Cuba, oficialmente la República de Cuba, es un país soberano insular del Caribe, asentado en un archipiélago del Mar Caribe. El territorio está organizado en quince provincias y un municipio especial con La Habana como capital y ciudad más poblada.
Es uno de los trece estados independientes que forman la América Insular, Antillas o Islas del mar Caribe, y uno de los treinta y cinco del continente americano. La isla de Cuba tiene origen orogénico. Completan el archipiélago la Isla de la Juventud y más de un millar de cayos o pequeñas islas que las rodean: Cayo Coco, Cayo Guillermo, Cayo Largo del Sur y Cayo Jutías, entre otros. Colinda, al norte, con el estado estadounidense de Florida y con las Bahamas, al oeste con México y al sur con las Islas Caimán y Jamaica. Al sudeste de Cuba, se encuentra la isla de La Española.
Está ubicado en el extremo noroeste de las Antillas, limitando al norte con el Océano Atlántico, que lo separa de Estados Unidos y Bahamas, al este con el Paso de los Vientos, que lo separa de Haití, al sur con el Mar Caribe y al noroeste con el Golfo de México.
Con 11 616 000 habitantes en 2017 es el país más poblado de las
Antillas, con 110 860 km², el más extenso, y con 102,7 hab/km², el
tercero menos densamente poblado, por delante de Dominica y Bahamas.
Junto a La Española, Jamaica y Puerto Rico, es una de las cuatro Antillas Mayores, siendo la mayor isla de la región. El territorio está organizado en quince provincias y un municipio especial.
Previo al período de la Colonización española de América iniciado en el siglo XVI, el actual territorio cubano se encontraba habitado por diversos pueblos amerindios. Cuba se mantuvo como colonia española hasta 1869, y como provincia española hasta la Guerra hispano-estadounidense de 1898, desatada a partir de la intervención de Estados Unidos en la guerra de Independencia cubana.
El triunfo estadounidense condujo a la independencia nominal de facto
como protectorado de Estados Unidos en 1902. Durante la primera mitad
del siglo XX, Cuba trató de reforzar su sistema democrático, pero tras fuertes conflictos sociales y tensiones políticas, se produjo un Golpe de Estado en 1952, que dio lugar a la dictadura de Fulgencio Batista.
Batista fue derrocado por el Movimiento 26 de Julio encabezado por Fidel Castro durante la Revolución cubana en 1959, pasando Castro a ser Primer Ministro, jefe de Gobierno. En 1965, se fundó el Partido Comunista de Cuba, que gobierna el país hasta la actualidad. Este fue un punto de alta conflictividad entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, en el marco de la Guerra Fría, al punto de llevar a ambas naciones al borde de una guerra nuclear durante el desarrollo de la Crisis de los misiles de 1962.
El país es un estado marxista-leninista con un sistema político de partido único gobernado por el Partido Comunista de Cuba (PCC), cuyo papel se encuentra amparado por la Constitución. Es una nación en vías de desarrollo que adopta para sí una economía planificada,
cuyas principales actividades son las exportaciones de azúcar, tabaco,
café, productos farmacéuticos y profesionales especializados,
principalmente en la medicina, la informática, las ciencias agrícolas y
la biotecnología. Ocupa el puesto 67.º en el Índice de desarrollo humano elaborado por la Organización de las Naciones Unidas, y el 5.º entre los latinoamericanos, detrás de Argentina, Chile, Uruguay y Panamá. En 2015, Cuba tenía el 3° IDH en Latinoamérica. De acuerdo con datos de la ONU, es el único país del mundo que cumple los dos criterios que, para la organización WWF, significan la existencia del desarrollo sostenible: desarrollo humano alto (IDH 0,8) y huella ecológica sostenible (huella < 1,8 ha/p).
Etimología
Existen diversas teorías respecto al origen de la palabra Cuba. Una hipótesis afirma que es una deformación de la palabra taína cubanacán que es el nombre con que los nativos de la isla Española
se referían a este territorio, según lo escrito en el diario de
navegación de Cristóbal Colón; sin embargo esta propuesta ha sido
criticada por el hecho de que no se conserva el diario original, sino
una versión resumida, a partir de la cual se hace tal afirmación.
Otra teoría al respecto es que el nombre proviene de la palabra árabe coba,
que se usa para designar una mezquita con cúpula y que la isla habría
sido bautizada de esa manera por la forma de las montañas vista desde Bariay, el primer sitio de Cuba en que Colón desembarcó. Igualmente existe una hipótesis de que la isla fue bautizada en honor a la localidad portuguesa de Cuba, siendo esta idea defendida principalmente por aquellos que sostienen que Cristóbal Colón era de origen portugués.
Historia
Etapa precolombina
La percepción que tenemos de los habitantes precolombinos de Cuba
viene de los relatos de los conquistadores, llamados Cronistas de las
Indias, como Bartolomé de las Casas,
quien distinguió tres culturas diferentes en cuanto a rasgos étnicos,
lingüísticos y de desarrollo tecnológico y social, las cuales llamó Guanahatabey, Siboney (o Sibuney) y Taína.
En el último siglo, los estudios arqueológicos, etnológicos y
morfológicos han permitido indagar más en la vida de esos primeros
habitantes que llegaron a la isla en migraciones procedentes de la América
continental. Esos primeros grupos eran cazadores paleolíticos de origen
mongoloide. La segunda migración, hace 4500 años, procedía de Centro y Sudamérica; tenían una fisionomía parecida a la del primer grupo. La tercera y cuarta migración procedió de las Antillas en torno al 500 a. C.
Una clasificación más atenida a la evolución de estos grupos humanos
establece también tres grupos: el de la edad de la concha (Guanahatabey), el de la edad de la piedra (Siboney) y la edad de la alfarería (Taína).
Esos grupos tenían en común una organización gentilicia matriarcal,
con división del trabajo por sexo y edades con una forma de religión
animista y culto a los antepasados.
Colonización española (Siglos XVI al XIX)
El 27 de octubre de 1492 llegaron a costas cubanas por la zona de Bariay, tres naves españolas, La Pinta, La Niña y la Santa María, comandadas por Cristóbal Colón, quien desembarcó al siguiente día. Entre esa fecha y el 5 de noviembre, las naves se movieron por la costa oriental de Cuba, y el viernes 2 de noviembre,
designó a dos de sus hombres para que, durante seis días, se internasen
en el territorio cubano. Colón denominó a la Isla de Cuba como Isla Juana en deferencia al Príncipe Juan, heredero de la corona.
Colón pensaba que había llegado a las Indias orientales y no se
imaginaba que detrás de esta pequeña isla, se encontraba un continente
gigantesco, desconocido para el mundo europeo. Según las Cartas de Indias,
una vez que Colón pisó suelo cubano, se arrodilló en la arena y con la
cabeza inclinada hacia arriba exclamó: «Ésta es la tierra más hermosa
que ojos humanos hayan visto jamás».
En 1513, Diego Velázquez de Cuéllar
fue enviado por los reyes de España como adelantado de la Corte para
las nuevas posesiones del reino. Fue nombrado gobernador de Cuba, con la
facultad de fundar villas y efectuar repartimientos de indios, entre
otras.
Ya Velázquez había fundado la primera villa en territorio cubano, Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa en 1511. En 1513 fundó San Salvador de Bayamo,
así preparó la fase siguiente de la conquista, la exploración del resto
de la isla, paso previo a la creación de nuevas villas. En enero de 1514 se fundó La Trinidad. El 2 de febrero de 1514 se fundó la única villa de la costa norte (que sería trasladada al interior), Santa María del Puerto del Príncipe (actual Camagüey). Entre abril y mayo de 1514 se fundaron San Cristóbal de La Habana y Sancti Spíritus. El 24 de junio de 1514 se funda San Juan de los Remedios. Por último, en agosto de 1515, quedó establecida Santiago de Cuba.
Estas villas constituían la base legal, organizativa y política en
cada región lo cual se lograba al establecer en cada acto de fundación,
la institución del municipio, y también garantizaban la concentración y permanencia en el territorio de un núcleo conquistador mediante la vecindad.
La encomienda
fue la institución que trazó el rasgo caracterológico de la primera
colonia. Esta institución colocaba a los aborígenes cubanos en manos de
los españoles encomenderos, quienes debían cristianizarlos y enseñarles a trabajar.
