El Perú (en quechua y en aimara: Piruw), oficialmente la República del Perú, es un país soberano del oeste de América del Sur. El océano Pacífico bordea su costa y limita con Ecuador y Colombia al norte, Brasil al este, y Bolivia y Chile al sureste. Su territorio se compone de diversos paisajes: los valles, las mesetas y las altas cumbres de los Andes se despliegan al oeste hacia la costa desértica y al este hacia la Amazonia. Es uno de los países con mayor diversidad biológica y mayores recursos minerales del mundo.
El Antiguo Perú fue una región de sucesivas civilizaciones desde el surgimiento de Caral-Supe en el 3200 a. C. El Imperio incaico fue el último Estado autóctono o indígena, el cual dominó gran parte del occidente sudamericano hacia el siglo XV. Con el siguiente siglo advino la Conquista del incario, tras la cual el territorio se configuró como un virreinato del Imperio español articulado en torno a la explotación de plata y oro con trabajo forzado de indígenas y de esclavos africanos en minas y haciendas. Las reformas borbónicas del siglo XVIII suscitaron diversos levantamientos contra la autoridad colonial, cuyo máximo exponente fue la rebelión de Túpac Amaru II.
Con la ocupación de España y la promulgación de la constitución de 1812, se difundieron ideas de autonomía política en la América española. La Independencia se proclamó formalmente en 1821, y fue saldada en la batalla de Ayacucho tres años después. El país se mantuvo en recesión y bajo el caudillismo militar hasta la bonanza y declive de la era del Guano, que culminó poco antes de la Guerra del Pacífico. En la posguerra, se cimentó una política oligárquica que prevaleció hasta el fin del Oncenio. Los sucesivos gobiernos democráticos fueron constantemente interrumpidos por golpes de Estado.
En 1968, se impuso una dictadura militar que introdujo diversas y profundas reformas de corte nacionalista. El gobierno democrático y representativo fue restablecido en 1980, así también se dieron inicio un sangriento conflicto armado entre los grupos terroristas de Sendero Luminoso y el MRTA y el Estado en la sierra sur así como la crisis inflacionaria de fines de la década. En los años 1990 se implementó un modelo neoliberal,
cuyas bases continúan vigentes. A inicios del siglo XXI, el país
experimentó un importante crecimiento económico y reducción de la
pobreza, aun soportando una fuerte desigualdad y una renta per cápita por debajo de la media mundial. Es considerado un país en vías de desarrollo. Entre sus principales actividades económicas se incluyen la agricultura, la minería, la pesca, la construcción y el comercio.
La cultura peruana es diversa como resultado del intenso mestizaje originado en la colonia. A ello se une la posterior influencia de migraciones decimonónicas procedentes de China, Japón y Europa. El idioma principal y más hablado es el español, aunque un número significativo de peruanos habla diversas lenguas nativas, siendo la más extendida el quechua sureño. Políticamente, el país está organizado como una república presidencialista con un sistema multipartidista estructurado bajo los principios de separación de poderes y descentralización. Administrativamente, se divide en veinticuatro departamentos y la Provincia Constitucional del Callao.
Etimología
Primera versión
La palabra «Perú» derivaría de Virú. Los primeros españoles que llegaron al país le preguntaron a unos nativos como llamaban ellos el lugar, a lo que respondieron «Virú» (antigua cultura pre-inca, del río Virú, al norte del Perú). Los españoles entendieron el nombre como «Perú» y de allí proviene el nombre. Así, cuando Francisco Pizarro exploró las regiones más meridionales en 1525, estas fueron designadas Virú o Perú. La Corona española le dio al nombre un estado legal en 1529 con la Capitulación de Toledo, la cual designó al entonces reciente confrontado Imperio incaico como la provincia del Perú.
Bajo el mandato español, el país adoptó la denominación de Virreinato
del Perú que se convertiría, a su vez, en República del Perú al momento
de la independencia del dominio español.
Segunda versión
Según el historiador Raúl Porras Barrenechea, el nombre «Perú» no fue conocido por los incas, sino que fue impuesto en los primeros años de la conquista por los exploradores españoles. Estos lo tomaron del nombre de un cacique llamado «Biru», quien vivió cerca del Golfo de San Miguel en Panamá, donde gobernaba una pequeña región de la costa panameña al sur del golfo.
Con el tiempo, los españoles empezaron a llamar Perú no solo a esa
pequeña región, sino a todo el gran país situado más al sur. Los tesoros
encontrados en la tierra de los incas terminaron por convertir el
nombre de Perú en sinónimo de riqueza.
Otras versiones
A partir de las primeras exploraciones, Vasco Núñez de Balboa
recibió las primeras noticias sobre un lejano país donde se bebía y
comía en vasijas de oro; dichos indicios eran muy vagos para conjeturar
la existencia del Imperio incaico. Posteriormente Balboa, acompañado de
Francisco Pizarro, después de descubrir el Mar del Sur, alcanzó el golfo de San Miguel,
donde recibió noticias más convincentes sobre la existencia del país
buscado. El viajero Badajoz, desviándose de la ruta de Balboa, se
dirigió al oeste y descubrió nuevas tierras, donde arrebató unas joyas y
objetos de oro a sus habitantes aborígenes.
Del mismo modo, el licenciado Gaspar de Espinosa conquistó la provincia de «Peruquete», nombre que algunos historiadores consideran que dio origen al nombre «Perú». Según el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo, «después de la ejecución de Balboa en Darién, no se hablaba de otra cosa, sino de la rica y lejana provincia de Perú»; dice también Oviedo que en el mapa de Andagoya, el río Cartagena llevaba el nombre «Pirú». Casi por el mismo tiempo (1519), Pascual de Andagoya
emprendió un viaje hacia Levante y, al llegar a la provincia llamada
Chochama, recogió noticias más concretas sobre el Imperio incaico: llegó
a otra provincia llamada Virú o Birú donde también corría un río del
mismo nombre. He aquí como relata Andagoya su viaje:
«En el año de 22 siendo yo Visitador General de los indios, salió de Panamá a visitar la tierra a la vuelta del Este, y llegado al golfo de San Miguel, pasé a visitar una provincia que se decía Chochama, bien poblada de gente. Aquí supe como por la mar venía gente en canoas a hacerles guerra todas las lunas llenas y tenían tanto miedo de aquella gente, que no osaban ir a la mar a pescar, estos eran de una provincia del Sur que se dice Birú, de donde tomó su origen el nombre Perú, pidiéndome los indígenas favor para defenderse de ellos y por descubrir lo que había de allá adelante; envié a Panamá a traer más gente de la que tenía y venida, tomando los guías que hablan, caminé seis o siete días hasta llegar a aquella provincia que se dice Birú y subí un río grande cerca de 20 leguas, donde hallé muchos señores y pueblos, y llegué hasta donde ahora está la ciudad de San Juan que serán hasta 50 leguas».
