Vincent Willem van Gogh (en neerlandés Vincent van Gogh [ˈvɪnsɛnt fɑŋ'ɣɔx]) (Zundert, Países Bajos, 30 de marzo de 1853-Auvers-sur-Oise, Francia, 29 de julio de 1890) fue un pintor neerlandés, uno de los principales exponentes del postimpresionismo.
Pintó unos 900 cuadros (entre ellos 43 autorretratos y 148 acuarelas) y realizó más de 1600 dibujos. Una figura central en su vida fue su hermano menor Theo, marchante de arte en París,
quien le prestó apoyo financiero de manera continua y desinteresada. La
gran amistad entre ellos está documentada en las numerosas cartas que
se intercambiaron desde agosto de 1872. De las 800 cartas que se
conservan del pintor, unas 650 fueron para Theo, las otras son
correspondencia con amigos y familiares.
Van Gogh fue esencialmente autodidacta. Desde joven tuvo inclinación hacia el dibujo. Su primer trabajo fue en una galería de arte. Más tarde se convirtió en pastor protestante y en 1879, a la edad de 26 años, se marchó como misionero a una región minera de Bélgica, donde comenzó a dibujar a la gente de la comunidad local. En 1885 pintó su primera gran obra, Los comedores de patatas.
En ese momento su paleta se componía principalmente de tonos sombríos y
terrosos. La luz y la preferencia por los colores vivos por la que es
conocido surgió posteriormente, cuando se trasladó al sur de Francia,
consiguiendo su plenitud durante su estancia en Arlés en 1888.
La calidad de su obra fue reconocida solo después de su muerte, en
una exposición retrospectiva en 1890, considerándose en la actualidad
uno de los grandes maestros de la historia de la pintura. Influyó
grandemente en el arte del siglo XX, especialmente entre los expresionistas alemanes y los fauvistas como Matisse, Derain, Vlaminck y Kees Van Dongen.
Falleció a los 37 años por una herida de bala de pistola; aún no se
sabe con seguridad si fue un suicidio o un homicidio involuntario. A
pesar de que existe una tendencia general a especular que su enfermedad
mental influyese en su pintura, el crítico de arte Robert Hughes
cree que las obras del artista están ejecutadas bajo un completo
control; de hecho, el pintor jamás trabajó en los periodos en los que
estaba enfermo.
Biografía
Primera etapa de su vida (1853-1869)
Nació el 30 de marzo de 1853. Hijo de un austero y humilde pastor protestante
neerlandés llamado Theodorus y de su mujer Anna Cornelia, Vincent
recibió el mismo nombre que le habían puesto a un hermano que nació
muerto exactamente un año antes. El 1 de mayo de 1857 nació su hermano Theo y ambos tuvieron cuatro hermanos más: Cornelius Vincent, Elisabetha Huberta, Anna Cornelia y Wilhelmina Jacoba.
Durante la infancia acudió a la escuela de manera discontinua e
irregular, pues sus padres le enviaron a diferentes internados. El
primero de ellos en Zevenbergen en 1864, donde estudió francés y alemán. Dos años después se matriculó en el Instituto Hannik (Tilburg) y permaneció allí hasta que dejó los estudios de manera definitiva a los 15 años. Allí nació su afición por la pintura, aunque durante el resto de su vida se enorgulleció de ser autodidacta.
Sobre su infancia, Vincent van Gogh comentó: «Mi juventud fue triste, fría y estéril.»
Primeros trabajos
Marchante de arte
Desde muy joven mostró un carácter difícil y un temperamento fuerte. Tras abandonar los estudios y después de un año en Zundert,
van Gogh empezó a trabajar en 1869, a la edad de 16 años, como aprendiz
en Goupil & Co. (más tarde Boussod & Valadon), una importante
compañía internacional de comercio de arte de La Haya de la que su tío Vincent fue socio. Se adaptó bastante bien a esta nueva vida, llegando a escribir:
Es un negocio maravilloso. Cuanto más tiempo se trabaja en él más ambicioso se vuelve uno.
Cuatro años después fue trasladado a Londres para suministrar obras
de arte a los comercios del lugar. Y fue en la capital británica, donde
tuvo un primer contacto con Eugenia, hija de Úrsula Loyer, patrona de la
pensión donde se hospedó. Se enamoró de ella, pero la chica estaba
comprometida y lo rechazó.
En 1874, un año después de su estancia en Londres, pasó las vacaciones
en familia en Helvoirt y confesó su malestar por Úrsula. Vivió aislado,
leyendo libros religiosos y perdiendo el interés por su trabajo.
En mayo de 1875 fue destinado a París, donde creció su amor por el arte. En una exposición de dibujos de Jean-François Millet comentó:
Cuando entré en la sala del hotel Drouot, donde estaban expuestos, sentí alguna cosa como: descálzate porque el suelo que pisas es sagrado.
El 10 de enero de 1878, en una carta dirigida a su hermano Theo,
comunicó que había sido despedido de la galería de arte y que tendría
que irse el 1 de abril.
El despido fue debido a que interponía sus gustos personales sobre las
ventas que debía hacer. En Boussod & Valadon quedó, sin embargo, su
hermano Theo, cuatro años menor que él, que trabajaría allí desde 1873
hasta su muerte y sin cuya abnegación nunca hubiera sido posible la
corta e intensa carrera artística de su hermano mayor. Su familia le
propuso que abriera él mismo una galería, donde podría ofrecer la clase
de pintura que él escogiera. Rechazó la idea y más tarde insistió a su
hermano, también marchante de arte, para que dejase su trabajo ya que
«el comercio de arte era una farsa».
Religión
A finales de marzo de 1876 regresó a Inglaterra, donde permaneció dos años. Por aquel tiempo Van Gogh aumentó su fanatismo religioso. Le entusiasmaba la lectura de la Biblia, y La imitación de Cristo de Tomás de Kempis. Después de estar un tiempo como maestro auxiliar en Ramsgate, empezó a trabajar en Isleworth como ayudante del predicador metodista
Jones, donde llegó a subir al púlpito de la iglesia y leer un sermón
que se había preparado escrupulosamente. Sobre este primer sermón existe
una copia que envió a su hermano Theo con frases como:
Cuando me encontraba en el púlpito, me sentía como quien desde una oscura cueva subterránea vuelve a salir a la plena luz, y es maravilloso pensar que, desde ahora, predicaré el Evangelio por todo el mundo.