El 10 de febrero de 1516, por petición de Velázquez, se creó el obispado de Cuba, cuya sede original estuvo en Baracoa y fue trasladada en 1523 a Santiago de Cuba. Esta villa sería la primera capital de la Cuba colonial hasta que la sede del gobernador fue trasladada definitivamente a San Cristóbal de La Habana, a mediados del siglo XVI.
Por otro lado, la villa de San Cristóbal de La Habana,
que había sido fundada en 1514 en la costa sur del occidente de la
isla, fue trasladada de lugar en, al menos, dos ocasiones hasta que, el 16 de noviembre de 1519, quedó finalmente emplazada en su actual ubicación. Esta última fecha se considera como la fundación definitiva de la ciudad.
El sector económico más importante en estos primeros años de la
colonia fue la extracción de oro y otras formas de minería con el empleo
de aborígenes encomendados así como algunos esclavos negros que se
integraron desde muy temprano al conglomerado étnico que siglos después
constituiría el pueblo cubano. Una vez agotados los yacimientos de oro
este sector recaería sobre el cobre de Santiago del Prado.
Ya en 1503, los Reyes Católicos fundaban la Casa de Contratación de Sevilla
destinada a organizar y regular el comercio español con sus nuevos
territorios, lo que despertó los celos de otras potencias europeas.
A consecuencia de las guerras entre Francia y España, hicieron su presencia en el Caribe los primeros corsarios
franceses a los que se sumaron después piratas ingleses y holandeses.
Sin embargo, fueron los galos los que atacaron la isla, como Roberto de
Baal y Jacques de Sores.
Para repelerlos la Corona puso en marcha dos proyectos, ambos ventajosos para la nueva capital, La Habana. El primero fue el Sistema de Flotas o Puerto Único, mediante el cual todas las embarcaciones de las Indias Occidentales (Hispanoamérica) tenían que partir juntas rumbo a España desde el otrora Puerto de Carenas
(la bahía de La Habana), lo que desarrolló un auge comercial sin
precedentes en la ciudad, con el crecimiento de su población y la
diversificación de su actividad por la creación de nuevos oficios. El
segundo plan fue dirigido a fortificar la ciudad, el cual tuvo como
precedente la construcción en 1538 de la segunda fortaleza de América,
la llamada Castillo de la Real Fuerza. De años posteriores datan las fortificaciones del Morro y la Punta, destinadas a proteger la bahía.
Este desarrollo económico de La Habana contrastaba sobremanera con la
reducida actividad comercial de las poblaciones alejadas, las cuales
iniciaron un comercio de contrabando con los corsarios extranjeros.
En el siglo XVIII
casi todas las tierras estaban repartidas en la isla, en particular las
occidentales y las de las grandes sabanas, pero muchas mantenían
improductivas y despobladas. La producción de tabaco se incrementó entre 1713 y 1720.
Paralelo al proceso tabacalero se dio el azucarero. Las nuevas fábricas
o trapiches se ubicaron en las proximidades de los centros urbanos. En 1740 se creó la Real Compañía de Comercio de La Habana, a ella se le otorgó el privilegio del control y conducción del tabaco, los azúcares y el coambre de Cuba a España, como parte del control metropolitano.
El desarrollo de las ciudades y villas fue marcadamente desigual. La Habana llegó a ser a mediados de siglo, la tercera urbe y el primer puerto del Nuevo Mundo con una activa y bulliciosa vida portuaria y comercial. En 1728 se fundó la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana
y el colegio de San José, que junto a los conventos de Belén y San
Francisco, imparten la enseñanza en la capital y el Seminario de San
Basilio el Magno en Santiago de Cuba.
En esta etapa comienzan a observarse las primeras luchas sociales de
Cuba como consecuencia de las medidas monopólicas tomadas por la Corona
acentuados ahora por el Estanco del Tabaco que prohibía la venta del
producto a particulares, colocaba el precio arbitrario y establecía las
cantidades a comprar. Los movimientos se concentran en los vegueros y
los cobreros, lo que dio lugar a protestas y sublevaciones, la tercera
de las cuales fue reprimida mediante la ejecución de once vegueros en
Santiago de las Vegas, próxima a la capital. Imposibilitados de vencer
el monopolio, los más ricos habaneros decidieron participar de sus
beneficios.
Al estallar la Guerra de los Siete Años, entre Francia e Inglaterra,
España entraría a favor de la primera. Esta contienda sirvió de
escenario para que los ingleses dirigieran la mayor armada que había
cruzado el Atlántico
bajo la dirección de Sir Jorge Pockock con el objetivo de tomar La
Habana. La ciudad fue defendida de forma combativa tanto por los criollos, dirigidos por José Antonio Gómez (capitán de milicia de la cercana villa de Guanabacoa,
muerto a consecuencia de los combates) como por españoles dirigidos por
el capitán español don Luis de Velasco. Sin embargo, el 12 de agosto de 1762
se firmó la capitulación de la ciudad, al día siguiente entraban
triunfantes las tropas británicas. Esta ocupación duró once meses.
El 6 de julio de 1763 tomaba posesión del gobierno de Cuba, en nombre del rey de España, el teniente general Ambrosio de Funes y Villalpando, Conde de Ricla. A cambio de la estratégica posición, se le entregaba a Gran Bretaña la Península de La Florida.
Las prioridades del Conde de Ricla y sus sucesores ilustrados estaban
dirigidas al fortalecimiento militar de la isla. Este objetivo debía
cumplirse aplicando una nueva política que se basaba en la necesidad de
crear una amplia base económica y ágiles mecanismos administrativos que
le permitieran que el sistema defensivo fuese lo más autóctono y potente
posible.
En el breve período de dos años, en La Habana se reconstruyen las
fortalezas del Morro, La fuerza y La Punta; se edifican La Cabaña,
Atarés y El Príncipe; los fortines de La Chorrera y Cojímar y se
moderniza la muralla. Hacia 1774, el sistema se completó con la
ampliación de los castillos de San Severino en Matanzas y El Morro en Santiago de Cuba.
Es de destacar el diferente proceso colonizador de los españoles
frente al resto de los imperios de la época. Mientras los españoles
trataron de integrar a la población local y convertirla al cristianismo,
los ingleses y franceses los exterminaban y repoblaban sus colonias con
esclavos traídos de África. Un dato que muestra esta política es el
bajo número de esclavos que el Imperio Español tenía en la isla: 50 000
frente a los 60 000 en Barbados o 300 000 en Virginia, del Imperio
Británico; o los 450 000 que los franceses tenían en Haití.
En cuanto a la economía se reorganizó la administración con la
creación de la Real Intendencia General de Ejército y Hacienda; la
supresión de los privilegios de la Real Compañía de La Habana y la
permisibilidad del libre comercio con extranjeros; la promulgación por
la Corona de la nueva ley arancelaria; la liquidación del monopolio de Cádiz
con la apertura al comercio de la isla de otros puertos españoles, la
ejecución de planes de desarrollo urbano y el reajuste de todo el
sistema de impuestos con el objetivo de que, a corto plazo, cubriese los
gastos administrativos de la isla.
Bajo Ricla y sus sucesor el Marqués de la Torre, La Habana incrementó
la pavimentación e inició el alumbrado de las calles, dispuso medidas
sanitarias, e inició la construcción del primer paseo habanero, la
Alameda de Paula; del primer teatro, El Principal; y del Palacio de los Capitanes Generales.
Se llevó a cabo el primer censo poblacional de 1774 y se inició el
trazado urbanístico de la ciudad, mediante el cual se prohibió las casas
de guano e imponiendo una nueva arquitectura de grandes y ostentosos
palacios.
Los hacendados criollos se enriquecieron y su flamante poder se
materializó en instituciones que, como la Sociedad Económica de Amigos
del País y el Real Consulado, canalizaron su influencia en el gobierno
colonial.
En este contexto hace su entrada en la escena histórica cubana un
cerrado y brillante grupo de hombres de pensamiento, la Generación del
92 o la Ilustración Reformista Cubana. Francisco de Arango y Parreño
es el más brillante expositor del proyecto socioeconómico y el de mayor
agudeza política. Las principales proposiciones de este grupo liderado
por Parreño eran: libre comercio de esclavos; aumento de la esclavitud
para resolver las necesidades de fuerza de trabajo y eliminación de
todos los obstáculos que impiden su explotación intensiva; mejoramiento y
perfeccionamiento en la utilización de tierras y la aplicación de la
más moderna técnica; desarrollo tecnológico de la manufactura azucarera,
desarrollo científico del país, libertad de comercio y disminución de
la usura en los préstamos necesarios para incrementar la agricultura y
la manufactura.