Historia
Sus restos arqueológicos más antiguos son muy posteriores al primer poblamiento de América. Corresponden al XI milenio a. C., datación hallada en la Cueva del Guitarrero (departamento de Áncash), en la sierra nor-central del país. A fines de la última glaciación, los primeros pobladores comenzaron el lento proceso de domesticación de la biota local (véase: revolución neolítica) y a reunirse en tribus y aldeas para formar eventualmente aillus. Se han encontrado vestigios del origen de la agricultura americana en la cuenca media del río Zaña, en Nanchoc (departamento de Cajamarca) de hace nueve mil años (7600 a. C.).
Antiguo Perú
Hacia el IV milenio a. C., las comunidades aldeanas de la costa
iniciaron una jerarquización que se superpuso a la organización tribal.
Aparecieron entonces los primeros indicios de arquitectura organizada,
con edificios públicos y ceremoniales. A comienzos del III milenio a. C., surgió en el complejo de Caral, la civilización más antigua del continente, centro de una extensa red de intercambio comercial que iba desde Ecuador hasta la selva del Perú, de la cual participaba con la producción extensiva del algodón y con una jefatura ligada al culto ceremonial.
Caral es coetánea a las civilizaciones de China, Egipto, India y Mesopotamia; tratándose de una zona que puede considerarse como cuna de la civilización del mundo por su antigüedad (c. 5000 años). Más antiguo parece ser el complejo de Sechín Bajo, en el valle de Casma (Áncash), donde se han hallado restos de una edificación de 5500 años de antigüedad, que sería la más antigua del Perú y América. Posteriormente, se difundió en la costa norte la cultura Cupisnique, que tuvo apogeo entre los años 1500 a. C. y 1000 a. C. A finales de este período, la cultura Chavín ejerció enorme influencia cultural sobre las demás hasta su decadencia. Los petroglifos y canales de Cumbemayo, a media hora de la ciudad de Cajamarca, constituyen una obra maestra de ingeniería hidráulica.
Se trata de unos bloques tallados por los que discurre agua en una
suave pendiente, que incluye túneles y codos en zigzag para aminorar la
velocidad de la corriente. Los bloques de piedra ubicados al inicio del
recorrido tienen diversos planos tallados y pulidos. Uno de estos
bloques, en forma de cono trunco, es conocido tradicionalmente como
«piedra de los sacrificios». En el seno de las culturas Moche al norte y Nazca
al sur, se desarrollaron los primeros estados con milicias permanentes,
vinculadas a las piezas de arte cerámico mejor valoradas del Antiguo
Perú.
En el extremo sur, entre tanto, surgió Tiahuanaco como cultura dominante del Altiplano. Más tarde, la cultura wari
desarrolló el modelo clásico del Estado Andino con el surgimiento de
las ciudades de corte imperial, modelo que se expandió por el norte
hacia el siglo VIII. A partir del siglo IX, tras el abandono de Huari,
se erigieron nuevos Estados centralizadores de alcance regional a lo
largo de la cordillera de los Andes, tales como Lambayeque, Chimú y Chincha, periodo conocido como el Intermedio Tardío o de los Estados regionales.
De entre estos señoríos destaca el de los incas, que hacia el siglo XV se anexionó todos los pueblos andinos entre los ríos Maule y Ancasmayo, con una extensión de dos millones de km², hoy ubicada en los territorios del sur de Colombia, el oeste de Ecuador, Perú, Bolivia, el norte Chile y el noroeste de Argentina, conformando lo que se conoce como el Imperio incaico. Su capital fue el Cuzco, ubicada en la sierra sur peruana. Además de su poderío militar, destacó en arquitectura, con magníficas estructuras como la ciudadela de Machu Picchu.
En el año 1532, el Imperio incaico o Tahuantisuyo sucumbió ante la conquista española que llevó a cabo Francisco Pizarro. El conquistador encontró al imperio debilitado a causa de una guerra civil iniciada en 1529 entre Huáscar y Atahualpa, los dos hermanos pretendientes al trono imperial. En noviembre de 1532, Pizarro capturó a Atahualpa y, en julio de 1533, lo mandó ejecutar bajo el cargo de haber ordenado la muerte de su hermano Huáscar.
Doblegando la oposición, relativamente débil de algunos generales
incas, se dio inicio al dominio español que estableció sobre el
territorio del antiguo Imperio incaico, el virreinato más poderoso que España tuvo en ultramar.
Conquista y época colonial
Tras el asesinato de Atahualpa los familiares de Huáscar se unirían a
Francisco Pizarro junto con miles de hombres de etnias opositoras a los
incas, así fue recibido con honores Pizarro en el Cusco y la ciudad fue
ocupada sin mediar batalla, luego el conquistador fundó la ciudad de Lima. Al poco tiempo se suscitó la guerra civil entre los conquistadores por el repartimiento de las encomiendas del nuevo territorio. En 1542, se estableció el Virreinato del Perú, que en un comienzo abarcó de iure un espacio geográfico desde lo que hoy es Panamá hasta el extremo sur del continente.
El nuevo orden provocó un nuevo levantamiento conocido como la rebelión de los encomenderos. En la década de 1570, el virrey Francisco de Toledo reorganizó el territorio pacificando el país de las guerras intestinas y culminando con la resistencia incaica. El Imperio español significó para el Perú una profunda transformación social y económica. Se implantó un sistema mercantilista, sostenido por la minería del oro y de la plata, principalmente, de Potosí, el monopolio comercial y la explotación de la mano de obra indígena bajo el trabajo forzoso o mita.
A partir de fines del siglo XVII e inicios del XVIII, la recaudación de la Corona
se vio lentamente socavada por el declive de la minería y la
consecuente diversificación económica, así como por el contrabando
comercial. En este contexto, fueron impuestas las reformas borbónicas,
las cuales restaron poder político a la élite limeña y afectaron
económicamente al comercio interno, lo que produjo diversos
levantamientos de los cuales el de mayor repercusión fue la rebelión del
descendiente de los incas Túpac Amaru II; esta última llegó a poner en peligro el gobierno virreinal en el Cusco, pero al tomar tintes raciales contra criollos indistintamente, precipitó su derrota.
Tras la muerte de Túpac Amaru, la cultura indígena fue férreamente
reprimida por las autoridades borbónicas y atrasaron los proyectos
emancipatorios dado el temor a nuevas asonadas contra la élite
peninsular y criolla. No cabe duda que el Cusco era la ciudad principal
de todo el Tahuantinsuyo.
Al tomarla los españoles, mermó significativamente la resistencia inca,
no solo porque allí se encontraba toda la organización del imperio, sino por el significado que tenía para los ejércitos incas ver su capital tomada y dominada por los españoles.