Pasó unos seis meses en Dordrecht como empleado de una librería, y en mayo de 1877 se trasladó a Ámsterdam donde quiso hacerse teólogo. Tuvo que desistir y también abandonar sus deseos de entrar en una escuela metodista. Fue rechazado por no saber ni latín ni griego
y su dificultad para hablar en público, aunque realmente el motivo era
su falta de subordinación. Cada vez le era más difícil adaptarse a un
cierto orden y someterse a alguien que le dirigiese.
En 1879, compadecidos por su profundo fervor, fue enviado como misionero a la región de Mons a las minas de Borinage, en Bélgica,
donde en condiciones extremadamente duras realizó durante 22 meses un
trabajo evangelizador entre los mineros de la zona. Pero con su
fanatismo lo que conseguía era que le llegaran a temer. Dormía en una
pequeña barraca y su estado se degradaba cada día más. Además repartía
entre los pobres lo poco que tenía. Decía que estaba obligado a creer en
Dios para poder soportar tantas desgracias. Sus superiores decidieron entonces enviarle a Cuesmes, permaneciendo un año completo en una absoluta pobreza y en contacto con los mineros, por los que sentía una gran simpatía: «Los
carboneros y los tejedores siguen constituyendo una raza aparte de los
demás trabajadores y artesanos y siento por ellos una gran simpatía y me
sentiría feliz si un día pudiera dibujarlos, de modo que estos tipos
todavía inéditos o casi inéditos fuesen sacados a luz.(...)». Después se
le suprimió el pequeño sueldo que recibía. Ante todo esto, siguió los
consejos de su hermano Theo, del que ya estaba recibiendo ayuda
económica, y decidió dar un cambio a su vida y dedicarse a la pintura.
Pintura: aprendizaje
Establecido en 1880 en Bruselas hizo amistad con el pintor neerlandés
Anthon van Rappard. Se inscribió en la Academia de Bellas Artes donde
estudió dibujo y perspectiva. En esta época realizó esbozos y dibujos
basados en las pinturas de Jean-François Millet,
representando personajes de campesinos y mineros, modelos de la vida
cotidiana, y pintándolos muy realistas y con tonalidades oscuras.
Etten
El 12 de abril de 1881 Vincent llegó a Etten a visitar a su hermano. Durante este período va a casa de su primo, el pintor Anton Mauve, y donde vuelve a enamorarse, esta vez de una de sus primas Cornelia Adriana Vos-Stricker (Kee), que acababa de enviudar, a la que propuso rápidamente matrimonio, la respuesta de Kee fue: «No, jamás, jamás». A pesar de esta negativa, insistió mediante cartas que la viuda no
contestaba, además de negarse a verlo. Vincent insistió con los padres
de ella, fue a su casa a intentar verla de nuevo, los familiares le
llegaron a decir que su insistencia era «asquerosa». En diciembre de
1881, escribió a su hermano, le contó la historia y las disputas con su
padre: «Pero como puedes ver, estoy nuevamente en La Haya; por Navidad
tuve una disputa bastante grave con nuestro padre, que llegó al extremo
de decirme que sería mejor que abandonase la casa. Lo dijo tan enérgico
que me fui aquel mismo día».
La Haya
Dibujos en La Haya | |
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Pena (1882) Posiblemente la modelo fue Clasina María "Sien". | Niña de rodillas delante de una cuna (1883). |
En La Haya, su primo Antón, pintor de acuarelas,
le aconsejó e insistió en la importancia de que aprendiese perspectiva y
dibujo. Vincent hizo entonces sus primeras acuarelas y naturalezas
muertas, utilizando tonos apagados, como se ve en las acuarelas: Los pobres y el dinero (1882) y Naturaleza muerta con col y zuecos (1881).
Mientras, su vida amorosa tomó un nuevo rumbo. Desesperado tras el
rechazo de su prima Kee, o quizá por compasión, Vincent recogió de la
calle a Clasina María Hoornik (Sien), una prostituta alcohólica,
embarazada y con una hija, con la que vivió durante un año; tanto la
madre como la hija le sirvieron de modelo. En el dibujo Dolor, en el margen inferior, citó las palabras de Jules Michelet del tratado La Femme
(1860): «¿Cómo es que hay en la tierra una sola mujer?» Sien, por la
falta de recursos económicos, había vuelto a ejercer la prostitución y
esto, unido a la gran presión que padecía Van Gogh por parte de su
padre, de su hermano Theo y su primo Mauve (con quien llegaría a
discutir y romper su amistad), hizo que este intento de vida familiar
también fracasara.
Concluida esta relación con Sien, se trasladó a Drente, al norte de los Países Bajos, donde permaneció durante tres meses y pintó temas paisajistas en pintura al óleo,
en los que se puede apreciar la diferencia con los dibujos realizados
anteriormente. Como quería plasmar todos los detalles, realizó los óleos
con trazos gruesos y pinceladas espesas. Esta temporada sintió más que
nunca la soledad; en las cartas dirigidas a su hermano, le insistía en
que abandonara su trabajo de marchante y siguiese el camino de la
pintura. En diciembre de 1883 regresó nuevamente a la casa paterna, esta
vez en Nuenen, donde el padre había sido trasladado.
Nuenen
En Nuenen, fue bien recibido por su familia que le acondicionó una
habitación como taller. En este periodo se dedicó a dibujar y pintar el
trabajo en los telares. Coincidió con un amigo suyo Anthon van Rappard al que había conocido en Bruselas y que había venido a pasar unos días en Nuenen, los dos juntos estudiaron y pintaron a los tejedores rurales. En estas obras, Van Gogh no consiguió la misma técnica que su amigo, pero éste le sirvió de ejemplo.
La pintura El tejedor en el telar, de mayo de 1884, expresa la
dureza y el esfuerzo de este oficio, pero también la dignidad del
personaje, aquí Van Gogh demuestra la solidaridad y su identificación
con el protagonista, intentando representar el ideal de una sociedad
libre de la industrialización y hace una alabanza al trabajo artesanal.
La composición de esta pintura consigue el efecto de enmarcar al tejedor
en el mecanismo del telar, dentro de un enrejado horizontal y vertical
que parece integrar al personaje hasta conseguir que llegue a formar
parte de la máquina. La claridad del fondo de la pintura hace resaltar
todo el dibujo.
