devoción de la cruz, drama religioso (1634).
- A secreto agravio secreta venganza, drama de honor (1636).
- La vida es sueño, drama filosófico (1636).
- El mágico prodigioso, drama religioso (1637).
- El mayor monstruo del mundo, drama de honor (1637).
- El médico de su honra, drama de honor (1637).
- Los dos amantes del cielo, drama religioso (1640).
- El secreto a voces, comedia palatina (1642)
- El pintor de su deshonra, drama de honor (1650).
- El alcalde de Zalamea, drama de honor (1651).
- La hija del aire, drama histórico (1653).
- El gran teatro del mundo, auto sacramental (1655).
- Guárdate del agua mansa, comedia de enredo (1657).
- Eco y Narciso, drama mitológico (1661).
- Hado y divisa de Leonido y de Marfisa (1680).
Dramas
- Alcalde de Zalamea, El.
- Amado y aborrecido.
- Amar después de la muerte o El tuzaní de la Alpujarra.
- Apolo y Climene.
- A secreto agravio secreta venganza.
- Armas de la hermosura, Las.
- Aurora en Copacabana, La.
- Cabellos de Absalón, Los.
- Cadenas del demonio, Las.
- Celos, aun del aire, matan.
- Cisma de Ingalaterra, La.
- Darlo todo y no dar nada.
- De un castigo tres venganzas.
- Devoción de la Cruz, La.
- Dos amantes del cielo, Los.
- Duelos de amor y lealtad.
- Eco y Narciso.
- En esta vida todo es verdad y todo es mentira (1664).
- Estatua de Prometeo, La.
- Exaltación de la Cruz, La.
- Fiera, el rayo y la piedra, La.
- Fieras afemina amor.
- Fineza contra fineza.
- Fortunas de Andrómeda y Perseo.
- Golfo de las sirenas, El.
- Gran Cenobia, La.
- Gran príncipe de Fez, El.
- Hija del aire, La (dos partes).
- Hijo del Sol, Faetón, El.
- Hijos de la fortuna, Teágenes y Cariclea, Los.
- José de las mujeres, El.
- Judas macabeo.
- Laurel de Apolo, El.
- Luis Pérez el Gallego.
- Mágico prodigioso, El.
- Mayor encanto amor, El.
- Mayor monstruo del mundo, El.
- Médico de su honra, El.
- Monstruo de los jardines, El.
- Ni amor se libra de amor.
- Niña de Gómez Arias, La.
- Origen, pérdida y restauración de la Virgen del Sagrario.
- Postrer duelo de España, El.
- Pintor de su deshonra, El.
- Príncipe constante, El.
- Purgatorio de San Patricio, El.
- Púrpura de la rosa, La.
- Saber del mal y del bien.
- Segundo Escipión, El.
- Sibila de Oriente, La.
- Sitio de Breda, El.
- Tres afectos de amor, Los.
- Tres justicias en una, Las.
- Tres mayores prodigios, Los.
Comedias
(Por orden alfabético)
- A Dios por razón de estado (1650–1660).
- Alimentos del hombre, Los (1676).
- A María el corazón (1664).
- Amar y ser amado y divina Filotea (1681).
- Andrómeda y Perseo (1680).
- Año santo de Roma, El (1650).
- Año santo en Madrid, El (1615–1652).
- Árbol del mejor fruto, El (1661).
- Arca de Dios cautiva, El (1673).
- Cena del rey Baltasar, La (1634).
- Cordero de Isaías, El (1681).
- Cubo de la Almudena, El (1651).
- Cura y la enfermedad, La (1657–1658).
- Devoción de la misa, La (¿1637?).
- Diablo mudo, El (1660).
- Día mayor de los días, El (1678).
- Divino Jasón, El (antes de 1630).
- Divino Orfeo, El (dos versiones).
- Encantos de la culpa, Los (¿1645?).
- Espigas de Ruth, Las (1663).
- Gran Duque de Gandía, El (¿1639?).
- Gran mercado del mundo, El (¿1634–1635?).
- Gran teatro del mundo, El (¿1634–1635?).
- Hidalga del Valle, La (¿1634?).
- Humildad coronada de las plantas, La (1644).
- Iglesia sitiada, La (antes de 1630).
- Indulto general, El (1680).
- Inmunidad del Sagrado, La (1664).
- Jardín de Falerina, El (1675).
- Laberinto del mundo, El (1677).
- Lepra de Constantino, La.
- Lirio y la azucena, El (1660).