Hay en dicha ciudad otros muchos aposentos y grandezas; pasan por ambos lados dos ríos que nacen una legua más arriba del Cusco, y desde allí hasta que llegan a la ciudad y dos leguas más abajo, todos van enlosados para que el agua corra limpia y clara y aunque crezca no se desborde; tienen sus puentes por lo que se entra a la ciudad...
En el siglo XVIII, tuvieron lugar varios levantamientos indígenas en reacción a los abusos de los corregidores españoles, la falta de justicia, la demora en los reclamos, y el cobro indebido de los tributos, donde destacan personajes como Juan Santos Atahualpa, Túpac Amaru II y Túpac Katari. La rebelión de Túpac Amaru II fue el levantamiento de mayor repercusión social y política de esta época. El 4 de noviembre de 1780, Túpac Amaru II consiguió preparar un movimiento revolucionario que puso en peligro el poder de la monarquía. Esa noche tomó preso al corregidor Antonio Arriaga, a quien lo obligó a entregar los fondos reales y luego lo mandó ejecutar como castigo de sus crueldades.
Luego, logró organizar un considerable ejército de indígenas; en el
Cusco los corregidores cercanos se reunieron y organizaron igualmente un
ejército que partió en la búsqueda de Túpac Amaru. Ambos ejércitos se
encontraron en el pueblo de Sangarará, librándose una brutal y sangrienta batalla de la que Túpac Amaru II salió triunfador. En el Cusco, el 18 de mayo de 1781, fue sometido a un juicio y
condenado a morir junto con los demás cabecillas de la rebelión. Primero
intentaron descuartizarlo, donde sus extremidades fueron atadas a
cuatro caballos, pero al fracasar, lo mandaron decapitar.
Los levantamientos indígenas fueron controlados por la monarquía
española, pero estas influenciaron a futuras luchas independentistas.
Independencia
En el siglo XIX surgió la Expedición Libertadora del Perú encabezada por el general argentino José de San Martín con la misión de independizar al Perú. El 20 de agosto de 1820, partió de Valparaíso, con destino al Perú, llegando así a la bahía de Paracas después de dos semanas de navegación. A los pocos días, hubo conversaciones en Miraflores (25 de septiembre) entre representantes de San Martín y el virrey Joaquín de la Pezuela, I Marqués de Viluma para buscar la independencia de manera pacífica, pero estas fracasaron.
El general San Martín posteriormente se comunicó con el intendente de Trujillo José Bernardo de Tagle, IV Marqués de Torre Tagle
quien había llegado a la ciudad ese mismo año, mediante una carta
fechada el 20 de noviembre de 1820, invitándolo a unirse a la causa
emancipadora. Bernardo de Tagle se sumó a la causa patriota proclamando la Independencia de Trujillo el 29 de diciembre de 1820. El virrey Pezuela renunció a su cargo, siendo nombrado como nuevo virrey el general José de la Serna, I Conde de los Andes.
La Serna propuso a San Martín nuevos arreglos pacíficos en las Conferencias de Punchauca, las cuales no se llegó a dar ningún acuerdo.
Ante esta situación, el virrey decidió evacuar Lima por temor a ser
expuesto al ataque de San Martín, quién logró ocupar la ciudad con un
batallón de patriotas. Los actos de declaración, proclamación y jura de
la independencia del Perú
se llevaron a cabo en la ciudad de Lima, entre los meses de julio y
agosto de 1821. El primero de ellos, constituido por la firma del acta
que contenía la declaración de independencia, fue realizado por el Cabildo de Lima el 15 de julio de ese año.
La proclamación fue llevada a cabo el 28 de julio de 1821, cuando el
líder de la Expedición Libertadora del Perú, el general José de San
Martín proclamó la independencia desde cuatro plazas públicas e instauró
un nuevo Estado: la República del Perú, cuyo nombre consigna
tácitamente el acta de independencia del país. A partir del 29 del mismo mes, se realizó la juramentación por el pueblo, organizado en sus diversas instituciones. El primer Congreso de la República del Perú se reunió el 20 de septiembre de 1822. Más tarde, en 1824, el general venezolano Simón Bolívar tras sus victorias en las batallas de Junín y Ayacucho, el 6 de agosto y 9 de diciembre de 1824 respectivamente, aceptó la capitulación de las tropas realistas afincadas en la sierra sur, terminando con el Virreinato del Perú.
Era Republicana
Una vez proclamada la independencia, San Martín, asumió el mando
político militar de los departamentos libres del Perú, bajo el título de
Protector, según decreto dado el 3 de agosto de 1821. Las obras del Protectorado contribuyeron con la creación de la Biblioteca Nacional (a favor del conocimiento), la aprobación del Himno Nacional, y la abolición de la mita (a favor de los indígenas). El 27 de diciembre de 1821, San Martín creó tres ministerios: Ministerio de Estado y Relaciones Exteriores, comprometiendo a Juan García del Río; Ministerio de Guerra y Marina, a Bernardo de Monteagudo; y Ministerio de Hacienda, a Hipólito Unanue.
Durante el Protectorado, el 7 de abril de 1822, la división de Domingo Tristán y Moscoso que viajó a Pisco, sufrió una desastrosa derrota del bando realista tras la batalla de Ica, perdiendo muchos soldados y gran parte de su armamento. Con el objetivo de acelerar la independencia total del Perú en la sierra sur, San Martín viajó a Guayaquil a fin de ponerse de acuerdo con Simón Bolívar,
para pedirle ayuda militar, pero al terminar la conferencia, no se
llegó a ningún acuerdo, y San Martín se retiró de Guayaquil con la
decisión de abandonar al Perú. Entregó el poder ejecutivo a tres de sus miembros, que conformaron un cuerpo colegiado denominado Suprema Junta Gubernativa del Perú y cuya cabeza era el general José de La Mar.
La Junta Gubernativa quiso finalizar la Guerra de la Independencia por cuenta propia y organizó la Primera Campaña de Intermedios, que culminó en fracaso. Luego, los oficiales del Ejército se sublevaron en el llamado motín de Balconcillo y con un golpe de Estado, destituyeron a la Junta y el 28 de febrero de 1823 nombraron como Presidente del Perú a José de la Riva Agüero. Riva Agüero quiso también derrotar a los españoles, que aún resistían en el centro y sur del Perú, y organizó una Segunda Campaña de Intermedios, la misma que igualmente culminó en fracaso.
Luego tuvo una abierta disputa con el Congreso y se trasladó a Trujillo, donde instaló su gobierno, mientras que en Lima, el Congreso nombró como nuevo Presidente a José Bernardo de Tagle. El Congreso, vista la crítica situación, acordó llamar a Bolívar y a su Ejército Libertador.
Tras reunificar el mando del país, Bolívar instaló su cuartel general
en Trujillo y organizó la campaña final de la Independencia, contando
con la ayuda decisiva de los peruanos, tanto en soldados, dinero,
abastecimientos y recursos de toda índole. Tras las batallas de Junín y Ayacucho, el 6 de agosto y 9 de diciembre
de 1824 respectivamente, se logró derrotar y expulsar definitivamente
del Perú a las tropas realistas.