En el otoño de 1884, se enamoró de nuevo, ahora de la hija de un
vecino, Margot Begemann, diez años mayor que Vincent, que le acompañaba
en sus salidas pictóricas por el campo. Pensaron en contraer matrimonio,
pero se encontraron con la firme oposición de la familia de Margot,
quien llegó a intentar suicidarse. Poco después el 26 de marzo de 1885,
muere repentinamente el padre de Vincent. Las disputas por la herencia
entre su madre y sus hermanas, hicieron que se marchase de su casa para
irse a vivir a un lugar más amplio que le ofreció el sacristán de la Iglesia católica; en su familia, que eran protestantes, este hecho fue considerado como una ofensa.
Durante la primavera de 1885 pintó la que se considera una de sus grandes obras tempranas: Los comedores de patatas.
Hasta entonces sus esfuerzos se habían centrado siempre en la
representación de una figura, en esta obra se encontró con la dificultad
de tener que coordinar cinco personajes y conseguir relacionarlos. Para
realizar esta pintura contrató modelos, y realizó diversos esbozos de
dibujos de las figuras y estudios sobre detalles, con las manos
sujetando el tenedor, la taza o la tetera. Los colores empleados de
tonos terrosos no contribuyeron a una fusión armoniosa con el fondo.
En una de sus cartas expresó:
(...) He querido dedicarme conscientemente a expresar la idea de que esa gente que, bajo la lámpara, come sus patatas con las manos que meten en el plato, ha trabajado también la tierra, y que mi cuadro exalta, pues, el trabajo manual y el alimento que ellos mismos se han ganado tan honestamente.(...).
Con ayuda de Theo se imprimieron veinte litografías de Los comedores de patatas, que la gente de los alrededores pudo comprar a precios asequibles.
En un solo día trasladó directamente en la piedra, de memoria y sin dibujos previos, la imagen de Los campesinos comiendo patatas
(obviamente, en la impresión en papel las figuras están invertidas). De
las veinte litografías, Juliana Montford ha logrado localizar ocho,
entre las que se encuentra la del Museo Thyssen-Bornemisza.
Esta pintura provocó la ruptura con su amigo Rappard, ya que el
hipersensible y vulnerable Van Gogh no aceptó sus comentarios. Rappard
le hizo esta crítica basada en una de las 20 litografías:
Estarás de acuerdo conmigo en que este trabajo no se puede tomar seriamente. Por fortuna eres capaz de mucho más. Pero, ¿por qué todo lo observas y lo tratas superficialmente, de la misma manera? ¿por qué no estudias minuciosamente los movimientos? En este cuadro los personajes posan. La mano de la mujer del fondo...!qué poco real! ¿Y qué relación hay entre la cafetera, la mesa y la mano que toca el asa? ¿Qué función hace esta cafetera? No se mantiene, tampoco la sujetan, entonces, ¿qué? ¿Y por qué el hombre de la derecha no tiene rodillas, ni vientre, ni pulmones? ¿O quizá los tiene en la espalda? ¿Por qué a su brazo le falta un metro de largo, por qué le falta la mitad de la nariz? ¿Por qué la mujer de la izquierda tiene por nariz un mango de pipa acabada en un dado? ¿Y aún te atreves, con esta forma de trabajar, citar a Millet y a Breton? El arte es demasiado elevado para poderlo tratar con tanta negligencia.
Hay que aclarar que la dureza de la crítica por parte de van Rappard,
se debía también al propio enfado que éste tenía con Van Gogh, por el
hecho de no haber tenido noticia directa, de la muerte repentina del
padre de Vincent. Al principio de esta misma carta se quejaba Rappard,
ofendido de haber recibido una simple nota a pesar de su amistad :
«¿Pensaste que tenía tan poco interés en tu padre y tu familia?»
A la vista de esta pintura en París, Camille Pissarro quedó profundamente impresionado por la fuerza expresiva del cuadro. También Émile Bernard escribió en un artículo:
Me quedé desconcertado, en esta confusión, por la comida de los pobres en una barraca inquietante bajo una mísera luz. Era grandioso en su fealdad y estaba lleno de una vida inquietante.
Seguramente cuando Bernard hablaba de la grandiosa fealdad, se
refería a los colores puesto que él tenía un sentido del color mucho más
luminoso. Durante estos dos años en Nuenen completó numerosos dibujos y
acuarelas, y cerca de doscientas pinturas al óleo. Los colores usados
continuaban siendo oscuros. Su hermano Theo se quejaba, en una de sus
cartas, de que eran demasiado apagados y no estaban en la línea del
estilo del momento, donde destacaban las pinturas brillantes de los impresionistas. Vicent escribió al respecto:
He leído con mucho placer Los maestros de antaño, de Fomentin. He encontrado «tratadas» en este libro, en diversos sitios, las mismas cuestiones que me preocupaban mucho estos últimos tiempos (...) tratar de dar un valor claro por medio de tonos relativamente obscuros. En una palabra, expresar la luz por oposición a la obscuridad. Ya sé todo lo que piensas del "demasiado negro", pero, sin embargo, no estoy aún absolutamente convencido,(...).
El cuadro Naturaleza muerta con biblia, fue pintado en octubre de 1885 antes de su partida hacia Amberes, en memoria de su padre fallecido el 26 de marzo de ese año. Se aprecia la biblia como símbolo de la casa paterna y de toda una educación religiosa. Como contraste aparece La joie de vivre de Zola,
el libro del naturalismo y, en opinión de su padre, una de las obras
más nefastas. En la composición, Van Gogh coloca la vela, un símbolo
religioso, con la idea de situar ambos símbolos al mismo nivel.
Amberes y París
En noviembre de 1885 llegó a Amberes,
donde ocupó un pequeño taller encima de una tienda de pinturas; el
alquiler lo pagaba su hermano. Compró en unos anticuarios algunas xilografías
japonesas, y se dedicó a copiar modelos de yeso de esculturas antiguas,
expuestas en la entonces Real Academia de Amberes, a pesar de su
desacuerdo con la enseñanza académica. Descubrió las pinturas de Rubens,
que con su colorido y sus formas femeninas le abrieron la alternativa
del uso de colores como el carmín y el verde esmeralda. En esta época
contrajo sífilis,
que aunque fue tratada médicamente, le hizo perder casi todos los
dientes. En febrero de 1886, comentó en cartas dirigidas a Theo que sólo
se había podido permitir seis o siete comidas calientes desde el mes de
mayo anterior.