Siglo XIX: formación de la identidad nacional
Hacia 1802, comienza a observarse otra corriente en la Ilustración
Reformista Cubana. El movimiento se aglutina alrededor del obispo de La
Habana Juan José Díaz de Espada Fernández y Landa y tiene dos centros de proyección colocados bajo la dirección de aquel: el Real y Conciliar Colegio Seminario de San Carlos y San Ambrosio
y la Real Sociedad Económica de Amigos del País. La actividad de este
nuevo grupo se dirige más a la esfera social y a la del pensamiento que a
la económica.
Desde el punto de vista político su proyección no es homogénea aunque
todos sus integrantes muestran adhesión a las ideas políticas modernas,
una tendencia descentralizadora y autonómica y la ponderación de lo
cubano en formación en cuyo proceso quieren incidir. Espada es
antirracista, antiesclavista, antilatifundista, crítico de la oligarquía
y asume un proyecto de desarrollo sobre la base de la pequeña propiedad
agraria. En esta corriente se formaron Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Antonio Saco, Felipe Poey y Domingo del Monte.
Otra corriente política cifraba sus esperanzas de solución de los problemas cubanos en la anexión a Estados Unidos. Un sector de los hacendados esclavistas veía en la incorporación de Cuba a los Estados Unidos
una garantía para la supervivencia de la esclavitud, dado el apoyo que
encontrarían en los estados sureños. Estos, agrupados en el "Club de La
Habana" favorecieron las gestiones de compra de la isla por parte del
gobierno de Washington, así como las posibilidades de una invasión
"liberadora" encabezada por algún general estadounidense en contra de
España.
En esta última dirección encaminó sus esfuerzos Narciso López,
general de origen venezolano que, tras haber servido largos años en el
ejército español, se involucró en los trajines conspirativos
anexionistas. López condujo a Cuba dos fracasadas expediciones, y en la
última fue capturado y ejecutado por las autoridades coloniales en 1851.
Otra corriente separatista más radical aspiraba a conquistar la independencia de Cuba. De temprana aparición -en 1810
se descubre la primera conspiración independentista liderada por Román
de la Luz-, este separatismo alcanza un momento de auge en los primeros
años de la década de 1820.
Bajo el influjo coincidente de la gesta emancipadora en el continente y
el trienio constitucional en España, proliferaron en la isla logias masónicas y sociedades secretas. Dos importantes conspiraciones fueron abortadas en esta etapa, la de los Soles y Rayos de Bolívar (1823), en la que participaba el poeta José María Heredia -cumbre del romanticismo literario cubano- y más adelante la de la Gran Legión del Águila Negra alentada desde México.
El Padre Félix Varela Morales, definido por Luz y Caballero
como “el que nos enseñó primero en pensar”, fue el iniciador de la
ideología de la independencia cubana. Educador, político sagaz,
filósofo, sostuvo que Cuba debía ser independiente tanto de España como
de los Estados Unidos
y que esa independencia solo sería real si se lograba con los propios
medios y por los propios naturales. Fue condenado a muerte por la Corona
española, vivió en el exilio hasta su muerte en 1853. Su esfuerzo, sin
embargo, tardaría largos años en fructificar pues las circunstancias,
tanto internas como externas, no resultaban favorables al
independentismo cubano.
El fracaso de la Junta de Información convocada en 1867 por el
gobierno metropolitano para revisar su política colonial en Cuba, supuso
un golpe demoledor para las esperanzas reformistas frustradas en
reiteradas ocasiones. Tales circunstancias favorecieron el
independentismo latente entre los sectores más avanzados de la sociedad
cubana, propiciando la articulación de un vasto movimiento conspirativo
en las regiones centro orientales del país.
Guerras de Independencia (1868-1898)
La Guerra de los Diez Años
El 10 de octubre de 1868 en el Ingenio "La Demajagua", que le pertenecía el hacendado Carlos Manuel de Céspedes, en la región de Manzanillo,
libera a sus esclavos y sin imponerles nada los invita a iniciar la
lucha contra el colonialismo español que se imponía en Cuba. Así se
iniciaba el periodo revolucionario de las luchas por la independencia de
Cuba que no triunfaría hasta el 20 de mayo de 1902.
En este levantamiento se traza Céspedes un programa de lucha donde
expresa las causas y los objetivos del inicio de la guerra conocido como
el Manifiesto del 10 de Octubre.
Durante el periodo de la guerra que por el tiempo que se extendió tomó el nombre de Guerra de los Diez Años
surgieron grandes jefes revolucionarios, que tuvieron una significación
histórica en las posteriores guerras y contiendas. Es el caso de Ignacio Agramonte, Antonio Maceo, Máximo Gómez, José Maceo, Vicente García González y Calixto García, entre otros muchos.
El período de entreguerras
Entre 1878 y 1895 los Estados Unidos hacen importantes inversiones en
Cuba, sobre todo en azúcar, minería y tabaco. Hacia 1895 ascendían a 50
millones de pesos. En esta etapa Estados Unidos intensificó su control
comercial sobre Cuba.
Como consecuencia de la guerra y de las transformaciones económicas que exigían mano de obra cualificada, España decretó en 1886 la abolición de la esclavitud, lo que provocó el aumento del proletariado.
A ello se unía la negativa situación comercial. Las presiones de la
burguesía textil catalana habían llevado a promulgar de la Ley de Relaciones Comerciales con las Antillas (1882) y el Arancel Cánovas (1891), que garantizaban el monopolio del textil catalán obligando a Cuba absorber sus excedentes de producción.
Este privilegio en el mercado cubano asentó la industrialización en
Cataluña durante la crisis de la década de 1880, derivada de sus
problemas de competitividad, a costa de los intereses de la industria cubana, lo que fue un estímulo esencial de la revuelta.
Durante esta etapa se produjeron cambios que acentuaron la estructura
colonial, la deformación económica y la dependencia del exterior, lo
que exigía la necesidad de una guerra de liberación nacional.
Entre 1879 y 1880 tuvo lugar la Guerra Chiquita, preparada por Calixto García al frente del Comité Revolucionario Cubano de Nueva York. Se sumaron dentro de Cuba, Quintín Bandera, José Maceo
y otros. Se produjeron alzamientos de importancia en Oriente y Las
Villas. España triunfó con facilidad e hizo que los cubanos sintieran la
necesidad de otra preparación y organización mucho mayor. Se
promovieron ideas revolucionarias y alentaron a más cubanos a la lucha.
Mientras, en Cuba, se reunieron fuerzas para el alzamiento.
José Martí
José Martí fue la figura cimera del siglo XIX cubano y continental. Su ideario político–social trascendió las fronteras de su patria, marcando pautas que condujesen a América Latina a su “segunda independencia”. Con la creación del Partido Revolucionario Cubano,
concebido como la organización única de todos los independentistas
cubanos que debía conseguir los medios materiales y humanos para la
nueva empresa emancipadora, y su labor como periodista de talla
universal, impulsó una labor de esclarecimiento y unificación, centrada
en los núcleos de emigrados cubanos, principalmente en Estados Unidos,
pero con amplia repercusión en la isla. Martí impulsó una tremenda
renovación dentro de las letras hispanas de fines de la centuria.
La Guerra del 95
El 24 de febrero de 1895
mediante un levantamiento simultáneo en Oriente y Matanzas se reanuda
la lucha independentista. Aunque se provocaron levantamientos en Bayate,
Guantánamo, El Cobre, Ibarra, etc., el hecho pasa a la historia como El
Grito de Baire.
Martí y Gómez antes de partir para Cuba desde la República Dominicana firmaron el Manifiesto de Montecristi,
redactado por el primero. Este documento es considerado el programa de
la Revolución en la Guerra Necesaria. Martí señala que esa guerra es
continuación de la anterior y que también expresa la necesidad de hacer
una República nueva con iguales derechos para todos. Al final destaca el
significativo latinoamericanismo de la guerra en Cuba.
Tras arribar a Cuba el 1º y 11 de abril, los tres grandes de la
Guerra de independencia (Maceo, Gómez y Martí) se reunieron el 5 de mayo
en La Mejorana y, por encima de las diferencias de enfoques,
organizaron la Guerra y aprobaron el plan de invasión a Occidente.
