En Italia es difícil escoger una ciudad o un paisaje sin miedo a
dejarnos algo realmente espectacular sin ver. Pero ante tanto arte,
historia, naturaleza y curiosidades necesitaríamos varias vidas para
conocer a fondo el país. Hay ciudades inevitables (Florencia, Venecia,
Roma, Nápoles, Milán…) que eclipsan a otros muchos municipios y pueblos
extraordinarios, así como parajes curiosos que pasan desapercibidos y
que bien merecerían una parada dentro de un gran viaje o, incluso, un
viaje en exclusiva.
01 Violines en la llanura del Po
CREMONA
Cremona es una de las ciudades más interesantes de la Llanura del Po. Los visitantes suelen pasar de largo, pero Cremona
fue una ciudad-estado rica e independiente durante siglos y de ahí su
magnífica arquitectura, aunque si por algo es conocida es por sus
violines. Aquí fue donde el maestro artesano Antonio Stradivari fabricó
sus primeros Stradivarius, iniciando una tradición que se
mantiene hasta nuestros días. Los violines están fabricados con maderas
de abeto, sauce y arce, y son famosos en todo el mundo. Sólo existen
unos 500 Stradivarius auténticos y pueden llegar a costar millones de
euros. Pero Staradivari no era el único maestro de Cremona. Las grandes dinastías de lutieres sobreviven en un centenar de talleres de violines que se apiñan en las calles cercanas a Piazza del Comune.
Visita casi obligada es la Collezione gli Archi del Palazzo
Comunale, que conserva instrumentos del taller del artista. Y además,
hay dos visitas imprescindibles en la ciudad: la mencionada y medieval
Piazza del Comune, una de las mejor conservadas en toda Italia, con su
Palazzo Comunale de origen románico y la catedral, majestuosa y gótica.
02 Por tierras ladinas
DOLOMITAS
Los Dolomitas no son las montañas más altas de Italia, pero sí las
más espectaculares, con sus picos rojizos que atraen a escaladores,
esquiadores, poetas y fans de las actividades al aire libre. Esta es una
región de valles cubiertos de viñedos, huertos y granjas de madera. Es
zona también de encuentro, como se aprecia en la austro-italiana ciudad
de Bolzano o en la vienesa Merano. Por un momento podría parecer que
estamos en el Tirol más que en Italia, pues las costumbres y los
paisajes pueden llevarnos a confusión.
En esta región viven unas 20.000 personas que hablan como primera
lengua el ladino, una lengua muy viva, ni italiana ni tirolesa del sur.
La mitad viven en Val Gardena y el resto se reparten por Val Badia y Val
di Fassa, así como y por Arabba y Ampezzo, cerca de Cortina, en el
Véneto. Los niños de estos valles se educan en ladino, alemán e
italiano, y la cultura y la identidad lingüística del ladino están
amparadas por las leyes de la Unión Europea.
Para conocer lo que representa esta cultura podemos visitar, en Val Badía, el Museo Ladin, el Museo Ladin de Fascia en Val di Fassa y el de Gjerdëina en Val Gardena.
Se dice que fueron estos valles y las grandes leyendas ladinas que
han poblado estos paisajes míticos los que inspiraron la fantasía de
Tolkien. Protegidos desde 1980, están integrados en el parque natural de
Fanes-Senes-Brailes. Es zona de esquí, de buena mesa para gourmets en las cumbres y de pueblos que rebosan tranquilidad y carácter, como Pedraces, San Cassiano, La Villa y Corvara.
03 Ferraris y vinagre
MÓDENA
Si Italia fuera un almuerzo, Módena sería el plato principal. En las
llanuras del río Po se alza uno de los grandes centros gastronómicos del
país, la fuerza creativa tras el vinagre balsámico de verdad:
tortellini gigantes con rellenos de lo más tentadores, el burbujeante
vino lambrusco y las callejuelas repletas de algunos de los mejores
restaurantes que el viajero habrá probado jamás. Para los que no
disfruten con la comida, la ciudad tiene otro legado muy preciado: los
coches. El Museo Ferrari está en la vecina Maranello. Módena también es
célebre por su catedral románica y por ser la ciudad natal del ya
fallecido cantante de ópera Luciano Pavarotti.