El año 1886 se mudó a París, a vivir junto a su hermano menor Theo,
a quien avisó con esta simple nota: «Estaré en el Louvre desde el
mediodía, o antes, si lo deseas». Theo, que trabaja en Boussod &
Valadon, le descubrió a Vincent los trabajos del impresionismo; lo que produjo una paleta más luminosa,
donde el color jugaría un rol fundamental en el resto de su obra.
Durante los dos años siguientes, los dos hermanos tuvieron múltiples
fricciones y siempre tuvo que ser Theo el que cediese y perdonase.
Se instalaron en Montmartre y empezó a codearse con los artistas de la época que allí se reunían. Conoció a Émile Bernard y a Henri de Toulouse-Lautrec, haciéndose gran amigo de ellos, así como a Paul Gauguin, Georges Pierre Seurat, Paul Signac, Armand Guillaumin, Camille Pissarro, Paul Cézanne. Van Gogh, como muchos pintores de la época, admiraba el arte japonés: Hokusai, Hiroshige, Utamaro.
Prueba de ello son las réplicas que realizó de grabados japoneses y
algunas pinturas suyas que reproducen ese país de modo escenográfico. A
las reproducciones procedentes del Japón se las llamaba japonaiserie. Dos de estas obras realizadas por Van Gogh fueron Ciruelo en flor y Puente bajo la lluvia, copias de obras de Hiroshige. De ellas, Van Gogh dejó escrito el siguiente comentario:
Envidio a los japoneses por la increíble claridad de la que están impregnados todos sus trabajos. Nunca resultan aburridos ni hacen el efecto de haberlos realizado deprisa... Su estilo es tan sencillo como respirar. Son capaces de hacer una figura con solo unos pocos trazos seguros, que hace que parezca tan fácil como abrocharse el chaleco.
Utilizó los colores complementarios
y todo esto le hizo abrirse a una expresión en su arte que no había
sospechado en los Países Bajos. Pissarro también le explicó las nuevas
teorías sobre la luz y el tratamiento divisionista de los tonos. El
artista consiguió ir añadiendo colores más ricos y luminosos a su
paleta, gracias a Signac, con quien trabajó en 1887. Practicó pintando
paisajes urbanos del barrio de Montmartre y naturalezas muertas ya con
colores más vivos; los rojos, amarillos y azules con sus complementarios
ya se pueden apreciar casi en todas sus pinturas de este periodo.
Exaltado por la intensidad del clima artístico de París, Van Gogh consiguió, con la ayuda de Toulouse-Lautrec,
la renovación de su pintura en lo que atañe a la investigación
psicológica en los retratos. Pudo apreciar las pinturas exóticas
realizadas por Gauguin en la Martinica. El retrato de Mujer en el Café de Tambourin
es del mes de febrero de 1887. No representa una bebedora en una
taberna cualquiera sino que es la imagen concreta de Agostina Segaroti,
una antigua modelo de los pintores Degas y Corot,
y que en ese momento era la propietaria del bar. El cuadro respira un
cierto atractivo exótico, desde el peinado de la mujer pasando por su
vestido hasta el fondo de la pintura, donde en su decoración se observan
láminas japonesas. Una de las cosas más importantes que aprendió en
esta época fue la aplicación del contraste complementario, el
contraponer los tres colores básicos (amarillo, rojo y azul)
a la mezcla formada por los otros dos, como combinación rojo-verde,
amarillo-violeta y azul-naranja, que refuerzan su tono o se neutralizan
al mezclarse en un gris deslucido. Se observa la aplicación de esta
técnica en los Cuatro girasoles donde claramente existe el contraste complementario entre el amarillo y el azul vivo del fondo.
Poco antes de acabar su etapa parisina, Van Gogh realizó tres retratos de Julien Tanguy,
llamado por todos los artistas «Père Tanguy», en cuya trastienda de su
establecimiento habían expuesto sus obras Van Gogh, Gauguin, Cézanne y
Seurat. Este retrato se considera la obra representativa de su etapa
parisina. Con una presentación frontal, es una imagen de una estructura
simple, que contrasta con el fondo decorado con estampas japonesas. El
artista holandés estaba dispuesto a realizar su sueño mediterráneo en
busca de la luz cegadora de la Provenza,
con la explosión de la naturaleza y los colores puros, colores que
había estudiado en su colección de estampas japonesas. Fue un periodo
muy fértil en el que su arte se inclinó hacia el impresionismo, pero por
otro lado, la absenta y la fatiga mental agravaron su condición física.
Últimos tiempos: Arlés
El 21 de febrero de 1888 llega a Arlés, al sur de Francia.
Primero se instaló en una habitación situada en el Hotel-Restaurante
Carrel, por la que pagaba cinco francos diarios; esto sobrepasaba sus
posibilidades económicas y además el espacio era muy reducido para tener
su taller. Pintaba todo lo que veía (como Huerto en flor con vistas de Arlés)
y ya no necesitaba estampas japonesas, como él mismo reconoció en una
carta dirigida a su hermana: «Aquí no me hace falta para nada el arte
japonés, porque me imagino estar en el Japón y nada más necesito abrir
los ojos y ver lo que tengo delante» Sus primeros cuadros en Arlés
fueron típicamente japoneses; la pintura Melocotonero en flor, la realizó en marzo de 1888.
Pintó la naturaleza de los alrededores, los campos de trigo, los pantanos del delta del Ródano, el canal del sur de Arlés que reflejó en diversas obras como El puente de Langlois. Durante este periodo empezó a utilizar las pinceladas ondulantes y los amarillos, verdes y azules intensos que caracterizan su obra pictórica de los últimos tiempos. El 24 de mayo de cada año, gitanos de toda Europa acuden en peregrinaje a Saintes-Maries-de-la-Mer para venerar a su patrona Sara la Negra. Van Gogh acudió a observarlo y aprovechó para realizar pinturas durante ese tiempo. Entre estos cuadros está la obra Barcas (barcos de pesca) en Saintes-Maries:
He pasado una semana en Saintes-Maries. En la playa de arena había pequeñas barcas verdes, rojas y azules, de formas y colores tan bellos que hacían pensar en flores. Son tan pequeñas que casi nunca van a alta mar. Salen cuando no hace viento y vuelven a tierra cuando sopla con demasiada fuerza
Vincent van Gogh, junio 1888.