De la Era del Guano a la Guerra del Pacífico
Es solo con la primera elección de Ramón Castilla
en 1845 que la República Peruana encontró una relativa paz interior y
pudo organizar su vida política y económica. Le correspondió a Castilla
abolir definitivamente la esclavitud y la pena de muerte. Estableció políticas de promoción de extracción y exportación de fertilizantes naturales (guano de islas) que iniciarían una era de prosperidad en el país. Los primeros ferrocarriles y el alumbrado a gas llegaron al Perú en este período. Durante su segundo gobierno promulgó la Constitución de 1856 (Liberal) y la Constitución de 1860 (Conservadora), reorganizó los servicios postales y la carrera pública.
En 1864 una expedición española ocupó las Islas Chincha (productoras de guano) y desató un incidente internacional de grandes consecuencias en la política interna peruana, que llevó a un golpe de estado contra el presidente Juan Antonio Pezet, el gobierno de Mariano Ignacio Prado y la declaratoria de guerra a España. Tras el combate del Callao del 2 de mayo de 1866, la Armada Española se retiró del Perú. El gobierno de José Balta y Montero fue pródigo en obras de infraestructura (construcción del Ferrocarril Central) aunque en él se percibieron ya las primeras muestras de exceso de gastos del gobierno.
En las postrimerías de su gobierno, la elección, por primera vez, de un presidente civil, Manuel Pardo y Lavalle, llevó a una insurrección militar
que terminó en el asesinato de Balta y la furibunda reacción de la
población de Lima (que ejecutó a los usurpadores), así terminó lo que Jorge Basadre llamó Primer Militarismo.
Pardo y Lavalle implementó importantes reformas de tipo liberal en la
organización del estado. Sin embargo la principal fuente de recursos del
estado, el guano, sobreexplotado, se empezó a agotar y resultó
inevitable una crisis económica que el sucesor de Pardo, el ya anciano
Mariano Ignacio Prado tuvo que afrontar, en medio de una virtual
bancarrota del Estado.
Para 1859 habían muerto unos 41 000 peruanos en las constantes guerras civiles que sacudieron el país desde 1829.
Gracias al dinero de la venta del guano, el Perú empezó a modernizarse
con distintas obras públicas como los ferrocarriles; creció la
burocracia civil y militar; los indios dejaron de pagar tributo y los
esclavos alcanzaron su libertad; empezó la política de migraciones de alemanes, austriacos, irlandeses e italianos.
El 5 de abril de 1879, Chile declaró la guerra al Perú, desatando la Guerra del Pacífico. El casus belli fue el enfrentamiento entre Bolivia y Chile por un problema de impuestos en el cual el Perú se vio comprometido por el Tratado de Alianza Defensiva
firmado con Bolivia en 1873. Sin embargo, la historiografía peruana es
unánime al sostener que la causa profunda de esta guerra fue la ambición
de Chile de apoderarse de los territorios salitreros y guaneros del sur
del Perú. En una primera etapa de la guerra, la campaña naval, la marina peruana repelió el ataque chileno hasta el 8 de octubre de 1879, día en el que se libró el combate naval de Angamos, en donde la armada chilena con sus buques Cochrane, Blanco Encalada, Loa y Covadonga acorraló al monitor Huáscar, el principal buque de la marina peruana comandado por el Almirante AP Miguel Grau Seminario, quien murió en la refriega y se convirtió desde entonces en el mayor héroe del Perú.
Luego de vencer a la escuadra peruana, Chile dio inicio a la campaña terrestre de la guerra. Esta comenzó con el desembarco de Pisagua y se desarrolló durante cuatro años (incluyendo la ocupación de Lima), hasta que luego del Grito de Montán, el gobierno de Miguel Iglesias, firmó el Tratado de Ancón que puso fin a la guerra, a pesar de la oposición del gobierno de Lizardo Montero y la resistencia en la sierra peruana comandada por Andrés Avelino Cáceres, el cual vislumbraba el cercano agotamiento de las fuerzas chilenas para derrotarlas.
De la República Aristocrática a la dictadura militar
Tras la guerra, se inició un período de «Reconstrucción Nacional»
que, aunque de relativa calma, no conoció la reactivación económica ni
la paz política hasta 1895 con la presidencia de Nicolás de Piérola. Con el gobierno de Piérola, se materializó una política pluto-aristocrática con unas clases alta y media que vivían acomodadamente al auspicio de los grandes capitales estadounidenses y un pueblo llano con diversas carencias, frente a las cuales reclamaron, principalmente ante las malas condiciones laborales.
Esta época, conocida como la República Aristocrática, concluyó con la asunción de Augusto Leguía, quien permaneció en el poder durante once años —el Oncenio—
con una política paternalista hacia los indígenas, la creación de una
momentánea bonanza, la manipulación del orden jurídico y la
amedrentación de la oposición. El Oncenio de Leguía, terminó en 1930 con
el popular pronunciamiento de Luis Miguel Sánchez Cerro, que inició un período de gobiernos militares y de irrupción de movimientos populares –como la Alianza Popular Revolucionaria Americana o el Partido Comunista Peruano– en el escenario político.
Al final de este tercer militarismo se sucedieron presidentes democráticos interrumpidos primero por el Ochenio de Manuel A. Odría y un breve golpe militar para continuar con la sucesión presidencial. Hacia los años 1950 se inició el éxodo rural,
principalmente desde la sierra hacia las urbes de la costa, en busca de
mejores condiciones de vida y educación para sus hijos. Gradualmente,
durante los años 1960 la crisis política se hizo patente, lo que propició en 1968 la llamada Revolución de la Fuerza Armada, la toma del poder político por parte de las Fuerzas Armadas del Perú al comando del general Juan Velasco Alvarado con un mensaje antiimperialista, especialmente anti-estadounidense, y antioligarca.
Se instauró un régimen de corte estatista que impulsó varias y
profundas reformas de diversos resultados que, globalmente y a largo
plazo, tuvieron un impacto principalmente negativo en la economía
nacional. Hacia fines de los años 1970,
el gobierno militar con todas las reformas producidas, se encontró
frente al descalabro económico, aún pese a que se había dado un cambio
de mando en la cúpula militar y que la presidencia había sido asumida
por el general Francisco Morales Bermúdez en el año 1975. A pesar de esto, se dio el fin de la revolución y se retornó a la democracia. Se redactó una nueva constitución mediante una Asamblea Constituyente en 1979 y se convocó a elecciones en 1980.
La crisis de los ochenta
Durante la década de 1980,
el Perú enfrentó una fuerte crisis económica y social, debido al
descontrol del gasto fiscal, una considerable deuda externa y la
creciente inflación junto con el conflicto armado interno, acentuada por la aparición de los grupos terroristas de inspiración comunista que pretendían instaurar un nuevo Estado mediante la lucha armada, como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. El terrorismo obtuvo una respuesta represiva de las Fuerzas Armadas, la Policía primero y el Ejército
después. Los combates entre ambos bandos provocaron la muerte de cerca
de 70 000 personas entre combatientes, campesinos y habitantes de las
ciudades.