El Duomo de Módena está considerado, por aclamación popular, como la
mejor iglesia románica de Italia y desde 1997 es patrimonio mundial por
la Unesco. Inseparable de la catedral es la Torre Ghirlandina, que debe
su nombre a los exiliados judíos españoles que, en el siglo XVI, la
bautizaron en recuerdo a la Giralda de Sevilla.
La otra catedral es la dedicada al universo Ferrari, en Maranello, a 17 kilómetros al sur de Módena. Aquí se puede contemplar la mayor exposición mundial de ferraris, la trayectoria de la evolución mecánica de la fábrica y una muestra de los 40 modelos más icónicos.
04 Arte con mayúscula
FERRARA
Al este de Bolonia, encontramos una ciudad para los que no tienen
prisa, para los buscadores de tesoros o para los muy curiosos. Desechada
entre los destinos a visitar por los amantes de ciudades como Roma o
Venecia, Ferrara es prácticamente desconocida y deliciosamente apacible.
Considerada uno de los grandes centros renacentistas de Italia, es
famosa por sus murallas (el anillo defensivo completo más largo del
país), su afinidad con las bicicletas y sus palacios renacentistas,
convertidos en museos. Históricamente fue dominio del poderoso clan de
los Este, rivales en poder y prestigio de los Médicis de Florencia, y
quienes dotaron a Ferrara de su edificio más característico, un enorme
castillo con foso situado justo en el centro urbano.
De especial interés es su gueto judío, el más grande y antiguo de la región.
05 Bendito destierro
ELBA
En la actualidad, Napoleón se lo pensaría dos veces antes de escapar
de la isla de Elba, a la que fue desterrado (aunque no duró allí ni un
año). A pesar de haber más gente ahora que cuando llegó en 1814, la isla
es todavía un bello escenario de calas rocosas que se alternan con
playas, viñedos, aguas azules, fabulosas y sinuosas rutas por carretera y
excelentes vistas coronadas por el monte Capane.
Elba es la isla más grande y poblada del parque nacional Arcipelago
Toscano, la mayor reserva marina de Europa. Más de un millón de
visitantes al año realizan el trayecto de una hora en ferry para llegar a
Portoferraio, la capital, sobre todo en verano. Sin embargo en
primavera o en otoño durante la vendimia y la recogida de la aceituna,
es fácil encontrar tranquilos rincones en esta pintoresca isla de 28
kilómetros de largo y 19 de ancho.
En Portoferraio, ciudad de agradable casco antiguo, no falta, por
supuesto, un museo napoleónico en lo alto de sus bastiones, hogar de
Napoleón durante su periodo como emperador de esta pequeña isla. Con su
espléndida biblioteca, sus jardines de estilo italiano y sus vistas al
mar, a Napoleón no le faltaban las comodidades.
Actualmente, el mayor tesoro de la isla es su red de senderos para excursiones a pie y en bicicleta de montaña.
06 Aguas sin hordas de turistas
LAGO TRASIMENO (UMBRÍA)
Habría sido muy fácil para el precioso lago Trasimeno convertirse en
un destino vacacional para hordas de europeos del norte en busca del
sol, como la costa de Las Marcas. Afortunadamente, la mayor parte de la
zona –como las afueras de Passignano y una franja que parte desde San
Feliciano– se ha librado de la arquitectura de aire soviético que parece
monopolizar los lugares de veraneo del Adriático. Los alojamientos de
turismo rural tapizan las colinas, al igual que el omnipresente girasol.
Castiglione del Lago dispersa a los viajeros de forma que haya sitio
para todos y la gente respeta el delicado ecosistema.