El Museo Van Gogh el 9 de septiembre de 2013 anunció una nueva obra confirmada como pintura de Van Gogh: Puesta del sol en Montmajour, realizada en Arlés. Entre las evidencias que han hecho detectar su autenticidad se
encuentran dos cartas de Van Gogh dirigidas a su hermano Theo fechadas
en julio de 1888 en las que describe el cuadro realizado:
Ayer, al atardecer, yo estaba en un brezal pedregoso donde crecen muy pequeños y retorcidos robles, en el fondo de una ruina en la colina, y campos de trigo en el valle. Era romántico, no podía ser más, a la Monticelli , el sol se derramaba sus rayos amarillos muy por encima de los arbustos y el suelo, absolutamente una lluvia de oro.
Vincent van Gogh, Arlés 5 de julio de 1888 (Carta 636).
Retratos
Al
principio de su estancia en Arlés se dedicó a la realización de
retratos. Sin embargo, tenía dificultades para conseguir que alguien
posase para él, sobre todo si eran mujeres; la primera que pudo retratar
fue una mujer joven a finales del mes de julio, y le puso el nombre de La Mousmé, nombre japonés que le inspiró la lectura del libro Madame Chisanthème de Pierre Loti.
Con los hombres le fue más fácil convencerlos, a cambio les invitaba a
una copa en la taberna. Podía retratarlos sin ningún problema, y así
realizó las obras de El campesino, retrato de Patience Escalier, El zuau, El lugarteniente Millet y El cartero Roulin.
Con el cartero de nombre Joseph Roulin tuvo una buena amistad,
casado con la señora Augustine Roulin y que tenía tres hijos: Marcelle
Roulin, Armand Roulin y Camille Roulin. Vincent hace un gran número de
pinturas sobre esta familia; el retrato conocido como "La Berceuse" muestra a la señora de Joseph Roulin, también está el Retrato de Armand Roulin, el Retrato de Camille Roulin y al cartero le pintó hasta en seis retratos. El poeta, Retrato de Eugène Boch,
lo realizó en una visita que le hizo este artista belga en el mes de
julio, según explica a su hermano. En este retrato quería captar las
ideas románticas del personaje:
He exagerado el rubio del cabello, he utilizado también tonos naranjas y amarillo pálido. Detrás de la cabeza, en lugar de pintar la pared ordinaria de la habitación, he pintado el infinito, un fondo plano del azul más rico e intenso que he podido conseguir y con esta sencilla combinación de la cabeza brillante sobre el fondo intensamente azul, he conseguido un efecto misterioso, como si fuera una estrella en la profundidad de un cielo azul.
Vincent van Gogh, julio 1888
Estancia de Gauguin en Arlés
Van Gogh pasó todo el verano pintando paisajes al aire libre. Para realizar la composición colocaba en el fondo del cuadro toda la parte arquitectónica, con torres de iglesia, chimeneas, casas, pueblos, en una fina franja a la altura del horizonte, mientras que el primer plano lo reservaba para los campos y la vegetación. Esto lo hizo con el cuadro Vista de Arlés con lirios en primer plano, Los segadores con Arlés al fondo, La cosecha, Campos labrados, La viña verde y una de sus obras paisajistas más conocidas El sembrador, realizada en el mes de junio, cuando la cosecha estaba casi a punto, como se puede apreciar en el campo de trigo maduro que hay detrás del sembrador. Con los colores azul y púrpura, y los amarillos relucientes del sol y el cielo consiguió un contraste cromático.
Van Gogh tenía la intención de crear un taller de artistas, y para
esto alquiló en mayo la «casa amarilla» (llamada así por tener paredes
de ese color) en Place Lamartine situada al norte de la ciudad de Arlés. Theo
le envió trescientos francos para poder acondicionar y amueblar
modestamente la casa. El único que atendió a su petición del taller fue Paul Gauguin, con el que mantuvo diversas cartas sobre el tema del Atelier du Midi que juntos habrían de fundar y que pedirían la participación de Seurat, Signac y Bernard.
También Theo insistió a Gauguin para que hiciera el viaje a Arlés. Gauguin vivía en aquel tiempo en Pont-Aven en Bretaña.
Estaba lleno de deudas, se sentía incomprendido y soñaba con la
fundación de un círculo de pintores, pero seguramente no había pensado
en Van Gogh como componente del mismo. Su meta era la Martinica, pero la cuestión económica era un impedimento. Theo
van Gogh era el galerista y el marchante de Gauguin y éste pensaba que
detrás del carácter extraño de Vincent y las intenciones de Theo se
ocultaba alguna estratagema comercial, por lo que no se decidía a viajar
hacia Arlés. Así se lo hizo saber en una carta dirigida a Émile
Bernard, en octubre de 1888:
Por más que me aprecie, no creo que Theo se preste a mantenerme en el Midi solamente por mi cara bonita. Con su carácter frío holandés ha estudiado el terreno y proyecta alguna cosa...
Retrasó el viaje, disculpándose por carta, hasta que Theo acabó
pagando todas las deudas que tenía Gauguin, entonces viajó a Arlés el 23
de octubre. Mientras,
Vincent había realizado diversas series de pinturas para decorar la
casa, especialmente la habitación destinada a Gauguin.
La ideología del simbolismo surgió a finales del siglo XIX. Según escribió en el año 1886 Edouard Dujardin, uno de los grandes teóricos de esta técnica:
El objetivo de la pintura y la literatura es reproducir el sentimiento provocado por las cosas con los medios propios de las citadas artes. Lo que se debería expresar no es la imagen sino su carácter.
En la pintura Jarro con doce girasoles, pintado en agosto de 1888, Van Gogh buscaba el espíritu del simbolismo.
La meticulosidad de las flores contrasta con la caótica situación de
las hojas así como la pastosa aplicación del color que, delante del
fondo azul claro, consigue que el cuadro tenga un significado que va más
allá que la simple reproducción de las flores. Expone la imaginación
del artista y su gran fuerza expresiva y esta fuerza exigía un gran
delirio de sentimientos.
Durante este mes de agosto realizó cuatro pinturas sobre girasoles:
primero con tres flores, después con cinco, hasta llegar a la de los
doce girasoles sobre un fondo azul, y otro con quince girasoles sobre
fondo amarillo.
Antes de la llegada a Arlés de Gauguin, le envió un autorretrato, con el título de Autorretrato como un bonzo, cuadro en el que es evidente su identificación con el japonismo, ya que se retrató con la cabeza rapada al estilo bonzo.