Durante el verano de 1895 se extendió la lucha a Oriente, Camagüey y
Las Villas. En Oriente Maceo obtuvieron victorias en los combates de El
Jobito, Peralejo y Sao del Indio. En Camagüey vence Gómez en el combate
de Altagracia y La Larga. En Las Villas se alzan Carlos Roloff y Serafín Sánchez.
El 16 de septiembre
de 1895 se produjo la Asamblea de Jimaguayú, como su paralela de
Guáimaro que redactó una nueva Constitución de la República en Armas. En
ella se eligió un poder civil más reducido y práctico formado por un
Consejo de Gobierno compuesto por un presidente (Salvador Cisneros
Betancourt), un vicepresidente y 4 secretarios. Este gobierno civil
tenía atribuciones sobre los asuntos políticos y económicos pero con
facultades limitadas sobre lo militar. Se planteó que tanto esta
Constitución como los acuerdos de esta asamblea tendrían vigencia solo
por 2 años cuando se convocaría a otra asamblea.
Entre el 22 de octubre de 1895 y el 22 de enero de 1896
se produjo una de las páginas épicas de la Guerra de Independencia, la
Invasión a Occidente. Maceo partió desde Mangos de Baraguá con 1.400
hombres y al llegar a Camagüey ya contaba 2.500. Cuando cruzaron la
Trocha de Júcaro a Morón se encontraron con Gómez, con quien
constituyeron el Ejército Invasor. En Las Villas combaten en la batalla
de Mal Tiempo, la más importante de la guerra, mientras que en Matanzas
ejecutan la contramarcha o Lazo de la Invasión, ardid que les permitió
cruzar el Occidente con más facilidad. En la Habana ya en enero de 1896
Maceo parte a Pinar del Río
y Gómez quedó protegiéndolo con la Campaña de la Lanzadera. En Pinar
del Río Maceo sostuvo combates en el de Las Taironas y llegó al poblado
occidental de Mantua victorioso.
Valeriano Weyler sustituyó a Martínez Campos como Capitán General, ordenando el Bando de Reconcentración
que obligaba a miles de campesinos a trasladarse a pueblos y ciudades
con el objetivo de aislar a los insurrectos en las zonas rurales. Aunque
desde posiciones cubanas se señalan las víctimas de la Concentración en
números superiores a 250.000, otros datos apuntan a 300.000 desplazados
y 100.000 fallecidos víctimas de hambre, hacinamiento y enfermedades.
Mientras, dirigida por Maceo, se desarrolló la Campaña de Occidente
para consolidar las posiciones ganadas con la invasión, los combates de
Río Hondo, El Rosario y El Rubí. En Camagüey, Gómez venció en la batalla
de Saratoga y Calixto García en la toma del Fuerte San Marcos.
Entre 1897 y 1898, Gómez dirigió la Campaña de La Reforma en territorio villareño para atraer soldados españoles y aliviar el frente occidental que había perdido a Antonio Maceo el 7 de diciembre
de 1896. Esta campaña consistía en emplear la guerra de guerrillas, la
guerra de desgaste con emboscadas y ataques relámpago de pequeños grupos
para desorientar al enemigo y llevarlos a terrenos pantanosos (manigua) para vencerlos por enfermedades y agotamiento. Cerca de 4.000 insurrectos ponen fuera de combate a 25.000 soldados españoles.
Desde Oriente, Calixto García tomó las ciudades de Victoria de Las
Tunas, Guisa, Jiguaní y Santa Rita con una eficiente dirección de la
artillería mambisa. Mientras, en occidente se produjeron miles de
acciones de mediana y pequeña escala. La suerte del colonialismo español
estaba echada.
La guerra hispano–cubano–estadounidense
Entre finales de 1897 y comienzos de 1898 se instauró en Cuba el autogobierno autonómico. Las fuerzas cubanas ganaban cada vez más terreno y el Ejército Español se debilitaba rápido, en esa situación se produjo la intervención de los Estados Unidos.
En 1898 el acorazado estadounidense Maine se hundió en la Bahía de La Habana el 15 de febrero, debido a una explosión para así intervenir en la guerra. El conflicto concluyó con la firma de un tratado de paz (Tratado de París, del 10 de diciembre de 1898) entre España y Estados Unidos en virtud del cual Estados Unidos recibió el control absoluto de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam.
Primera intervención estadounidense (1898-1902)
El 1 de enero de 1899 se iniciaba la ocupación de Cuba por los Estados Unidos a través del gobierno que decretaba órdenes militares.
Durante este período el gobierno interventor dirige sus acciones en
dos aristas. La primera fue tratar de recuperar al país de las secuelas
de la Guerra, para esto destinó auxilios directos a la población en
alimentos y medicinas, ideó el Plan de saneamiento de la isla y la
creación de escuelas públicas.
La segunda fue asegurar su situación privilegiada con respecto a Cuba
en la futura etapa republicana. Para ello rebaja de aranceles a
productos estadounidenses que invadirán el mercado interno cubano, crea
la Ley de Deslindes y división de haciendas comunales, mediante la cual
el Estado se apropiaría de muchas tierras las cuales serían vendidas
después a empresas estadounidenses privadas, a través de la Ley
ferrocarrilera favorecería las inversiones estadounidenses en esa esfera
y desplazaría a los ingleses y mediante concesiones mineras las
compañías estadounidenses obtienen el derecho de explotar minas en Cuba.
Mediante la Ley militar No. 301 del 25 de julio de 1900 el gobierno llama a una convocatoria a elecciones de delegados para la Asamblea Constituyente.
El sistema electoral que se aplicó se basaba en el sufragio ilustrado
(solo podían votar los que sabían leer y escribir) y censitario (los
electores debían tener 250 pesos o más en propiedades).
La Asamblea Constituyente redactó y aprobó la Constitución de 1901 de
carácter liberal-democrático. La Constitución de 1901 contenía las
partes clásicas de toda constitución: la dogmática relativa a los
derechos individuales que había conquistado y consagrado la Revolución francesa;
la orgánica referente a la estructura, funciones y derechos de la
organización estatal y la cláusula de reforma (Artículo 115).
En esencia se estableció un régimen republicano y representativo, estructurado en la célebre división de poderes de Montesquieu. El legislativo se componía de un Senado y una Cámara de Representantes
(sistema bicameral), un poder judicial con una relativa independencia,
haciendo a sus componentes inamovibles, pero dependientes del Ejecutivo y
a veces también del legislativo en cuanto a sus nombramientos.
Como parte de esta Constitución la Asamblea debía proveer y acordar
con el Gobierno de Estados Unidos lo referente a las relaciones que
deberían existir entre ambos gobiernos. En medio de los trabajos de la
Comisión cubana encargada de dictaminar sobre las futuras relaciones
entre Cuba y Estados Unidos, el congreso estadounidense aprueba la Enmienda Platt,
con la que el gobierno de Estados Unidos se otorgaba el derecho a
intervenir en los asuntos internos de la isla cuando lo entendiera
conveniente.
A pesar de la oposición de los delegados a la Asamblea Constituyente,
la presión estadounidense, que colocaba a los cubanos ante la
disyuntiva de tener una república con la Enmienda o continuar la
ocupación, logró que esta quedara definitivamente aprobada por los
cubanos el 12 de junio de 1901.
República (1902-1958)
Primeros años (1902-1925)
El 20 de mayo de 1902 nace la República de Cuba siendo electo Tomás Estrada Palma
como su primer presidente. A este primer gobierno correspondería la
tarea de formalizar los vínculos de dependencia con Estados Unidos.
Aunque fue criticado por ello, logró su reelección; lo que provocó la
sublevación del opositor Partido Liberal desencadenando una nueva intervención estadounidense,
luego de la cual los estadounidenses crean el Ejército Permanente
Cubano, para no tener que volver a ocupar el país en un futuro.
La economía cubana había crecido muy rápidamente durante las dos
primeras décadas del siglo, estimulada por la favorable coyuntura creada
por la reciente guerra mundial. No obstante ese crecimiento era
extremadamente unilateral, basado de modo casi exclusivo en el azúcar y
en las relaciones mercantiles con Estados Unidos. Por otra parte, los
capitales estadounidenses que habían afluido a la isla con ritmo
ascendente eran los principales beneficiarios del crecimiento, puesto
que controlaban el 70 por ciento de la producción azucarera además de su
infraestructura y los negocios colaterales.
