divendres, 7 d’abril del 2017

DE TAL PALO TAL ASTILLA ...




Jean Renoir (París, 15 de septiembre de 1894-Beverly Hills, 12 de febrero de 1979) fue un director de cine, guionista y actor francés. Era el segundo hijo del famoso pintor impresionista Pierre-Auguste Renoir.
Sus películas, durante décadas incomprendidas en su verdadera dimensión, se ven desde hace tiempo ya como obras clave dentro del desarrollo de la historia del cine francés entre 1930 y 1950, antes de que se iniciara en Francia la Nouvelle vague. La influencia sobre el cine de François Truffaut, entre otros, es especialmente notable.





Biografía

 


Gabrielle y Jean, por Pierre-Auguste Renoir


Sus comienzos

 

 

Estudió en el Sainte-Marie de Monceau, un colegio católico privado en París.
Tras unos estudios mediocres, Jean Renoir se alistó en el cuerpo de dragones en 1912. Soldado durante la Primera Guerra Mundial, sirvió en la aviación a partir de 1916. Sufrió una herida en la pierna que hará que cojee toda su vida.
En 1920, se casó con una de las modelos de su padre, Andrée Madeleine Heuchling, y abrió un taller cerámico. El estreno, en 1921, de la película de Erich von Stroheim, Esposas frívolas (Foolish Wives), fue determinante en su futura carrera como cineasta.
En 1924, hizo el guion y produjo Catherine ou une vie sans joie; estaba dirigida por Albert Dieudonné, aunque él asimismo participó en su realización. Trabajaba su joven esposa.
Su primer largometraje, La Fille de l'eau (1924), era una fábula bucólica con estética impresionista, en el que participa su mujer, que había adoptado el seudónimo de Catherine Hessling, y su hermano mayor, Pierre Renoir.
La tibia acogida que se dispensó a la película no desanimó al cineasta, que poco después se aventurará en una costosa producción, Nana, basada en la novela homónima de Émile Zola, en 1926. Para financiarla venderá algunos de los lienzos de su padre que había heredado. Para él, era su primera película, y el influjo de Stroheim, Esposas frívolas, está reconocido. Hay un contraste evidente entre criados y señores, y aparece un tema de Renoir, su afición al espectáculo.
Más adelante se lanzará a una serie de películas de inspiración diversa, que no siempre convencieron al público, como La Petite Marchande d'allumettes, basada en el relato de Hans-Christian Andersen, 1928; Tire-au-flanc, comedia militar, 1928, que se ha descuidado, a juicio de Bazin, por su mezcla de lo cómico y lo trágico, la fantasía y la crueldad; On purge Bébé, (basada en Georges Feydeau, 1931).






El período realista

 

La Golfa (1931) marca un cambio en la obra de Jean Renoir. Es una de las primeras películas sonoras, adaptada partiendo de una novela de Georges de La Fouchardière. Esta bella La Golfa dio a Michel Simon uno de sus mejores papeles, el de un pequeñoburgués celoso, asesino y torpe (el actor era homenajeado por el cineasta). Fue una empresa desmesurada, dice Renoir, que careció de éxito.
Tras La Nuit du carrefour (basada en Georges Simenon, 1932), en la que Pierre Renoir interpretaba al comisario Maigret, el director dirigirá una serie impresionista de obras maestras: Boudou salvado de las aguas (otra vez con Michel Simon, 1932), y lleno de contrasentidos poéticos, El crimen de Monsieur Lange (con Jules Berry, 1935), Una partida de campo (1936) en la que su sobrino Claude Renoir es el autor de la fotografía, que recuerda al mundo de su padre.
Su Toni, 1934, está lleno de claves, porque es una especie de manojo de filmes suyos. Pese a sus defectos, es donde lleva más lejos sus hallazgos sobre sí y sobre el cine.
Asimismo hay que contar con Los bajos fondos (donde trabaja Louis Jouvet, 1936). Buscando inspiración en las novelas de Gorki, como en este caso, o en los relatos de Maupassant, Jean Renoir demuestra un agudo sentido de la realidad, que pone al servicio de un auténtico naturalismo poético.





 

El compromiso político

 

 

Poco a poco irá buscando la colaboración de Jacques Prévert y Roger Blin, que dan a su producción una dimensión abiertamente política, marcada por las ideas del Frente Popular, dado el horror que le inspiraba un personaje como Hitler: La vie est à nous, (1936), El crimen de Monsieur Lange, La Marsellesa, (1938). Esta tendencia abrirá el camino al neorrealismo italiano.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, Jean Renoir trata de promover un mensaje de paz con La gran ilusión (1937), en la que participan (en un homenaje) su padre espiritual Erich von Stroheim y Jean Gabin. En La bestia humana (1938), trata de poner ante la pantalla los compromisos sociales de la época. En su obra maestra, La regla del juego (1939), prevé el desmoronamiento de los valores humanistas y traza un cuadro sin ninguna condescendencia sobre las costumbres de la sociedad francesa.




 

La etapa estadounidense

 

 

Exiliado en los Estados Unidos en 1940 (dejará inconclusa una adaptación de Tosca de Victorien Sardou, que al final rodará su amigo Carl Koch), Jean Renoir adquiere la nacionalidad estadounidense.
Aunque se adapta difícilmente al universo de Hollywood, dirige a pesar de todo algunas películas por encargo, en especial películas de propaganda, como Esta tierra es mía, con Charles Laughton en 1943, o Salute to France en 1944 y hace adaptaciones literarias (Memorias de una doncella, basado en Octave Mirbeau, 1946).
Todo ello sucede antes de viajar a la India para rodar una obra maestra, El río (The River, 1951). Es una película en color, contemplativa y serena, con un humanismo a veces desencantado: es el resultado de una experiencia propia. El influjo de este film en el cine de la India será patente. Y, para Rivette, el viaje a la India se convirtió desde entonces en un referente (como antes lo era a Grecia).




 

Sus últimas películas

 

 

De vuelta a Europa a principios de los años 1950, Jean Renoir aún rodará Le Carrosse d'or (basado en Prosper Mérimée, 1952), French Cancan (con Jean Gabin y Françoise Arnoul, 1955), Elena y los hombres (con Ingrid Bergman y Jean Marais, 1956) y Le caporal épinglé (basado en Jacques Perret, 1962).
Al encontrarse cada vez con mayores dificultades para producir su películas, se dedica a la televisión (Le petit théâtre de Jean Renoir, 1969-1971) y se dedica con mayor empeño a la escritura: publica un libro sobre su padre, Renoir, mi padre (1962); su autobiografía, Mi vida y mis películas (1974); un ensayo (Escritos 1926-1971, 1974), algunas obras de teatro (Orvet, 1955), así como varias novelas (Los Cuadernos del capitán Georges, 1966; El crimen del inglés, 1979).
En 1970, se retira y se va a vivir a Beverly Hills, en donde muere en 1979.







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