Gauguin fue el que impulsó a Van Gogh para que pintase lugares
históricos de Arlés y así trabajaron juntos y pintaron la serie de
vistas de Alyscamps. Escogieron diferentes motivos, Gauguin pintó un
paisaje con un encanto pintoresco y más bien refinado, mientras que Van
Gogh escogió un paseo enmarcado por altos álamos que tenían un color
amarillo puro que contrastaba con el verde-azul del cielo. En cambio el
color empleado por Gauguin era mucho más tímido. Se pintaron mutuamente,
Gauguin pintó de perfil a Van Gogh y éste pintó a Gauguin de espaldas.
Diferentes puntos de vista entre Gauguin y Van Gogh | |
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Los Alyscamps (1888) por Paul Gauguin. | La avenida de los Alyscamps (1888) por Van Gogh. |
Corte del lóbulo de la oreja
Con
el paso de las semanas, la convivencia de los dos artistas fue
empeorando, debido a sus diferencias personales, acentuadas por el
carácter muy temperamental de ambos. Pasados menos de dos meses, en la
tarde del 23 de diciembre de 1888,
Van Gogh y Gauguin tuvieron un altercado que dio origen a una de las
explicaciones que se han dado acerca de la pérdida de la oreja izquierda
del primero, o de parte de ella. Gauguin en sus memorias señala que Van Gogh le amenazó y persiguió con una navaja y que por la
noche el holandés se automutiló el lóbulo de la oreja izquierda (no la
oreja completa). A continuación, Van Gogh habría envuelto el lóbulo en
un paño y se habría dirigido a un burdel de Arlés, donde presentó este
«regalo» a una prostituta llamada Rachel. Posteriormente regresó a la
«casa amarilla». A la mañana siguiente la policía lo encontró
inconsciente, y fue trasladado al hospital Hôtel-Dieu de Arlés. Se avisó a Theo, y Vincent quedó ingresado durante catorce días.
Gauguin dejó Arlés con rumbo a París y no volvió a tener contacto con
Vincent, exceptuando algunas cartas posteriores.
Gauguin declaró a la policía que la pérdida del lóbulo se habría
debido a una autolesión. Se ha expuesto la teoría de que el corte en la
oreja fue una automutilación del artista como resultado del disgusto que
le provocó la noticia de que su hermano Theo se iba a casar.
Nunca hubo unanimidad entre los estudiosos de los hechos, debido a
las pocas fuentes existentes y a que la versión generalmente admitida se
basa en las memorias de Gauguin, publicadas en 1903. En 2009 Hans
Kaufmann y Rita Wildegans, en su ensayo Van Goghs Ohr, Paul Gauguin und der Pakt des Schweigens (La oreja de Van Gogh, Paul Gauguin y el pacto del silencio),
revisaron el incidente estudiando el informe policial, las noticias
publicadas en los periódicos de la época, la correspondencia de los dos
pintores y los pocos testimonios existentes, muy posteriores a los
hechos. Llegaron a la conclusión de que fue Gauguin quien hirió a Van
Gogh con su sable en la disputa (era maestro de esgrima), y que una vez
solo Van Gogh habría terminado de recortar la oreja. No se encontraron
ninguna de las armas. Van Gogh no habría dicho nada para proteger a su
amigo, y Gauguin habría regresado precipitadamente a París debido a su
mala conciencia.
Al regresar a su casa Van Gogh pintó el Autorretrato con oreja vendada,
del que existen dos versiones. Ambos cuadros muestran un vendaje en la
parte derecha de la cabeza, y debieron ser pintados delante de un
espejo, ya que la oreja herida fue la izquierda.
En uno Van Gogh se representa fumando una pipa para transmitir una
sensación de sosiego, en una composición en la que predomina tanto el
equilibrio cromático como el equilibrio de los elementos iconográficos.
Pasadas cuatro semanas volvió a ser ingresado ya que presentaba
síntomas de manía persecutoria, se imaginaba que le querían envenenar.
Durante unos diez días estuvo bajo tratamiento del Dr. Félix Rey. En
marzo, atendiendo una petición de los vecinos de Arlés que avisaron a la
policía, fue ingresado una vez más, permaneciendo seis semanas en el
Hospital Hôtel-Dieu de Arlés. El 17 de abril, Theo contrajo matrimonio
con Johanna Bonger en Ámsterdam. Poco después, Vincent decidió
internarse voluntariamente en el hospital mental de
Saint-Paul-de-Mausole, un ex-monasterio, en Saint-Rémy-de-Provence, a unos treinta y dos kilómetros de Arlés.
Sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence
Los últimos años de Van Gogh estuvieron marcados por sus permanentes
problemas psiquiátricos, que lo llevaron a ser recluido en sanatorios
mentales de forma voluntaria, entre los que se encontraba el manicomio
de Saint Paul-de-Mausole en Saint-Rémy-de-Provence,
donde ingresó el 8 de mayo de 1889. En el sanatorio tenía dos
habitaciones disponibles, una de ellas habilitada para servirle de
taller. Cuando no podía pasear, pintaba cuadros de interior, como Jarrón con lirios. Uno de sus primeros cuadros allí fue Iris,
donde muestra una gran vitalidad rítmica y una gran conjunción de
colores. En esta época su pintura se caracteriza por la presencia de
remolinos, como se puede observar en una de sus pinturas más conocidas, La noche estrellada.
Cuando dejó de salir a dar paseos por los alrededores de la clínica,
empezó obras donde los temas eran pinos, cipreses y olivos. Fue durante
el mes de junio cuando desarrolló los efectos pictóricos de los árboles.
De los olivos con sus troncos sinuosos, hizo varios cuadros: Alpilles con olivos en primer plano, Olivo y Recolección de la oliva. Los pinos los tenía como modelos en el mismo jardín del hospital. Uno de los primeros cuadros fue Maleza,
donde sólo se aprecian en la parte inferior de los troncos con tonos
constituidos por azules fríos. Más tarde pintó los pinos que se aprecian
en los cuadros: El jardín del hospital de Saint Paul y Pinos en el cielo de la tarde. Pero fueron los cipreses, con su forma triangular, los que le sirvieron para crear una magnífica serie de paisajes. Incorporaba la mancha oscura del ciprés en muchas de sus grandes composiciones, como en La noche estrellada y, entre otras, en Campo de trigo con ciprés, Cipreses con dos mujeres y Ciprés en el cielo estelar.
La cara de una mujer pintada anteriormente.