El bienestar económico derivado de este proceso revelaría una extraordinaria fragilidad. Ello se puso de manifiesto en 1920,
cuando una brusca caída en el precio del azúcar provocó un crac
bancario que provocó la bancarrota de las instituciones financieras
cubanas.
El movimiento obrero, cuyas raíces se remontaban a las décadas
finales del siglo XIX, había seguido también un curso ascendente que más
tarde llegaron a constituir una verdadera oleada debido a la inflación
generada por la I Guerra Mundial. En el Primer Congreso Obrero
Independiente (1920)
los obreros de diferentes tendencias políticas toman un acuerdo de
importancia la creación de la Federación Obrera de la Habana. Fue un
paso de avance organizativo e ideológico, se destaca el líder obrero Alfredo López que desembocará en 1925
con la fundación de la Confederación Nacional de Obreros de Cuba (CNOC)
que será la primera organización obrera de carácter nacional que se
propuso la lucha económica y la organización del movimiento obrero y el
desarrollo de la conciencia de los trabajadores.
A la par de los obreros, pero en una escala mucho mayor se desarrolla en movimiento estudiantil e intelectual que se inicia el 20 de diciembre de 1922 con la fundación de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), uno de sus fundadores, Julio Antonio Mella, quien asume el cargo de secretario y luego el de presidente, será el gran líder de esta etapa histórica.
En marzo de 1923 un grupo de intelectuales liderados por Rubén Martínez Villena
protestan públicamente por la compra fraudulenta del Convento Santa
Clara realizada por políticos del gobierno de Zayas. Este hecho,
conocido como la Protesta de los 13, marcó el inicio en Cuba del
movimiento de intelectuales que comenzarán a participar en las luchas
políticas del país. De este hecho se derivaron los grupos Falange de
Acción Cubana y el Grupo Minorista con la parte de Villena y otros.
Dictadura de Gerardo Machado (1925-1933)
El ascenso de Gerardo Machado
a la presidencia en 1925 representó la alternativa de la oligarquía
frente a la crisis latente. El nuevo régimen intentó conciliar en su
programa económico los intereses de los distintos sectores de la
burguesía nacional y el capital estadounidense, ofreciendo garantías de
estabilidad a las capas medias y nuevos empleos a las clases populares,
todo ello combinado con una selectiva pero feroz represión contra
adversarios políticos y movimientos opositores.
Bajo esta aureola de eficiencia administrativa, el gobierno intentó
poner coto a las pugnas de los partidos tradicionales, pero después se
fue creando descontento entre los partidos. Con ese consenso inicial
logrado, Machado decidió reformar la constitución para permanecer en el
poder por seis años.
Machado gobernó con una política represiva, materializada en
encarcelamientos y torturas. Fueron asesinados, entre otros, los líderes
Alfredo López y Julio Antonio Mella. Se ilegalizó la CNOC y persiguió al movimiento revolucionario.
En este contexto, se fue conformando una crisis generalizada, incrementada por la Gran Depresión
entre 1929 y 1933, cuyos efectos en Cuba agravaron la situación
existente, generando una situación revolucionaria. Casi todas las
facciones de la sociedad se organizaron para hacer frente a Machado,
abarcando un amplio espectro político.
El 20 de marzo de 1930 se realizó una huelga general en la que participaron doscientos mil obreros bajo la consigna “¡Abajo Machado!”. Esta huelga es considerada el inicio de la revolución antimachadista junto con la Tángana estudiantil de septiembre de 1933 que culminaron en agosto de 1933 con otra huelga general. Como resultado de estas presiones, el 12 de agosto de 1933, Machado huyó del país.
La Revolución del Treinta (1933-1940)
La mediación del embajador estadounidense Sumner Welles
no pudo evitar la caída de Machado pero sí impidió el triunfo popular:
Welles le sale al paso a la huelga y apoyado por el ABC e impone como
presidente a Carlos Manuel de Céspedes (hijo) que gobernará del 13 de agosto al 4 de septiembre de 1933.
El 4 de septiembre de 1933 mediante un Golpe de Estado, el sargento Fulgencio Batista
destituye a Céspedes. Esta sublevación tiene el apoyo del Directorio
Estudiantil y Batista se convierte en Jefe del Ejército con el grado de
coronel. Este Golpe de Estado crea el Gobierno de la Pentarquía que
durará apenas 6 días desde el 4 hasta 10 de septiembre de 1933. Bajo la autoridad del Directorio Estudiantil y Batista, la pentarquía se transformó en el Gobierno de los Cien Días.
Este gobierno de los Cien Días, encabezado por Ramón Grau San Martín como Presidente y Antonio Guiteras
como Secretario de Gobernación, critica y se opone a la Enmienda Platt y
toma medidas de marcado carácter popular. Este Gobierno a pesar del
gran apoyo popular fracasó el 15 de enero de 1934 debido a la oposición del Partido Socialista Popular y la falta de reconocimiento de Estados Unidos.
Durante todo este período de 1934-1936
se sustenta una fragilidad política que se materializa en la toma de
poder de cuatro presidentes en dos años, también se mantiene la política
militarista y represiva de Batista como Jefe del Ejército. Se moderniza
el ejército y las técnicas represivas, es ahogada en sangre la huelga
general de marzo de 1935 y el 8 de mayo de ese mismo año Guiteras es ultimado a balazos por las fuerzas de Batista.
La Constitución de 1940
Sucedido este por el Período 1937-1945
de marcada estabilidad política grandes cambios democráticos en el
país. Entre estos cambios se manifiestan la amnistía general para los
presos políticos, mediante la cual fueron liberados 3.000 personas en el
año 1937, la legalización de Partidos de oposición, el restablecimiento
de la Autonomía Universitaria en 1939 y fundamentalmente la convocatoria a una Asamblea Constituyente en 1939 que aprobó y redactó la Constitución de 1940.
El 10 de octubre de 1940
entró en vigor la Constitución de 1940, confeccionada con la
intervención de todos los sectores políticos del país. La Convención
Constituyente estuvo integrada por 76 delegados representando a 9
partidos políticos. Con esta nueva Carta Magna, que recogía importantes
reivindicaciones populares, se abrió un nuevo período de legalidad
institucional, fue esta una de las Constituciones más avanzadas de su
época.
El primer gobierno de esta etapa estuvo presidido por Fulgencio
Batista, cuya candidatura había sido respaldada por una coalición de
fuerzas en la que participaban los comunistas.
Durante el gobierno de Batista, la situación económica experimentó una mejoría propiciada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, coyuntura que beneficiaría aún más al sucesor, Ramón Grau San Martín, quien resultó electo en 1944
gracias al amplio respaldo popular que le granjearon las medidas
nacionalistas y democráticas dictadas durante su anterior gobierno.
Sin embargo ni Grau, ni Carlos Prío Socarrás (1948-1952)
—ambos líderes del Partido Revolucionario Cubano Auténtico—, fueron
capaces de aprovechar las favorables condiciones económicas de sus
respectivos mandatos.
Ambos Gobiernos se caracterizaron por la represión política con
sucesivos asesinatos de líderes opositores como los dirigentes obreros Jesús Menéndez y Aracelio Iglesias,
aplicando una fuerte censura de prensa mediante el decreto “Mordaza” y
fomentando la creación de grupos gansteriles que controlan el negocio de
la droga, la prostitución y los juegos prohibidos.
Algunos militantes del Partido Auténtico, descontentos con la línea
de los gobiernos auténticos, fundan en 1947 bajo la dirección de Eduardo Chibás
el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) como desprendimiento del
Partido Revolucionario Cubano (Auténtico). El Partido Ortodoxo promete
cumplir las promesas traicionadas por los auténticos, el carisma de
Chibás fue decisivo en la aceptación del pueblo.
Dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958)
Fulgencio Batista, da el golpe de estado el 10 de marzo de 1952, a pocos meses de celebrarse elecciones en la isla, en las que era casi un hecho de que saliera electo Roberto Agramonte, del Partido Ortodoxo.
La embajada estadounidense comunica al Departamento de Estado de los
Estados Unidos que el golpe era una sorpresa, sin embargo el embajador,
William Beaulac, confesó más tarde que ya sabía del plan. A las siete de
la mañana del mismo 10 de marzo, Batista se entrevista con el coronel
Hook, jefe de la Misión de la Fuerza Aérea de Cuba, para pedirle que le
comunicara al embajador que los acuerdos militares permanecerían
vigentes. El golpe se realizó casi sin resistencia de Prío, a pesar de
que varios estudiantes universitarios se ofrecieron inmediatamente para
protegerlo.
Batista argumenta una elevada violencia y corrupción generalizada como razones para el golpe. Un artículo publicado en New York Daily News en 1958, titulado Mobster Money Cuban Boom,
describía los planes de Batista en conjunto con la mafia estadounidense
de construir una red de hoteles y casinos a lo largo de todo el malecón
habanero, a cambio de una millonaria suma. Además abrió la inversión
estadounidense a la minería en Moa, que el anterior presidente Prío
había retenido. Aplicó una política de reducción de zafra que redujo el
nivel de ingresos del país, el cual dejó de percibir 400 millones de
dólares, creciendo así el desempleo a la par que se reduce el salario
real y el poder adquisitivo del pueblo. Cerca de un cuarto de la
población cubana era analfabeta, había una cifra similar de desempleados
y casi la mitad de los niños de 6 a 14 años no iba a la escuela. Solo
el 10 % de las viviendas rurales tenía electricidad. Había 200 000
campesinos sin tierra estando improductivas 300 000 hectáreas de tierra
en manos extranjeras o de terratenientes cubanos. Su plan era además el
mejoramiento de las relaciones con Estados Unidos,
la construcción de obras públicas que embellecieran a las principales
ciudades, a través de las cuales desviaba millonarias sumas de dinero y
conseguía atraer turismo
estadounidense. Durante su gobierno cesó la violencia civil de los años
pasados, para ser reemplazada por la violencia de las fuerzas militares
y paramilitares. Prosperaron el hambre, la prostitución y los juegos de
azar.
El Gobierno Militar sustituyó el Congreso por un Consejo Consultivo,
eliminó la Constitución del 40 y estableció los Estatutos
Constitucionales. Liquidó la libertad de expresión, de reunión, de
huelga y estableció la pena de muerte, eliminó la autonomía
universitaria. Hizo un simulacro de elecciones en 1954, en las que
resultó ganador.
Como resistencia al Golpe de Estado surge la Generación del centenario,
agrupación de jóvenes que, cumpliéndose el centenario del natalicio de
José Martí, fueron abandonando progresivamente la tendencia de los
ortodoxos y se inclinaron por la idea de la lucha armada. Fidel Castro
selecciona en 1953 a un grupo de más de cien hombres y los recluta para
un nuevo plan de alzamiento. Luego de meses de entrenamiento en la
Granjita Siboney, deciden que era momento de asaltar el Cuartel Moncada.
Revolución y socialismo (1959-actualidad)
Lucha armada revolucionaria (1953-1959)
Fidel Castro Ruz y un grupo de 135 revolucionarios atacaron el 26 de julio de 1953 los cuarteles militares Moncada (2da Unidad Militar de importancia del país) y Carlos Manuel de Céspedes en Santiago de Cuba y Bayamo,
respectivamente. Al fracasar esta acción, 55 de los asaltantes fueron
asesinados por los soldados de Batista y hechos pasar como que murieron
en combate, y otros fueron encarcelados, entre ellos Fidel, su hermano Raúl, y Juan Almeida.
Debido a la presión popular y a la madre de Fidel Castro, que tenía
relaciones de amistad con la entonces primera dama, y la intervención
del entonces obispo de Santiago de Cuba, Batista ofrece una amnistía a
los presos políticos en 1955. Fidel Castro y sus compañeros viajan a México donde se reorganizan bajo el nombre de Movimiento 26 de Julio.
El 30 de noviembre de 1956 se produce el Alzamiento de Santiago de Cuba organizado por Frank País. Al mismo tiempo debía desembarcar el yate Granma con 82 expedicionarios que había partido desde México, entre los que se encuentran Fidel Castro, Raúl Castro, el Che Guevara, Camilo Cienfuegos y otros. Pero por las condiciones de mal tiempo los mismos se retrasan y llegaron el 2 de diciembre, desembarcando por la playa de Las Coloradas, una zona rodeada de manglares situado al sur del actual municipio de Niquero y a solo 5 km de Cabo Cruz,
en el mismo municipio. A esta heroica travesía se le conoce como la
Epopeya del Granma, haciendo alusión a una real odisea cubana en la que,
luego de 3 días de extenuante recorrido, los 82 expedicionarios son
sorprendidos por el Ejército de Batista en una zona de Alegría de Pío
el 5 de diciembre de 1956, y en la cual se desata un desigual combate,
que le serviría como un fatídico bautismo de fuego al naciente Ejército
Rebelde, y pasaría a la historia como el Combate de Alegría de Pío.
Después, el Ejército Rebelde, luego de su reintegración en Cinco Palmas y aun diezmado, logra llegar a la Sierra Maestra,
en donde se fortalecía cada día más con el apoyo de los campesinos y la
ayuda de la clandestinidad, el cual después de más de 2 años de
hostilidades contra la dictadura Batistiana gana en auge y lleva la
lucha a todo el pueblo con el propósito de esparcirla por todo el país y
lograr el ansiado triunfo revolucionario.
Fidel ordena al Che Guevara y a Camilo Cienfuegos llevar la guerra hasta Occidente al frente de las Columnas 2 Antonio Maceo y 8 Ciro Redondo quienes triunfan ante el ejército batistiano en varios combates, entre los cuales se destacan las batallas de Santa Clara y Yaguajay. A la medianoche del 31 de diciembre de 1958 Batista huye del país al conocer lo hecho por los seguidores de Fidel Castro, dejando al frente del país al General Eulogio Cantillo.
Triunfo de la revolución y primeras décadas (1959-1989)
Fidel Castro llama al pueblo a la huelga general para derrocar el
gobierno provisional establecido con la huida de Fulgencio Batista.
Finalmente entran en La Habana el 8 de enero donde se produce el
definitivo triunfo de la Revolución. Una vez tomado el poder, los
rebeldes formaron nuevo gobierno. Como presidente fue nombrado Manuel Urrutia Lleó y como primer ministro José Miró Cardona.
Fidel Castro permanecía como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.
Se trataba de un gobierno moderado en el que coexistían diversas
tendencias.
Antes de su victoria, Fidel Castro y los líderes de otros movimientos revolucionarios, redactaron el Manifiesto de la Sierra Maestra
en el que se comprometieron a "celebrar elecciones generales para todos
los cargos del Estado, las provincias y los municipios en el término de
un año bajo las normas de la Constitución del 40 y el Código Electoral
del 43 y entregarle el poder inmediatamente al candidato que resulte
electo".
A pesar de haberse comprometido a celebrar elecciones dentro de 18
meses, el gobierno descartaría cumplir con ese compromiso luego del
triunfo de la Revolución. Planteando que los gobiernos anteriores habían
sido perjudiciales, corruptos, para el pueblo de Cuba, imperando la
corrupción y otros males, además de ser sumisos a los intereses de los
Estados Unidos que intentaría manipular las elecciones.
El 30 de junio de 1974 se celebraron las primeras elecciones en Cuba,
aunque fueron del tipo socialista como establece la ley cubana actual.
En 1959,
el Gobierno Revolucionario comenzó a promulgar una serie de decretos
que finalmente llevarían a la eliminación total de la gran y mediana propiedad privada,
garantizando propiedad solo sobre inmuebles particulares, bienes de
carácter personal y pequeños negocios que no aparecen reflejados
claramente en la constitución de 1976, pero que se permite tener a los cubanos, esto siempre que no excedan cierta cantidad de bienes dictada por el gobierno. El 17 de mayo de 1959 se aprobó la ley de reforma agraria y de creación del Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA) que se convertiría en el basamento legal para la 1.ª y la Segunda Ley de Reforma Agraria de Cuba.
Se abrió entonces un proceso de expropiaciones y nacionalizaciones que
afectaron fuertemente a la clase alta y a las empresas estadounidenses.
Esto fue mal recibido por el gobierno estadounidense, que incluso desde
antes del triunfo comenzó a tener su diferendo con la lucha cubana.
Simultáneamente los sectores más conservadores en el gobierno (Miró
Cardona, Urrutia, López Fresquet) fueron reemplazados, al mismo tiempo
que casi toda la clase alta propietaria de las plantaciones e ingenios
azucareros y un considerable sector de la clase media abandonaban el
país y se instalaban principalmente en Miami. Más de un millón de cubanos han emigrado de Cuba desde ese momento; la gran mayoría de ellos se han establecido en el sur de Florida (Miami, Hialeah) y Nueva Jersey, mientras otros prefirieron España y Venezuela. También existen pequeñas comunidades en muchas otras partes del mundo.