- Llamados y escogidos (¿1648–1649?).
- Lo que va del hombre a Dios (¿1640?).
- Maestrazgo del Toisón, El (1659).
- Misterios de la misa, Los (1640).
- Mística y real Babilonia (1662).
- Nave del mercader, La (1674).
- No hay instante sin milagro (1672).
- No hay más fortuna que Dios (¿1653?).
- Nuevo hospicio de pobres (1688).
- Nuevo Palacio del Retiro, El (1634).
- Orden de Melchisedech, El.
- Órdenes militares, Las (1662).
- Pastor Fido, El (¿1677?).
- Piel de Gedeón, La.
- Pintor de su deshonra, El.
- Pleito matrimonial del cuerpo y el alma, El (1634).
- Primer flor del Carmelo, La (antes de 1650).
- Primero y segundo Isaac (¿antes de 1659?).
- Primer refugio del hombre y probática piscina, El (1661).
- Protestación de la fe, La (1656).
- Psiquis y Cupido (1640).
- ¿Quién hallará mujer fuerte?.
- Redención de cautivos, La (hacia 1672).
- Sacro Parnaso, El (1659).
- Santo rey don Fernando, El (primera y segunda parte) [1671].
- Segunda esposa y triunfar muriendo, La (¿1648–1649?).
- Semilla y la cizaña, La (1651).
- Serpiente de metal, La (1676).
- Siembra del Señor, La (anterior a 1655).
- Socorro general, El (1644).
- Sueños hay que verdad son (1670).
- Tesoro escondido, El (1679).
- Torre de Babilonia, La.
- Tu prójimo como a ti (segunda redacción) [antes de 1674].
- Universal redención, La. A tu prójimo como a ti.
- Vacante general, La (1649).
- Valle de la Zarzuela, El (¿hacia 1655?).
- Veneno y la triaca, El (1634).
- Verdadero Dios Pan, El (1670).
- Viático cordero, El (1665).
- Vida es sueño, La (segunda redacción) [antes de 1674].
- Viña del Señor, La (1674).
Teatro breve (bailes, entremeses, jácaras y mojigangas)
- Baile de las jácaras (parte 2).
- Baile de la plazuela de Santa Cruz.
- Baile de los zagales.
- Entremés de la barbuda (partes 1 y 2).
- Entremés de la casa de los linajes.
- Entremés de las carnestolendas.
- Entremés de la casa holgana.
- Entremés del convidado.
- Entremés de los degollados.
- Entremés de don Pegote.
- Entremés del dragoncillo.
- Entremés del escolar y el soldado.
- Entremés de la Franchota.
- Entremés de guardadme las espaldas.
- Entremés de los instrumentos.
- Entremés de las jácaras (parte 1).
- Entremés del desafío de Juan Rana.
- Entremés de la melancólica.
- Entremés de la pedidora.
- Entremés del mayorazgo.
- Entremés de la plazuela de Santa Cruz.
- Entremés de la premática (partes 1 y 2).
- Entremés del reloj y genios de la venta.
- Entremés de la rabia (parte 1).
- Entremés del robo de las Sabinas.
- Entremés del sacristán mujer.
- Entremés del toreador.
- Entremés del triunfo de Juan Rana.
- Jácara del Mellado.
- Mojiganga de la garapiña.
- Mojiganga de los guisados.
- Mojiganga de los ciegos.
- Mojiganga de la muerte.
- Mojiganga de la pandera.
- Mojiganga del Parnaso (parte 2 de la Rabia).
- Mojiganga del pésame de la viuda.
- Mojiganga de Juan Rana en la zarzuela.
- Mojiganga de los sitios de recreación del Rey.
Obras en colaboración
- Margarita preciosa, La (con Juan de Zabaleta y Jerónimo de Cáncer y Velasco).
- Más hidalga hermosura, La (con Juan de Zabaleta y Francisco de Rojas Zorrilla).
- Monstruo de la fortuna, El (con Juan Pérez de Montalbán y Francisco de Rojas Zorrilla).
- Prodigio de Alemania, El (con Antonio Coello y Ochoa).
- Proezas de Frislán, y muerte del Rey de Suecia, Las (con Antonio Coello y Ochoa).
- Troya abrasada (con Juan de Zabaleta).
- Yerros de naturaleza y aciertos de la fortuna (con Antonio Coello y Ochoa).
Obras atribuidas
- Castigo en la traición, El.
- Primer blasón del Austria, El.
- Que busca la mojiganga, El.
- Saco de Amberes, El.
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