Entre las actividades más populares del lago se encuentran el
senderismo, la cata de vinos, la acampada, los deportes acuáticos y el
dolce far niente. También hay otros que prefieren dedicarse a saborear las delicias culinarias, sobre todo sus vinos y aceite.
07 El centro de Italia
NARNI
Al igual que Greenwich o el polo Norte, Narni es un lugar más
conocido por su ubicación que por lo que es, pues se encuentra justo en
el centro geográfico de Italia. A las afueras del pueblo hay una piedra
que señala el punto exacto. Pero no es solo la respuesta a una pregunta
del Trivial: hay más razones para ir a Narni. Presume de tener uno de
los centros medievales más bonitos de Umbría, región donde la
competencia es bastante dura. Concentra una colección de iglesias,
plazas, palacios y fortalezas tan fantástica que, con mucho acierto,
C.S. Lewis eligió el nombre romano del pueblo (señalándolo al azar sobre
un atlas antiguo) para su propio reino mágico de ficción: Narnia.
Narni está a 21 kilómetros al sur de Todi, justo al este de la
autopista A1 y está bien comunicada por autobús con Terni y Orvieto.08 La villa más bella
SPELLO (UMBRÍA)
A veces, cuando se recorre la región de Umbría, parece imposible que
el siguiente pueblo llegue a ser más bonito que el anterior. Y entonces
llega Spello. Muchos turistas pasan de largo en su camino hacia Asís o a
Perugia, pero la proliferación de soportales y tiestos de flores en las
ventanas bien merecen una visita, sobre todo en primavera, cuando los
aromas de la floración impregnan todo el pueblo.
Spello no es
famoso por ningún monumento en particular; el mejor modo de verlo es
dando un tranquilo paseo. Se puede empezar por la Porta Consolare, de
época romana, y después dirigirse a Piazza Matteotti, el corazón de
Spello, donde la impresionante Chiesa di Santa María Maggiore alberga la
joya del lugar: la Cappella Baglioni, con unos fantásticos frescos de
la vida de Cristo de Pinturicchio.
Para disfrutar de las mejores vistas habrá que pasar por el arco
romano y llegar a la Chiesa di San Severino. El monasterio capuchino, en
activo, está cerrado al público pero su fachada románica es tan
impresionante que cuesta decidirse entre contemplar su arquitectura o el
bucólico panorama de la campiña que queda a sus pies.
09 Los secretos de los Abruzzos
MOLISE
Son pocos los extranjeros que llegan hasta esta región montañosa del centro-sur de Italia, atrapados por los muchos encantos de otros lugares más célebres. Sin embargo, este mundo rural que parece sacado de otra época está a solo una hora de Roma. Hacia el sur, Molise ofrece el mismo espectáculo de grandes picos y valles silenciosos, pero a menor escala. Hay agradables playas en la costa y tres grandes parques nacionales, bosques densos y prados floridos que dan paso a áridas mesetas y picos graníticos coronados de nieve. En ellos se esconden numerosos castillos y borghi (pueblos medievales) aislados y, a veces, abandonados.
Esta tierra oculta varias joyas culturales poco conocidas: el centro barroco de Pescocostanzo y los palazzi (mansiones) de Sulmona (la cuna de Ovidio) son testigos de glorias pasadas, y el aislamiento ha asegurado la supervivencia de costumbres ancestrales como la procesión de encantadores de serpientes. Y para viajar en el tiempo de verdad, recomendamos una visita a la antigua ciudad romana de Saepinum, uno de los tesoros de Molise, bien conservada y muy poco visitada.
10 Elegancia mediterránea
ISCHIA
En el golfo de Nápoles, todos quieren ir a Capri, referente
imprescindible de la elegancia mediterránea con sus plazas exquisitas,
sus bonitos cafés, sus ruinas romanas y sus abruptos paisajes marinos.
Muy cerca pasa más desapercibida Ischia, que en realidad es la isla más
grande (46 kilómetros cuadrados) y la más activa del golfo: un
exuberante cóctel de estaciones balnearias, alemanes envueltos en lodo y
botines de épocas pasadas; Ischia es famosa también por sus aguas
termales, posee playas excelentes y un paisaje espectacular.