El 7 de noviembre de 1960 el Che Guevara viajó durante dos meses por Checoslovaquia, Unión Soviética, China, Corea y Alemania Democrática. Tanto la Unión Soviética como China
se comprometieron a comprar la mayor parte de la zafra cubana. Cuando
finalizó la visita, Cuba tenía acuerdos comerciales y financieros,
además de vínculos culturales, con todos los países del bloque
Comunista, relaciones diplomáticas con todos menos Alemania Oriental y acuerdos de asistencia científica y técnica con todos menos Albania.
El 3 de enero de 1961, en una de las últimas medidas de su gobierno antes de entregar el poder a John F. Kennedy, el presidente Eisenhower cortó las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.
El 15 de abril de 1961 aviones estadounidenses con insignias cubanas atacaron los aeropuertos de San Antonio de los Baños, Ciudad Libertad y Santiago de Cuba, causando importantes bajas. Al día siguiente se declaró el carácter socialista de la revolución, siguiendo las ideas de Karl Marx y Vladimir Lenin.
El 17 de abril se produjo una gran invasión en la Bahía de Cochinos. Sus participantes eran exiliados cubanos entrenados y armados por la CIA en Nicaragua
que tratarían de derrocar el gobierno. Llevaban cinco barcos mercantes,
quince lanchas de desembarco, 1.500 hombres fuertemente armados, 16
aviones B-26, 5 tanques, camiones y artillería, pero enfrentarían una
fuerza de más de 30.000 hombres bien armados, entrenados y que había
recibido informes de inteligencia sobre esta operación.
Rápidamente el gobierno movilizó las Fuerzas Armadas y para la mañana del 19 de abril la brigada invasora había sido derrotada.
A pesar de numerosas acusaciones por parte de Estados Unidos, los prisioneros de la Invasión a Playa Girón
no fueron torturados, aunque muchos reportaron maltratos y vejaciones.
Posteriormente fueron cambiados por medicinas y alimentos para niños
denominando esta operación mercenarios por compotas.
Cuba comenzó a establecer lazos más fuertes con la Unión Soviética, la cual le brindó apoyo y se convirtió en una gran importadora de azúcar de caña, junto con otros estados socialistas.
A fines de junio de 1962, la Unión Soviética y Cuba tomaron la decisión de instalar misiles atómicos en Cuba; al recibir la Unión Soviética
informe de inteligencia sobre una supuesta invasión directa de los
Estados Unidos a la isla; lo que entendían era el único modo de disuadir
a Estados Unidos de invadir a Cuba, además de suponer para las
relaciones soviético-estadounidenses un paso más en la Guerra Fría (en agosto de 1961 se había construido el muro de Berlín,
en febrero de 1962 se había producido el intercambio de prisioneros
consecuencia del caso del avión espía U-2, y proseguía la implicación
estadounidense en el conflicto de Vietnam). El Che Guevara tuvo una participación activa en la elaboración del tratado entre Cuba y la Unión Soviética, viajando allí a fines de agosto para cerrarlo. El hecho llevaría a la llamada crisis de los misiles de Cuba que puso al mundo al borde de una guerra nuclear y finalizaría con un dificultoso acuerdo entre Kennedy y Nikita Jrushchov, por el cual Estados Unidos se comprometió a no invadir Cuba y retirar los misiles que tenía instalados en Turquía apuntando a la Unión Soviética, y esta a retirar los misiles cubanos.
En el transcurso de la segunda mitad de los años 60 y a lo largo de los años 70,
mientras el país avanzaba en el proceso socialista, se cometieron una
serie de errores económicos y políticos que crearon cierto descontento
entre determinados sectores de la población. Dicha situación desembocó
en el éxodo del Mariel en 1980, durante el cual 125.000 cubanos emigraron masiva y desordenadamente hacia Estados Unidos,
fundamentalmente por causas económicas. Posteriormente a este proceso,
la vida económica y social del país se fue flexibilizando paulatinamente
a lo largo de los años 80 y 90.
A partir de entonces, la emigración cubana pasa a ser fundamentalmente
por causas económicas, en contraste con la emigración de los años 60 y
70, que fue fundamentalmente por causas políticas. Asimismo, los años 80
fueron los de mayor prosperidad económica para la Cuba revolucionaria,
en marcado contraste con los austeros años 70 y los difíciles años 90.
Durante la Guerra Fría, Cuba que quedó aislada del resto de los países americanos, siendo expulsada de la OEA (esta medida fue abolida en junio de 2009), y sumamente dependiente de la Unión Soviética y el bloque comunista. Cuba participó en varias guerras en Asia (Yemen y Siria) y en África (Angola, Etiopía, Congo, Zaire, Guinea-Bisáu, República Árabe Saharaui Democrática) donde derrotó al ejército de Sudáfrica en Angola, influyendo en el derrumbe del apartheid y la liberación de Namibia; también ofreció apoyo económico, logístico y político a varios movimientos guerrilleros de Centroamérica y Sudamérica.
Cultura
Música y danza
Entre los géneros tradicionales cubanos se encuentran la Contradanza, el Danzón, la Guaracha, el Son cubano, el Bolero, el Mambo, el Chachachá, la Rumba, el Guaguancó, y la Timba, entre otros. Durante el siglo XX se popularizaron muchos ritmos bailables, entre ellos el Danzón, la Guaracha, el Mambo y el Chachachá.
A inicios del siglo XX, se desarrolló un movimiento musical conocido actualmente como la Vieja Trova, con exponentes como Sindo Garay, Manuel Corona o María Teresa Vera, entre otros. Después de 1959, se desarrolló entre la juventud de la época un movimiento cultural que pasó a ser conocido como la Nueva Trova, teniendo como referente anterior a la llamada Trova tradicional (la "vieja"). Sus más conocidos exponentes son Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, destacándose también otros muchos.
Dentro de la música campesina cubana el tema más conocido e interpretado internacionalmente es la Guantanamera, compuesto por Joseíto Fernández, con versos de José Martí.
Hoy en día la música cubana es también conocida en todo el mundo con el nombre de salsa. La salsa
se originó en Nueva York debido a la presencia de músicos inmigrantes
de toda América Latina. En la actualidad se bailan aún muchos de los
ritmos cubanos, y se practican en las casas de cultura. Entre los más
bailados actualmente están la conga, la Rueda de casino y la timba, no solo en América Latina, sino en el mundo entero.
También destaca en Cuba la calidad de sus intérpretes y maestros de ballet clásico. El Ballet Nacional de Cuba ha obtenido importantes premios y ovaciones internacionalmente.
Igualmente, existen el Ballet Folklórico Nacional de Cuba, fundado a inicios de la Revolución, que interpreta diversas danzas y bailes de origen africano, y el Ballet Español de Cuba, el cual cultiva las danzas de origen español.
Literatura y poesía
La literatura de habla hispana en el territorio cubano se inicia con
la conquista y colonización española. Los conquistadores traían consigo
cronistas que redactaban y describían los acontecimientos importantes,
aunque con puntos de vista españoles y para un público lector español.
El más importante cronista que llegó a Cuba en el siglo XVI fue Fray Bartolomé de las Casas, autor, entre otras obras, de “Historia de las Indias”.
La primera obra literaria escrita en la isla data del siglo XVII, cuando en 1608, Silvestre de Balboa y Troya de Quesada (1563-1647) publica Espejo de Paciencia, un poema épico-histórico en octavas reales, que narra el secuestro del obispo Fray Juan de las Cabezas Altamirano por el pirata Gilberto Girón.
El poeta nacional de Cuba es Nicolás Guillén. Otros poetas importantes fueron José María Heredia, Juan Cristobal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), José Jacinto Milanés, Juan Clemente Zenea, Julián del Casal, Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido), Rubén Martínez Villena, Jesús Orta Ruiz (El indio Naborí), Carilda Oliver Labra y Gertrudis Gómez de Avellaneda, entre muchos otros.
Entre los escritores, resaltan nombres como Cirilo Villaverde, Renée Méndez Capote, Alejo Carpentier, Dora Alonso, José Lezama Lima, Dulce María Loynaz, Luis Rogelio Nogueras, Fina García Marruz, Cintio Vitier, o más recientemente, Leonardo Padura.
Desde febrero de 1991, se celebra anualmente en La Habana la Feria Internacional del Libro, que desde 2002 comenzó a extenderse al resto de las provincias del país.
Es importante agregar que José Martí, el héroe nacional cubano, fue un destacado poeta y escritor, a quien el poeta nicaragüense Rubén Darío consideraba un maestro, según sus propias palabras.
Arquitectura
La arquitectura en Cuba se vio manifestada principalmente en la etapa
colonial. En ella se trajo la cultura de España con su influencia
barroca. Las primeras villas eran constituidas por una iglesia rodeada
de diversas casas.
Estas casas tenían un patio interior o central y estaban cubiertas de
rejas. Existen magníficas construcciones religiosas como el convento de
San Francisco de La Habana. Además para la defensa se hicieron grandes
fuertes previniendo el ataque de piratas y bucaneros. En la etapa
republicana se construyeron grandes edificios como El Capitolio, calcado
a imagen del de Washington, y otros grandes edificios como el Focsa y
el Habana Hilton posteriormente Habana Libre.
Después del triunfo de la Revolución la arquitectura sufrió una
fuerte influencia soviética con su obsesión por la simetría y el ahorro
del espacio y se construyeron barrios enteros al estilo de los barrios
obreros de Moscú o Minsk. Al caer el muro de Berlín
la arquitectura recibió corrientes más diversas y se produjo el boom de
los hoteles 5 estrellas de impresionantes fachadas de vidrio y acero al
estilo de los modernos rascacielos de Manhattan o de otras metrópolis latinoamericanas como México, D. F. o Caracas.
También se ha llevado a cabo un proceso de restauración del añejo
centro histórico de la ciudad que cuenta con grandes baluartes
arquitectónicos de todas las corrientes y tendencias desde el barroco hasta el arte ecléctico.
Artes plásticas
La pintura de Cuba comienza a destacar a inicios del siglo XX. Entre los principales pintores se encuentran Wilfredo Lam, quien tiene obras suyas expuestas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y en el Museo Reina Sofía de Madrid, Armando Menocal, Eduardo Abela, Fidelio Ponce de León, Mariano Rodríguez, René Portocarrero, Amelia Peláez y Carlos Enríquez.
Entre los pintores actuales de importancia están Zaida del Río, Tomás Sánchez, Humberto Castro, José Bedia, Arturo Cuenca, Flora Fong, Nelson Domínguez, Roberto Fabelo, Alexis Leyva (Kcho), Maykel Herrera, Esteban Machado Díaz y otros reconocidos en las colecciones de arte cubano.
En cuanto a la escultura, destacan los nombres de Rita Longa, Gilma Madera, Alberto Lescay y José Ramón Villa Soberón, entre otros. En la fotografía, resaltan nombres como el de Alberto Korda, autor de la más célebre fotografía del Che Guevara y muchas otras obras notables, o el fotógrafo y también documentalista Roberto Chile.
Asimismo, Cuba posee una muy rica y prolongada tradición de
historietistas y caricaturistas, entre los que destacan el ya mencionado
Eduardo Abela en la primera mitad del siglo XX. Después del triunfo revolucionario de 1959, surgieron nuevas generaciones de historietistas como Juan Padrón y Jorge Oliver, entre otros muchos.
Artes escénicas
La actividad fílmica en Cuba fue relativamente exigua antes de 1959.
El primer largometraje cubano, aún de cine silente, fue "Manuel García,
o, El rey de los campos de Cuba", rodado en 1913. Relativamente famoso
en América Latina fue el largometraje de corte melodramático titulado
"Romance del Palmar", con participación de la vedette cubana Rita Montaner.
A partir de 1959 se produce un vuelco en la actividad
cinematográfica. Se iniciaron en el cine directores de gran impacto
artístico, como Tomás Gutiérrez Alea. Otros directores destacados son Julio García Espinosa, Sergio Giral, Daniel Díaz Torres, Fernando Pérez, Gerardo Chijona, Juan Carlos Cremata etc. También sobresalen los documentalistas Santiago Álvarez y Octavio Cortázar.
A pesar de la escasez de recursos, el cine cubano ha mostrado calidad
artística y un compromiso social constante. Entre los filmes más
aclamados gozan de especial consideración, tanto de la crítica
especializada, como del público: La muerte de un burócrata, Memorias del subdesarrollo, Las doce sillas, Retrato de Teresa y el más reciente Fresa y Chocolate (1993, nominada a los premios Oscar en 1994). Otros largometrajes con excelente recepción de público y crítica han sido Cecilia, Lucía, y La bella del Alhambra, del también reconocido director Enrique Pineda Barnet.
Más recientemente fueron exitosas las cintas Amor vertical, Guantanamera, Barrio Cuba, Viva Cuba, Boleto al paraíso, Juan de los Muertos y Conducta. Extraordinaria puede considerarse la acogida unánime al documental Suite Habana,
describiendo la difícil situación de personas del pueblo ante las
extraordinarias carencias y dificultades que afrontó la isla durante el "Período especial" en la década de 1990.
Dentro de los festivales de cine de la isla, resaltan el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, celebrado anualmente desde 1979, y el Festival Internacional de Cine Pobre de Gibara, fundado por el cineasta Humberto Solás en 2003.
Gastronomía
La gastronomía de Cuba es una fusión de cocinas españolas, africanas y
del Caribe. Las recetas cubanas comparten las sabidurías de la
combinación entre las especias y las técnicas combinadas de la cocina
española y africana, con unas ciertas influencias caribeñas en especias y
sabores. Existen influencias de los esclavos africanos que cultivaban,
en su mayoría caña de azúcar en las plantaciones, mientras que en las
ciudades constituyeron generalmente una minoría. Las plantaciones de
tabaco fueron habitadas principalmente por campesinos españoles pobres,
sobre todo de las Canarias. La parte del este de la isla también recibió
cantidades masivas de inmigrantes franceses, haitianos y del Caribe,
principalmente durante la revolución haitiana; así como trabajadores
estacionales para la cosecha de la caña de azúcar, sobre todo españoles,
durante los años 50. Esto implicó que la cocina cubana se convirtiera
en algo localmente tradicional.
Entre los platos más comidos están el arroz, las viandas (principalmente el plátano), las legumbres y la carne de cerdo. Entre los platos típicos se encuentra el congrí, elaborado con un caldo de frijoles y arroz. Están los tamales (el maíz es un plato desde los aborígenes cubanos
con el aún comido casabe) y tostones y mariquitas realizadas con
plátanos vianda. En las fiestas lo más codiciado y usado es el típico
cerdo asado en vara a fuego lento.
Artesanía
En Cuba, los artesanos con gran nivel en sus obras se agrupan como miembros de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA)
en cuyo caso reciben un carné de acuerdo a su manifestación y
aprobación del ejecutivo nacional, integrado por destacados artesanos y
artistas de la plástica cubana. De esta forma queda garantizada la
comercialización y promoción de sus obras a través de Instituciones
Culturales, como el Fondo Cubano de Bienes Culturales,
que organiza y promueve eventos dentro del país y en el exterior. Estos
artesanos laboran de forma independiente en sus propios talleres y son
apoyados por la dirección política y económica del país, se les
considera como creadores artísticos.
La artesanía es variada, agrupándose en siete manifestaciones artísticas y se ha vinculado estrechamente al desarrollo del turismo internacional, además del mercado nacional, jugando un papel importante, en el rescate de la identidad nacional,
pues el esfuerzo ha sido dirigido a recrear artísticamente los valores y
costumbres populares, en sus diseños, materiales usados, además de
generar aporte económico al desarrollo del país, los artesanos realizan
obras de excelente calidad demostrando un gran maestría en el oficio,
muchos de ellos han recibido distintos méritos nacionales e
internacionales, que los hacen ser grandes artesanos. Son fieles
exponentes de la cultura cubana.
Su máxima representación artística dentro del país, es la Feria Internacional de Artesanía (FIART) que se celebra en el mes de diciembre de cada año, donde se otorgan los premios FIART, Sello de Excelencia, La Obra de la Vida, y en ediciones anteriores, Premio de la Unesco. Esta feria es convocada por el Centro Nacional de Desarrollo de la Artesanía,
en conjunto con otras instituciones del país, Cuba otorga la
vicepresidencia de artesanía para América Latina y el Caribe, donde cada
año suman el número de artesanos en la calidad de sus obras, quedando
un poco atrás sin perder de vista el carácter repetitivo de las mismas,
deviniendo así en una artesanía artística, representativa dentro de las artes plásticas.
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