En Saint-Rémy, volvió a tener la necesidad de copiar a pintores que
admiraba, por lo que pidió a su hermano Theo que le enviase láminas de
reproducciones, a partir de las que él interpretaba el color a su
manera. De esta forma exploró temas religiosos como La Piedad (Delacroix), donde pintó a Cristo con el cabello y la barba de color rojo y La resurrección de Lázaro (Rembrandt). También volvió a copiar algunas de sus pinturas favoritas, las de Millet: la Campesina batiendo el lino y La Noche (a partir de La Veillée de Millet). Todas se conservan en el Museo Van Gogh de Ámsterdam.
Exposiciones en vida
La primera exposición fue en París en 1889, en el Salón de los Independientes, organizada más tarde (entre mayo y octubre) que en otros años, para que pudiera coincidir con la Exposición Universal
de aquel mismo año. La elección de obras las hacían los mismos artistas
pero los nuevos socios sólo podían presentar dos, y Van Gogh indicó a
su hermano las dos pinturas que quería enviar: La noche estrellada (1888) e Iris (1889).
En enero de 1890 recibió la invitación para participar en una exposición en Bruselas con el grupo Les XX, a la que envió seis obras: dos de la serie de los girasoles y cuatro sobre paisajes. Dos las había pintado en Arlés, La viña roja y Vista de Arlés, y dos más en Saint-Rémy. Durante la inauguración, Henri de Groux criticó los cuadros de Van Gogh, pero salieron en su defensa Toulouse-Lautrec y Paul Signac. En esta misma exposición vendió la obra El viñedo rojo, adquirida por la pintora perteneciente al grupo Los XX, Anna Boch, hermana de su amigo Eugène Boch.
Finalmente fue en el Salón de los Independientes de París, en febrero de 1890, donde expuso la cuota completa de diez pinturas.
Volvió a tener nuevos colapsos, que le duraban más que en las veces
anteriores; padecía angustia, terror y alucinaciones con accesos de ira
muy intensos. Cuando volvió a escribir a Theo, le explicó que había
decidido abandonar la clínica. Después de una breve estancia en París
con su hermano, decidió establecerse en Auvers-sur-Oise.
Auvers-sur-Oise
Trasladado a Auvers-sur-Oise, localidad cercana a París, se instaló en una habitación de la pensión Ravoux. Allí conoció a un amigo de Theo, el Dr. Paul Gachet,
pintor aficionado, que se ofreció a cuidarle y visitarle. Bajo la
atención del Dr. Gachet la actividad artística de Van Gogh fue intensa,
en dos meses pintó más de setenta cuadros. Frecuentaba la casa del
doctor, y pintó el jardín, a su hija Margarita rodeada de flores y en el
piano, y al mismo doctor. Van Gogh volvió a refugiarse en la pintura
con gran entusiasmo, le gustaban los paisajes de Auvers, como antes
habían maravillado a tantos otros pintores como Corot, Pissarro, Armand Guillaumin y Cézanne.
Escribió a su madre estas reflexiones:
Estoy plenamente absorbido por estas llanuras inmensas de campos de trigo sobre un fondo de colinas, vastos como el mar, de un amarillo muy tierno, un verde muy pálido, de un malva muy dulce, con una parte de tierra labrada, todo junto con plantaciones de patatas en flor; todo bajo un cielo azul con tonos blancos, rosas y violetas. Me siento muy tranquilo, casi demasiado calmado, me siento capaz de pintar todo esto.
En esta población es donde empezó a utilizar el formato horizontal de
doble cuadrado, que precisamente en el valle de Oise había sido
utilizado por el pintor Charles-François Daubigny de la escuela de Barbizon. Van Gogh había pintado algunas veces el jardín de la casa de Daubigny.
Su cuadro sobre La iglesia de Auvers-sur-Oise, está construido
sobre líneas fuertes y definidas, que producen el efecto de una
escultura recortada sobre el azul intenso del cielo, efecto que da una
sensación de oscuridad. La profundidad la consigue con los dos caminos
en forma de /v/ en un primer plano; estos caminos aparecen colocados de
manera similar en una obra posterior, Campo de trigo con cuervos.
Van Gogh señala en sus cartas la soledad y la melancolía que tienen
estos últimos paisajes de trigales bajo cielos tempestuosos y
amenazantes. Se ha dicho que los símbolos de los cuervos planeando sobre
el trigo sugieren la premonición de la muerte. Las
dos bandas de color, con el contraste del azul y el amarillo, anulan el
espacio de la perspectiva. La composición de la perspectiva en el campo
abierto tiene un sentido inverso, sale del horizonte en dirección hacia
la parte delantera. El azul del cielo está en un solo plano y consigue
crear una unidad, mientras que el amarillo del trigo está dividido en
dos planos, el rojo de los caminos en tres y el verde complementario de
las franjas del camino en cinco. Este cuadro está considerado como una
de las mejores obras del artista.
Antonin Artaud, con un extenso poema en prosa, da la noción de la calidad de Van Gogh; basta leer algunos fragmentos de tal poema (Van Gogh, el suicidado por la sociedad):
(...) Regreso al cuadro de los cuervos; ¿quién ha visto cómo, en ese cuadro, equivale la tierra al mar? (...) el mar es azul, pero no de un azul de agua, sino de pintura líquida(...) Van Gogh ha retornado los colores a la Naturaleza, pero, a él, ¿quién se los devolverá? (...) aquel que supo pintar tantos soles embriagados sobre tantas parvas sublevadas, el Café de Arlés, la recolección de las olivas, los Alyscamps; (...) 'El puente', sobre un agua en donde se tiene el irrefrenable deseo de hundir el dedo en un movimiento de regresión violenta a la infancia, (...).
Muerte
Durante los últimos treinta meses de vida llegó a realizar 500 obras y
en sus últimos 69 días firmó hasta 79 cuadros. El 22 de febrero de
1890, Van Gogh sufrió una nueva crisis que fue «el punto de partida de
uno de los episodios más tristes en una vida ya plagada de tristes
acontecimientos». Este período duró hasta finales de abril, tiempo
durante el cual fue incapaz de decidirse a escribir, sin embargo siguió
dibujando y pintando.
Hughes escribe que entre mayo de 1889 y mayo 1890, «tuvo arrebatos de
desesperación y alucinación que le impedían trabajar, y entre ellos,
meses en los que pudo hacerlo y lo hizo marcado por el éxtasis extremo
visionario».
Sin embargo, su depresión empeoró y el 27 de julio de 1890, a la edad
de treinta y siete años, mientras paseaba por el campo, se disparó en el
pecho con un revólver. No se dio cuenta de que su herida era mortal y
volvió a la pensión Ravoux, donde murió en su cama dos días después, en
brazos de su hermano Theo. «Yo arriesgué mi vida por mi obra, y mi razón
destruida a medias»; estas son las palabras de Vincent en la última
carta encontrada en su lecho de muerte el 29 de julio de 1890. Vincent fue enterrado en el cementerio de Auvers-sur-Oise. Y Theo como consecuencia de los trastornos mentales que le generaba una insuficiencia renal, probablemente por piedras en el riñón, aunque según otros autores su enfermedad mental se la producía la sífilis, solo poco después de la muerte de Vincent, ingresó en una clínica de Utrecht,
donde falleció el 25 de enero de 1891, a los seis meses de la muerte de
su hermano. En 1914 el cuerpo de Theo fue exhumado y enterrado junto al
de Vincent.
Sin embargo, en 2011 surgió una teoría que postulaba que Van Gogh no
se suicidó, sino que murió por un disparo accidental efectuado por dos
muchachos que jugaban con una pistola. En una biografía sobre el
artista, Van Gogh: la vida, Steven Naifeh y Gregory White Smith
mantienen que el disparo provino de René y Gaston Secrétan, dos
hermanos adolescentes que veraneaban en Auvers, y que eran conocidos del
pintor, por lo que no habría querido incriminarlos y se habría
autoinculpado. Según los autores, René era un chico problemático al que
gustaba vestirse de «cowboy»,
y se entretenía disparando a animales con una vieja pistola del calibre
38. Así, el 27 de julio de 1890 Van Gogh habría salido como siempre a
pintar, recibiendo de forma accidental el disparo del menor de los
hermanos. Según Naifeh, historiador del arte titulado en Princeton,
«revisamos los testimonios iniciales que dieron lugar a la versión del
suicidio, y vimos que no eran nada sólidos». Este autor afirma que en la
entrevista que René Secrétan dio en 1956, el año de estreno de la
película que Vincente Minnelli
realizó sobre el pintor holandés, su testimonio «está lleno de
culpabilidad». Esta teoría no está confirmada con otras pruebas ni
aceptada por la mayoría de la comunidad académica, y el Museo Van Gogh
de Ámsterdam considera prematuro valorar las conclusiones a las que han
llegado estos autores.
Obra
Vincent van Gogh produjo toda su obra (unas 900 pinturas y 1600
dibujos) durante un período de solamente 10 años (etapa de 1880-90)
hasta que sucumbió a la enfermedad mental (posiblemente un trastorno bipolar o una epilepsia).
Decidió ser pintor cuando tenía 27 años y siempre quiso reflejar la
vida en sus obras. Su carrera pictórica está marcada por los lugares
donde vivió y trabajó. Así se aprecia en la primera etapa de los Países
Bajos (1880-1886), donde la pintura tradicional y popular de este país,
exclusivamente en colores terrosos, fueron lo que más influyó en obras
como Los comedores de patatas
y las pinturas sobre los tejedores. Realizó numerosos dibujos de
mineros, de personajes populares y copió obras de su pintor favorito Millet.
Impresionismo
La siguiente etapa, en París (1886-1887), es la que le pone en contacto con los impresionistas que pretendían romper con el academicismo
de la época, con el traslado a la pintura de las impresiones de sus
sentidos mediante la observación de la naturaleza. En París, conoció
pintores como Henri de Toulouse-Lautrec y Paul Signac,
descubrió una nueva percepción de la luz y el color, aprendió la
división de las gamas claras y los tonos y mostró una simplificación a
la vez que una mayor intensidad en el tratamiento de los colores. En
esta época empezó a copiar láminas japonesas, siendo uno de los pintores
europeos a los que más influyó este tipo de pintura.
Postimpresionismo
Quizá Van Gogh representó mejor el postimpresionismo,
estilo que sucedió aproximadamente en un periodo entre 1885 y 1915.
Representó una vía divergente del impresionismo, donde los pintores
hacen de la vida cotidiana su tema principal. Este término fue utilizado
por primera vez en 1910 por Roger Eliot Fry; surge del título que dio a la exposición de la Grafton Gallery en Londres: «Manet y los postimpresionistas». Fue utilizado por artistas como Cézanne, Van Gogh y Seurat pero a veces también por otros artistas de la gran década impresionista (1870-1880) como Matisse y Pierre Bonnard.
Expresionismo y fauvismo
Su obra destaca por el uso del color y una técnica frenética que contiene algunos trazos del expresionismo. Van Gogh y Gauguin
tenían técnicas diferentes; Gauguin acostumbraba a pintar normalmente
en el taller de memoria y Van Gogh necesitaba siempre copiar in situ, fuesen paisajes o un modelo. Su temperamento exaltado quiso demostrarlo por la vía del color.
Los inicios del expresionismo aparecen durante las dos últimas décadas del siglo XIX, en la obra de Van Gogh, La italiana de finales de 1887, y en la de Edvard Munch (autor de El Grito) y, en otro nivel, en la del belga James Ensor (autor de La entrada de Cristo a Bruselas).
Una tendencia a la que contribuiría Van Gogh, después de su llegada en
1888 a Arlés, donde el choque con la luz del sur, le empuja a la
conquista del color, con obras como La noche estrellada y Los Olivos de Saint-Rémy
(1889). Las pinturas del periodo de Sant Rémy de Provenza, se
caracterizan en general por remolinos y espirales. Desde la
dramatización de las escenas de sus primeros trabajos, a la
simplificación que caracterizó sus últimas obras, en las que Van Gogh ya
anuncia el comienzo del expresionismo. Se tuvo que esperar al agosto de
1911, cuando el crítico de arte Wilhelm Worringer fue el primero en
hablar del expresionismo.
En Alemania y Austria, expresionistas como Ernst Ludwig Kirchner, Erich Heckel, Paul Klee y Oskar Kokoschka
aprenderán de la técnica de Van Gogh, del nerviosismo, la exageración
de las líneas y colores, que hacen que surja mejor la expresión de los
sentimientos y las emociones. El color y el empaste en la proyección de
la pintura de Van Gogh, se formalizó quince años más tarde con el
surgimiento del fovismo.
Según Van Gogh: «En lugar de reproducir con exactitud lo que tengo
delante de los ojos, prefiero servirme del color para expresarme con más
fuerza».
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