La crisis entró en su fase más crítica a finales de la década, durante el primer gobierno de Alan García,
cuando el país sufrió una fuerte crisis económica debido al descontrol
del gasto fiscal y la consiguiente hiperinflación que llegó a un máximo
de 7,649 % en 1990, mientras que Sendero Luminoso ya había incursionado en las grandes
ciudades del país, dándose la fase más dura del conflicto armado
interno.
El primer gobierno de Alan García terminó en medio de una creciente impopularidad. En las elecciones de 1990, se dio un reñido balotaje entre el escritor liberal Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori, quien genó la presidencia. Desde el inicio de su mandato encontró una fuerte oposición en el Congreso por parte de la Alianza Popular Revolucionaria Americana y del Frente Democrático. En su primer año, aplicó una política de choque a la cual se había negado durante su campaña electoral, que se hizo conocido como el fujishock. Eventualmente, implementó una serie de reformas de corte neoliberal, alineándose al Consenso de Washington. Paralelamente, el asesor presidencial Vladimiro Montesinos fue nombrado jefe del Servicio de Inteligencia Nacional del Perú, posición desde la cual dirigió la cleptocracia en la que derivó el gobierno de Fujimori.
Historia reciente
La madrugada del 5 de abril de 1992, Fujimori desató una crisis constitucional cuando disolvió el Congreso de la República y restringió la libertad de prensa con apoyo de las fuerzas armadas. Posteriormente, convocó a la Asamblea Constituyente que produjo una nueva constitución política promulgada en el año 1993. Fujimori se mantuvo como presidente tras la promulgación de la constitución y logró ser reelegido en 1995, aunque no consiguió solucionar la larga recesión económica que afectaba al país. El 9 de abril de 2000, tras unas cuestionadas elecciones, Alberto Fujimori logró un tercer mandato. La oposición, conformada por los diversos partidos políticos y
organizaciones civiles de diversa índole, intentó evitar la
juramentación del tercer periodo presidencial de Fujimori pero no lo
logró.
Seis semanas después, el 14 de septiembre, se difundieron filmaciones
donde se mostraba claramente el soborno de algunos Congresistas de la
oposición y empresarios para que favorezcan al Gobierno, lo que
precipitó la caída del régimen. Fujimori abandonó el país solicitando
permiso para participar en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico para luego dirigirse a Japón, país del cual era ciudadano y desde el cual renunció por fax y donde se refugió. El Congreso no aceptó la renuncia y lo destituyó, inhabilitándolo para ejercer todo cargo político por 10 años.
El 22 de noviembre de 2000 el entonces Presidente del Congreso, Valentín Paniagua, fue investido como nuevo Presidente de la República ante la renuncia de los dos vicepresidentes.
El gobierno de transición se orientó a la organización de nuevas
elecciones y a una profunda campaña de moralización del aparato público y
las fuerzas militares que habían caído bajo la influencia del sistema.
El Presidente firmó contratos de explotación para los yacimientos de gas de Camisea, y convocó a una polémica Comisión de la Verdad para investigar la lucha contra el terrorismo de los últimos años.
En las elecciones del 8 de abril de 2001, Alejandro Toledo fue declarado como nuevo Presidente de la República. Estas se caracterizan también por el retorno de Alan García y su muy sorpresivo segundo lugar en la contienda electoral. La paradoja del gobierno de Toledo
es que gozó de baja popularidad, envuelto en acusaciones de corrupción
de la más variada índole, mientras la economía peruana logró superar la
recesión y tuvo un gran crecimiento especialmente en la capital, la
sierra central y la costa norte. En este período se inició la negociación de un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos
el cual en su momento no era visto con buenos ojos por los campesinos
del país porque temían que tuviera un efecto negativo sobre sus
economías.
En las elecciones del 9 de abril y 4 de junio de 2006,
en medio de un ambiente de incertidumbre por el futuro de la
democracia, fue reelegido Presidente Alan García, (con un discurso y
perfil más moderado y reivindicador pese a su primer gobierno) frente al
ex-militar Ollanta Humala. En las elecciones de 2011, Humala pasó a segunda vuelta junto con Keiko Fujimori, hija del ex-presidente Alberto Fujimori, preso por delitos de lesa humanidad. Humala ganó en la primera vuelta dejando a Keiko Fujimori en empate técnico ante el economista y candidato liberal, Pedro Pablo Kuczynski. En la segunda vuelta, el nacionalista Ollanta Humala fue elegido Presidente, por un margen de 2 % de ventaja.
Cultura
La cultura peruana tiene sus raíces principales en las tradiciones amerindias y españolas, aunque también ha sido influida por diversos grupos étnicos de África, Asia y Europa. La tradición artística peruana se remonta a la elaborada cerámica, textilería, orfebrería y escultura de las civilizaciones del Antiguo Perú. Los incas mantuvieron esos oficios e hicieron grandes logros arquitectónicos incluyendo la construcción de Machu Picchu.
El barroco predominó en el arte virreinal, aunque modificado por las tradiciones autóctonas. Durante este período, el arte se concentró mayormente en temas
religiosos; las numerosas iglesias de la época y las pinturas de la escuela cuzqueña son muestra de ello. Las artes se estancaron después de la independencia hasta la aparición del indigenismo en la primera mitad del siglo XX. Desde la década de 1950 el arte peruano ha sido ecléctico e influido tanto por corrientes internacionales como locales.
Arquitectura
La arquitectura peruana es la arquitectura realizada en cualquier
época en lo que se conoce hoy en día como Perú, así como la arquitectura
realizada por arquitectos peruanos en todo el mundo. Su diversidad y
larga historia comprende desde el Antiguo Perú, el Imperio inca y el Virreinato, hasta la actualidad. La arquitectura virreinal peruana,
desarrollada en el virreinato entre los siglos XVI y XIX, se
caracterizó por la importación y adaptación de los estilos
arquitectónicos europeos a la realidad peruana, produciendo como
resultado una arquitectura original.
El uso de sistemas constructivos como la quincha, las ornamentaciones de iconografía andina
y soluciones con formas inéditas confieren a la arquitectura virreinal
peruana una identidad propia. Dos de los ejemplos más conocidos del Renacimiento son la Catedral del Cuzco y la Iglesia de Santa Clara, también en el Cuzco. Tras este periodo, la mezcla cultural alcanzó su más rica expresión en el estilo barroco.
Algunos ejemplos de este periodo son la Basílica y convento de San Francisco de Lima, la Catedral de Cajamarca, o la fachada de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco y, sobre el conjunto, las iglesias de San Agustín, Santo Domingo y San Francisco, en Arequipa. Las guerras de independencia dejaron un vacío creativo que el neoclasicismo de inspiración francesa rellenó. El siglo XX se caracterizó por el eclecticismo, en contraposición al funcionalismo constructivo. El ejemplo más considerable es la Plaza San Martín de Lima.
Literatura
La literatura peruana tuvo su primer vestigio en el taki, término quechua que engloba literatura, danza y música. En los tiempos del virreinato, la literatura fue, básicamente, imitación de la literatura española de la época. Destaca en primer lugar, el Inca Garcilaso de la Vega con sus Comentarios reales de los incas. Más tarde, destacaron Juan de Espinosa Medrano en la literatura quechua y Juan del Valle y Caviedes, el mismo Espinosa y Pedro Peralta y Barnuevo en la literatura castellana. También en esta época apareció la obra dramática anónima Ollantay.
A partir de la época republicana fueron varios los exponentes de la literatura nacional como Felipe Pardo y Aliaga, Manuel Ascencio Segura, pero el mayor literato del siglo XIX fue Ricardo Palma con sus célebres Tradiciones peruanas, creando con ellas un nuevo género literario, una especie de cuentos, caracterizadas por ficcionalizar la realidad. En poesía resaltan en el siglo XIX Mariano Melgar, José Santos Chocano y José María Eguren y en el siglo XX César Vallejo. En la narrativa destacan Ciro Alegría, José María Arguedas, Julio Ramón Ribeyro, Alfredo Bryce Echenique, y el Premio Nobel Mario Vargas Llosa.
La literatura del Perú, así como todas las manifestaciones culturales
y artísticas, han pasado por varias etapas, en las cuales fue
influenciada por movimientos o corrientes nacionales e internacionales.
Los acontecimientos trascendentales de la historia, sirvieron de
inspiración a los artistas que plasmaron en su obra el sentir de la
época. Se distinguen varios movimientos, de acuerdo con cada época, sus
ideas y filosofía.
Pintura
La pintura en el Perú tiene su origen más remoto en el arte rupestre, destacando las cuevas de Toquepala y Lauricocha, cuya antigüedad se fecha en unos 10 000 años. En el Antiguo Perú, el arte se plasmó principalmente en la cerámica, distinguiéndose en ello, las culturas Nazca, Moche, Chimú, Tiahuanaco y Wari.
La pintura, como representación artística sobre lienzo o fresco, se inició durante la época virreinal. La pintura colonial, tuvo tres grandes influencias: la italiana, muy intensa durante el siglo XVI y principios del XVII; la influencia flamenca, que se dio desde el principio y su importancia fue creciendo hasta ser muy fuerte en el siglo XVII; y la española que se manifestó con mayor fuerza durante el período barroco de los siglos XVII y XVIII, especialmente a través de la escuela sevillana. Durante la primera mitad del siglo XVII la pintura cuzqueña recibió la influencia del maestro italiano Bernardo Bitti quien dejó allí varios discípulos como Pedro de Vargas y Gregorio Gamarra quienes fueron continuadores del manierismo.
Sin embargo, la segunda mitad de este siglo presentó características
totalmente diferentes debido en parte a la influencia de los dibujos y
grabados flamencos como los de Marten de Vos y Jean van Halbeck respectivamente, así como de la pintura de Francisco de Zurbarán.
La escuela de pintura cuzqueña se caracterizó por su originalidad y su
gran valor artístico, los que pueden ser vistos como resultado de la
confluencia de dos corrientes poderosas: la tradición artística
occidental, por un lado, y el afán de los pintores indios y mestizos de
expresar su realidad y su visión del mundo, por el otro. El indigenismo fue una de las corrientes más importantes en la pintura peruana. Su mayor exponente fue José Sabogal, entre cuyos discípulos figuran Camilo Blas, Julia Codesido, Enrique Camino Brent, Cota Carvallo, Pedro Azabache Bustamante y Eladio Ruiz.
Música y danza
La música peruana es producto de la fusión a través de muchos siglos. Existen muchos géneros de música peruana: clásica, andina, criolla, amazónica, entre otros. Estas se clasifican en música y danzas de la costa, sierra y amazonía. La música criolla tradicional de la costa es muy variada debido a que justamente esta es la región donde mayor mestizaje hubo y actualmente hay, conocida como música criolla dentro de la cual se encuentran las danzas afroperuanas. De la costa central básicamente Lima; sobresale la música de los callejones de la Lima de Antaño y el mundialmente conocido vals peruano (cultivado en otros países sobre todo en Argentina, dentro de los aficionados al tango).
De la capital también es originaria la salerosa zamacueca o marinera limeña (madre del resto de cuecas y zambas); dentro de lo cual existen variantes y extensiones como el canto de Jarana y la resbalosa (como la fuga de ésta). La costa sur-central Cañete, Chincha, Ica y Nazca; ofrecen el culto a la música afroperuana. Entre los géneros más destacados están el festejo, el landó, el toro mata y el panalivio. De los departamentos de La Libertad y Lambayeque es oriunda la reconocida marinera norteña;
que es tocada en banda, tambores y trompetas. Esta versión a diferencia
de la anterior no es de salón, sino es muy vistosa y alegre, motivo de
festivales que atraen mucho incluso cuando se presentan los famosos
campeonatos del caballo peruano de paso.
Más al norte, de Piura y Tumbes vienen la cumanana (de influencia mulata y afroperuana), el agitanado emotivo piurano tondero y el triste que muchas veces va acompañado dentro de la expresión propia del norte del Perú Triste con fuga de Tondero. Las regiones de la sierra sur como Huancavelica, Ayacucho, Apurímac, Cuzco y Puno se caracterizan por el huayno (y también la zona norte del altiplano boliviano). De la región del Cusco procede la muliza, el cóndor pasa… y de Arequipa lo más destacado es el género musical wititi del distrito de Tapay en el Valle del Colca, el mestizo Yaraví Arequipeño, dentro de los cuales destacan el conocido Melgar y La Partida. La sierra central como Cerro de Pasco, Áncash y Junín es famosa por su alegre huaylas. Versiones típicas de este género son el Pío Pío y el Huaylas Macho.
Dentro de las fiestas tradicionales andinas, la más conocida es el Inti Raymi que, en Sacsayhuamán, en las afueras del Cusco, rememora ceremonias y rituales de la época del Imperio incaico rindiendo homenaje al Inti (dios Sol de los incas), se lleva a cabo el 24 de junio de cada año. Entre los intérpretes de música criolla y afroperuana más reconocidos se encuentran: Arturo Cavero, Augusto Polo Campos, Cecilia Bracamonte, Chabuca Granda, Eva Ayllón, Felipe Pinglo Alva, Lucha Reyes, Lucho Barrios, Lucho Garland, Lucila Campos, Óscar Avilés y las ganadoras del Grammy Latino Susana Baca y Tania Libertad.