Casi todos los visitantes se quedan en la costa norte, más turística,
pero si se animan a ir al interior encontrarán un paisaje rural de
bosques de castaños, granjas polvorientas y pueblecitos en las colinas.
En la apacible costa sur, Sant’ Angelo es una afortunada mezcla de
callejas tortuosas con un puerto acogedor y playas espumosas, mucho
mejores que las de Capri.
El imponente y emblemático Castello Aragonese se levanta en un islote
rocoso cerca de Ischia Ponte. Es un amplio recinto que alberga la
catedral del siglo XIV y varias iglesias menores. Otra referencia
imprescindible es La Mortella, un jardín con más de mil plantas exóticas
y especies raras a modo de Jardín del Edén, diseñado por Russell Page
según los jardines de la Alhambra. Fue encargado al compositor británico
sir William Walton y su esposa, que lo convirtieron en su hogar en
1949. Se celebran conciertos de música clásicas.
11 Calabria con la ‘ndrangheta’
CALABRIA
Entre los rincones más desconocidos de Italia por los propios
italianos (y por los turistas, claro) está Calabria, en el pie de la
península. A cualquier italiano no calabrés, lo más probable es que le
cause sorpresa enterarse de que alguien quiera ir a Calabria, que
inevitablemente justificará con historias de la ndrangheta (mafia calabresa), famosa por practicar el contrabando y por secuestrar a ricos norteños y ocultarlos en las montañas.
Sin embargo, Calabria es de una belleza natural asombrosa, con
localidades espectacular que parecen surgir de las escarpadas cumbres.
Posee tres parques nacionales: el del Pollino, en el norte, el de La
Sila en el centro y el del Aspromonte en el sur. Casi el 90% de la
región es montañosa, pero está rodeada de 780 kilometros de hermoso
litoral (mejor no tener en cuenta las partes devoradas por colonias de
verano poco atractivas). Aquí crece la bergamota y es el único lugar del
mundo donde esta planta tiene calidad suficiente para producir el
aceite esencial utilizado en muchos perfumes, y también en el té Earl
Greay.
El núcleo histórico mejor conservado de Calabria es el centro
medieval de Cosenza, aunque hay otros pueblos medievales menos
conocidos, como Gerace, que merecen un desvío solo por las vistas.
12 Tacón barroco
LECCE
En el tacón de la bota italiana, merece la pena conocer Lecce, una
magnifica localidad barroca que constituye una obra arquitectónica de
palacios e iglesias esculpidos en la blanda arenisca de la zona.
Lecce está llena de sorpresas: uno está curioseando la moda de los
diseñadores de Milán y de repente se encuentra con una iglesia
profusamente decorada con columnas rematadas por espárragos, pájaros
dodo decorativos y duendecillos juguetones. Thomas Ashe, viajero del
siglo XVIII, la consideró “la ciudad más bella de Italia”, pero el
marqués de Grimaldi, menos impresionable, dijo que la fachada de Santa
Croce le hacía pensar en la pesadilla de un lunático.
En todo caso, se trata de una ciudad animada y universitaria con boutiques
selectas, tiendas de antigüedades, restaurantes y bares. Tiene fácil
acceso a los mares Adriático y Jónico y es una excelente base para
explorar Salento.
Lecce tiene más de cuarenta iglesias y al menos otros tantos
palacios, todos construidos o remodelados entre los siglos XVII y XVIII,
lo que confiere a la localidad una cohesión extraordinaria. Dos de los
principales defensores del barocco leccese (barroco de Lecce,
la decoración más recargada y descabellada imaginable) fueron los
hermanos Antonio y Giuseppe Zimbalo, que participaron en la fantasiosa
basílica de Santa Croce.