De la música folclórica sobresalen: Alicia Delgado, Dina Páucar, Flor Pucarina, Muñequita Sally, Pastorita Huaracina, Picaflor de los Andes, Rosita de Espinar, Saywa y Damaris (ganadora de la competencia folclórica del Festival de Viña del Mar). De la música folclórica amazónica destacan: Los Shapis, Ruth Karina, Rossy War, entre otros. En el ámbito operístico, uno de los más reconocidos es Juan Diego Flórez.
El país también cuenta con algunos cantantes de rock y pop de gran aceptación a nivel tanto nacional como internacional tales como: Anna Carina, Jean Paul Strauss, Leslie Shaw, Raúl Romero, Gian Marco y Pedro Suárez-Vértiz, ganadores de premios como Grammy Latino y Orgullosamente Latino, a nivel de rock grupos como Libido, TK, Zen entre otros. Perú también es el país que vio nacer a Los Saicos, considerada como la primera banda de garage rock y proto-punk del mundo.
Cine y teatro
La primera función de un filme (usando el cinematógrafo de los hermanos Lumière) se realizó en febrero de 1897 en la Confitería Jardín Estrasburgo (hoy Club de la Unión), en la ciudad de Lima. Un mes antes, se habían proyectado imágenes en movimiento con el vitascopio inventado por Thomas Alva Edison. El público que presenció en un inicio, las proyecciones del vitascopio y del cinematógrafo fue de la aristocracia y las imágenes que observaron eran de paisajes de otros países (en 1899 se tomaron las primeras imágenes del Perú).
Históricamente, el cine del país comenzó en Iquitos una ciudad septentrional y escenario principal de la fiebre del caucho en la amazonía peruana. La industria cauchera benefició la presencia de cineastas extranjeros
en la ciudad, y el interés cinematográfico en años posteriores. Antonio Wong Rengifo es el pionero más importante del cine de Iquitos. En Lima, la primera película peruana con sonido (con música sincronizada y algunas secuencias de diálogo) fue Resaca de Alberto Santana, que fue estrenada en 1934. Esta fue seguida de otra película sonora titulada Cosas de la vida también en 1934. La primera película completamente con sonido y diálogos fue Buscando olvido de 1936.
Hasta mayo de 2015, los diez filmes nacionales más taquilleros habían sido: Asu Mare 2, Asu Mare, A los 40, La fuga del chacal, Cementerio general, Pantaleón y las visitadoras, Secreto Matusita, No se lo digas a nadie, Viejos amigos y El Delfín: La historia de un soñador. Una de las películas peruanas más galardonada internacionalmente es La teta asustada que obtuvo el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín, mientras que su protagonista Magaly Solier ganó el premio a la mejor actriz en los festivales de cine de Gramado, Guadalajara, Montreal y Lima.
Asimismo, Caídos del cielo ganó el Premio Goya a la mejor película Iberoamericana y el Grand Prix des Amériques en 1990. El filme Espejismo fue la primera cinta peruana en ser nominada al Globo de Oro a la mejor película en lengua no inglesa, mientras que la cinta La teta asustada se convirtió en el primer filme peruano en ser nominado al Premio Óscar a la mejor película de habla no inglesa.
Entre los directores de cine, han destacado Francisco José Lombardi, dos veces ganador del premio al mejor director del Festival Internacional de Cine de San Sebastián por La ciudad y los perros en 1985 y por Bajo la piel en 1996, Armando Robles Godoy ganador del Premio ACE, Josué Méndez, Luis Llosa, Augusto Tamayo San Román, Javier Corcuera, Claudia Llosa, Salvador del Solar, entre otros. En el país se realizan diversos festivales de cine como el Festival de Cine de Lima, Festival de Cine Lima Independiente, Festival de Cine Europeo, Festival de cine Al Este de Lima, Cinesuyo, Festival Nacional e Internacional de Cortometrajes e Inkafest.
Son grupos de teatro conocidos, entre otros: Yuyachkani y Cuatrotablas. El grupo Integro fusiona danza y teatro de manera interdisciplinaria. Desde hace varios años en la época de Todos los Santos (fines de octubre y comienzos de noviembre) se representa en el Cementerio Presbítero Matías Maestro de Lima la obra Don Juan Tenorio de José Zorrilla, un clásico de la literatura escrita en castellano.
Historieta
La historieta o cómic peruano no ha sido especialmente prolífica, ya
que el país ha sido mayormente un consumidor de revistas extranjeras. Suele citarse el Primer nueva corónica y buen gobierno (hacia 1615) de Felipe Guamán Poma de Ayala
como ejemplo de antigua historieta, aunque la mayoría de los estudiosos
del medio lo consideran un producto cultural de la modernidad
industrial y política occidental que surgió en paralelo a la evolución
de la prensa escrita
como primer medio de comunicación de masas, y buscan la primera
historieta entre las reproducidas en ella. En el caso del Perú, esto
supone remontarse hasta 1873, fecha en que Dumontel firmó la historieta Fragata sospechosa a la vista, como parte de la serie titulada Lima a las diez de la noche para el semanario Don Quijote.
Ciencia y tecnología
La ciencia y la tecnología peruana tiene sus orígenes en la civilización incaica, quienes se destacaron en el campo de las matemáticas principalmente por su capacidad de cálculo en el ámbito económico. Los quipus y yupanas fueron señal de la importancia que tuvo la matemática en la administración incaica. Esto dotó a los incas una aritmética sencilla pero efectiva, para fines contables, basada en el sistema decimal; conocieron el cero,
y dominaron la suma, la resta, la multiplicación y la división. Durante
las primeras décadas del siglo XX, se comenzaron a crear institutos
destinados a la promoción y difusión de la actividad científica y
tecnológica en el país.
Uno de los principales organismos de investigación científica del Perú es la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. También existen otros institutos de investigación científica como el Centro Internacional de la Papa, la Sociedad Química del Perú, el Instituto Nacional de Investigación y Capacitación de Telecomunicaciones, el Instituto de Investigación Científica de Arqueología Peruana, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana entre otros. El país cuenta con una estación de investigación científica establecida en la Antártida llamada Base Machu Picchu y observatorios astronómicos como Jicamarca, el Morro Solar y Chanquillo (el observatorio solar más antiguo de América).
En materia nuclear Perú cuenta con la Central Nuclear Óscar Miró Quesada de la Guerra,
cuyo reactor es usado únicamente para la investigación. Entre las
funciones más importantes de esta planta, figura la producción de
radioisótopos y gammagrafías, que facilitan hacer diagnósticos médicos,
así como una mayor precisión en el estudio de los tejidos del cuerpo
humano. Según Scopus, una base de datos bibliográfica de resúmenes y citas de artículos de revistas científicas, Perú se posiciona en el lugar número 59 del mundo en materia de publicaciones científicas y séptimo entre los países de América Latina.
Algunos científicos peruanos que han destacado durante su carrera son: Alberto Barton descubridor del agente etiológico de la enfermedad de Carrión, Daniel Alcides Carrión que se infectó él mismo con la bacteria bartonella bacilliformis para contraer la enfermedad de Carrión y estudiar su desarrollo y evolución en el infectado, Julio César Tello considerado el padre de la arqueología peruana, Pedro Ruiz Gallo uno de los precursores de la aeronáutica moderna, Pedro Paulet considerado por Wernher von Braun como el padre de la astronáutica moderna, Ronald Woodman ganador del premio Appleton y Carlos Noriega el primer peruano en viajar al espacio.
Gastronomía
La cocina peruana es considerada la más variada del mundo, tiene el récord Guiness a la mayor variedad y diversidad de platos típicos en el mundo (491); entre tanto, se ha registrado más de dos mil sopas diferentes tan solo en la costa y más de doscientos cincuenta postres tradicionales a nivel nacional. La formación de la gastronomía peruana refleja el mestizaje que a lo largo de los siglos ha modelado la cultura peruana.
La primera fusión se produjo durante la colonia con los insumos y técnicas precolombinas sumado a la cocina española y las costumbres culinarias de la cultura africanas, posteriormente, se vio influenciada por la gastronomía francesa, cantonesa, japonesa e italiana,
y con la expansión a la selva, la gastronomía amazónica se transformó
dentro de este mismo crisol. Entre los estilos culinarios del Perú, cabe
mencionar la cocina criolla (norteña y limeña), la gastronomía marina,
la cocina andina, el chifa y la cocina amazónica.
Los platos más representativos son el cebiche en la costa, la pachamanca en la sierra y el juane en la selva. En el ámbito de las bebidas, destaca entre los espirituosos el pisco, un brandy de uva originario con el cual se prepara el pisco sour, cóctel de bandera preparado en base al pisco. La chicha de jora, una bebida de origen precolombino, hecha de maíz. Es un licor tradicional y extendido de la sierra y es, además, la bebida tradicional de la Fiesta de San Juan, celebrada en toda la selva peruana.
En la selva, se prepara el masato, licor de origen indígena, hecho de yuca
fermentada. La selva posee gran variedad de refrescos hechos de frutas
amazónicas, entre éstos se encuentran la aguajina, bebida hecha del aguaje, moriche o burití (Mauritia flexuosa) y el refresco de camu-camu (Myrciaria dubia), fruta amazónica que concentra la mayor cantidad de vitamina C. La Inca Kola, de origen nacional, es la gaseosa más vendida en el país, incluso por encima de las multinacionales Coca-Cola o Pepsi.
En los últimos años del siglo XX e inicios del XXI la cocina peruana empezó a expandirse fuera de sus fronteras.
En la IV Cumbre Internacional de Gastronomía Madrid Fusión 2006,
realizada del 17 al 19 de enero, la ciudad de Lima fue declarada capital
gastronómica de América Latina. La gastronomía local está registrada como un producto bandera del Perú. En diciembre 2016, el país fue distinguido por quinta ocasión consecutiva con el World Travel Awards en la categoría de mejor destino culinario del mundo.
Patrimonio cultural
El patrimonio cultural inmaterial del Perú está compuesto por
diversas manifestaciones culturales como arte, artesanía, danzas,
bailes, festividades, gastronomía, música y rituales.
Hasta julio de 2017, el país cuenta con doscientos treinta y un
expresiones folclóricas consideradas como patrimonio cultural de la
nación. Algunas de estas son: la marinera, el pisco, el caballo de paso, el cajón peruano, la pachamanca, el cebiche, la fiesta del Tata Pancho, la quena, la danza de los Avelinos, el sicuri, el pincullo, la tunantada, el shapish y el Señor de los Milagros.
Perú también cuenta con sitios específicos de importancia cultural o natural que han sido incluidos en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura de acuerdo con la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural
creada en 1972. El país ratificó esta convención el 24 de febrero de
1982, haciendo que sus sitios históricos sean elegibles para su
inclusión en la lista.
Desde el año 2014 cuenta con doce sitios considerados como Patrimonio de la Humanidad, ocho son lugares de interés cultural (la ciudad del Cuzco, el sitio arqueológico de Chavín, la zona arqueológica de Chan Chan, el centro histórico de Lima, las líneas y geoglifos de Nazca y Pampas de Jumana, el centro histórico de la ciudad de Arequipa, la ciudad sagrada de Caral-Supe y Qhapaq Ñan, sistema vial andino), dos son bienes naturales (el parque nacional Huascarán y el parque nacional del Manu) y dos mixtos (el santuario histórico de Machu Picchu y el parque nacional del Río Abiseo).
En el año 2001 la Unesco inició un programa denominado Obras Maestras del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Ese mismo año el patrimonio oral y manifestaciones culturales del pueblo zápara fue proclamado como integrante de la lista de obras maestras. Posteriormente en 2005, el arte textil de Taquile también fue incluido de dicha lista. Este programa concluyó en 2006 con la entrada en vigor de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial y las obras maestras pasaron a formar parte de la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
A esta nueva lista se añadieron siete elementos más del país: la danza de las tijeras, la huaconada, danza ritual de Mito, eshuva, rezos cantados de la etnia Huachipaeri, la peregrinación al santuario del Señor de Qoyllurit’i, los conocimientos, técnicas y rituales vinculados a la renovación anual del puente Q’eswachaka, la festividad en honor a la Virgen de la Candelaria y la danza del wititi del valle del Colca.El artículo 18 de la convención estipula que el comité
intergubernamental selecciona programas, proyectos y actividades de
salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial que reflejen mejor los
principios y objetivos de la convención. Uno de esos proyectos
corresponde al país bajo el título de salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial de las comunidades aymaras de Bolivia, Chile y Perú, seleccionado en 2009.
Festividades
Fecha | Festividad |
---|---|
1 de enero | Año Nuevo |
2 de febrero | Fiesta de la Virgen de la Candelaria |
Marzo/abril | Semana Santa |
1 de mayo | Día del Trabajo |
2º domingo de mayo | Día de la Madre |
7 de junio | Día de la Bandera |
3. er domingo de junio | Día del Padre |
23 y 24 de junio | Fiesta de San Juan |
24 de junio | Día del Campesino |
29 de junio | San Pedro y San Pablo |
6 de julio | Día del maestro |
28 y 29 de julio | Fiestas Patrias |
30 de agosto | Santa Rosa de Lima |
1 de octubre al 1 de noviembre | Señor de los Milagros |
8 de octubre | Combate naval de Angamos |
31 de octubre | Día de la Canción Criolla |
1 de noviembre | Día de Todos los Santos |
2 de noviembre | Día de los Muertos |
3 de noviembre | San Martín de Porres |
8 de diciembre | Inmaculada Concepción |
24 de diciembre | Nochebuena |
25 de diciembre | Navidad |