13 Los ‘sassi’ de Matera
La antigua localidad en cuevas de Matera es uno de los lugares más
sorprendentes de Italia. Ha estado habitada desde el Paleolítico y
todavía se mantienen las viviendas en cavernas. Para entender Matera hay
que explorar sus callejones, admirar los frescos de las iglesias de
roca y dormir en milenarios sassi (antiguas moradas prehistóricas), lo primero que se ve de Matera al llegar, talladas en cuevas y acantilados.
Cautivadores y bellos, se extienden bajo el borde de un barranco como
si formaran parte de un pesebre gigante y requieren, al menos, de un
día entero para explorar y vagar sin rumbo. Aunque muchos edificios
están abandonados o semiderruidos, otros tantos han sido restaurados y
convertidos en acogedoras viviendas, restaurantes y selectos
hoteles-cueva. En lo alto del acantilado se alza la parte nueva de la
localidad, un sitio animado con elegantes iglesias y palazzi, donde
destaca la peatonal Plazza Vittorio Veneto.
Historia de Italia
La historia de Italia es una de las más importantes de toda Europa y de todo el mundo. Íntimamente ligada a la de la cultura occidental y la historia de Europa, ha vivido buena parte de los principales acontecimientos históricos del mundo occidental y universal.
Heredera de múltiples culturas antiguas como la de los etruscos y latinos y receptora de la colonización griega y cartaginesa, vio nacer el Imperio romano, legador de gran parte de la cultura occidental y uno de los mayores de la historia. Tras la caída del Imperio, Italia sufrió una serie de invasiones germanas alternadas con intentos bizantinos y francos de reconstruir la unidad del Imperio Romano. Roma, sede del papado y fuente de legitimidad imperial fue en esos tiempos un foco que atrajo a figuras como Justiniano I y Carlomagno.
Durante la Edad Media
Italia se convertiría en un mosaico de ciudades-estado que luchaban
entre sí para conseguir la hegemonía sobre el resto, con frecuentes
intervenciones de las potencias circundantes y de la Iglesia Católica. Su privilegiada situación geográfica hizo que fuera clave en el comercio europeo y favoreció repúblicas marítimas
conectadas con la historia europea. La lucha entre el poder temporal
imperial, que incluía a Italia, y el espiritual papal, que tenía su sede
en Roma, tuvo en Italia especiales repercusiones.
Esta herencia de relevancia política lo convirtió en foco de las
luchas por el poder en Europa. Además, el legado cultural clásico y
eclesiástico fue el caldo de cultivo de nuevas tendencias. En los siglos XV y XVI se convirtió en el centro cultural de Europa dando origen al Renacimiento y fue uno de los campos en los que se decidió la supremacía europea del Imperio español con la victoria sobre Francisco I de Francia.
Tras el declive de la monarquía hispánica, el Imperio austrohúngaro pasaría a controlar la región, como buena parte de Europa Central. Transformada en un campo de batalla durante las guerras revolucionarias francesas y el Primer Imperio de Napoleón Bonaparte, pasaría a luchar por su independencia. Entre 1856 y 1870 se llevó a cabo la Unificación de Italia después de una serie de guerras que implicó enfrentarse al Imperio austríaco y los Estados Pontificios.
Posteriormente, el Reino de Italia junto con las demás potencias europeas llevaría a cabo políticas imperialistas que conformarían el Imperio italiano y que la llevaron a participar en la Primera Guerra Mundial del lado de la Entente, a desarrollar el fascismo de Benito Mussolini, a la invasión de Albania y Abisinia y a participar en la Segunda Guerra Mundial con las Potencias del Eje junto a la Alemania Nazi y el Imperio del Japón.
Después de la derrota en la Segunda Guerra Mundial, la monarquía sería
derrocada y se instauró la actual república que tuvo una excelente
recuperación económica, política, militar y deportiva; reafirmando a
Italia como una gran potencia mundial.
En la actualidad Italia es en un país prestigioso, democrático, perteneciente a organizaciones tan importantes como la Unión Europea o el G-8, y una de las principales potencias económicas de la Tierra.
Para más info sobre Italia: http://www.italia.it/es/home.html
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada